Si te cansas de pizzas pero, por el contrario, te encanta la cocina italiana, dirígete a Castries, a los pies del acueducto. En una bonita sala sobria e íntima que se abre a una terraza, se empieza por antipasto (surtido de verduras asadas de temporada y charcutería). Después, se evitan las sempiternas pizzas para regalarse un risotto con sechos asados a la plancha. En cuanto a las pastas, hay para todos los gustos: pasta fresca en Santiago, gambas y espárragos, pasta fresca con salsa en el bloque de foie gras con trozos, tagliatelas frescas acompañadas de una salsa a la trufa negra del centro de Italia. En postre, un excelente tiramisú o una copa a la crema de mascarpone con una pera cocida al chianti completan esta comida italiana. A mediodía, la comida a 12,50 euros es de una excelente calidad/precio: trato amable, servicio cuidado, vajilla de diseño, plato final como este dúo de cacería con un toque de calabacines con un toque de mozzarella. Aquí se sale del tren diario para sumergirse en la auténtica gastronomía peninsular. Un lugar recomendado.
La qualité est parfaite, le service parfait et c’est super raisonnable rien à redire je recommande à 100%