Situada a la entrada del Parque Natural Regional de Lorena, a unos 40 km al este de Bar-le-Duc, Commercy es una ciudad con un patrimonio cargado de historia y una famosa especialidad pastelera: las magdalenas reales. No se tiene constancia de la existencia de Commercy antes del siglo IX: se sabe que el emperador carolingio Luis el Piadoso hizo escala aquí hacia el año 830. En la Edad Media, con sus dos señoríos, la ciudad vivía al ritmo de sus dos castillos. Uno desapareció mientras que el segundo, el castillo superior, pasó a ser propiedad del cardenal de Retz en 1650. Fue en el siglo XVIII cuando el monumento histórico adquirió su forma actual: entonces pertenecía a Charles-Henri de Lorraine-Vaudémont.Una ciudad y su castilloDe 1709 a 1719, Vaudrémont, acompañado por dos arquitectos, Boffrand y Dorbay, gastó a manos llenas. Construyó un lujoso palacio principesco y su ampliación: la plaza del Fer-à-Cheval y la futura avenida Stanislas remodelaron el paisaje urbano. A partir de 1745, la residencia pasó a manos de Stanislas Leszczyński, antiguo rey de Polonia. Se convirtió en el escenario de sus frivolidades y otros placeres reales. En la actualidad, el castillo está completamente aislado de la ciudad: se le ha añadido una muralla, diseñada por Emmanuelle Héré. Explore los demás barrios de Commercy y pasee por la plaza de la República, repleta de tiendas, entre ellas la famosa farmacia Malard, construida en 1909 en el más puro estilo Art Nouveau de la escuela de Nancy. También encontrará el antiguo ayuntamiento barroco, construido en el siglo XVII. Recorra la Promenade de Stanislas, salpicada de 27 puntos de interés, o siga la guía destinationcommercy.fr en su smartphone (información en la oficina de turismo).Las Magdalenas de CommercyInmortalizada por Marcel Proust, la magdalena real, especialidad local, fue creada en 1755 en el castillo de Stanislas. Durante el festín del Duque, el jefe pastelero entregó el delantal antes de que los dulces estuvieran hechos. El desastre fue evitado por la joven criada Madeleine Paumier, que había sido invitada a preparar el postre festivo de su abuela. Presentado al amo y a sus invitados en forma de conchas, el pastel, dorado y fundente, era una maravilla. La obra maestra fue bautizada como Madeleine de Commercy. Descubra la auténtica magdalena y sus variaciones (aromatizada, tamaño gigante) con los maestros magdaleneros. Para descubrir los secretos de la elaboración de la magdalena, diríjase a La Boîte à Madeleine, una empresa artesanal, ZAE La Louvière, a 2 km del centro.
