Este restaurante sigue atado a esta buena mesa de las regiones, con un inclinado por los grandes clásicos de Périgord (foie gras), Borgoña (los caracoles), Cévennes (las sepas y la tripa). La terraza está sombreada y acogedora, la sala del restaurante está revestida de hierro forjado, en la que una mesa de estilo mudéjar, de un menestral grandeza natural, guiada por otra vida, cuadros tauromacáticos, rojo y negro, y una sorprendente colección de pequeños cerdos. En cuanto a los peces, los salmonetes están flanqueados por pastis mientras que, según las llegadas, la dorada auténtica salsa de albahaca o el lobo parado alternan su lugar. En cada fórmula, la elección de plato del día es interesante con el menú de los muslos o magret de pato, un filete de buey o un pescado con adornos de temporada. Los platos, bien servidos, se presentan de forma sencilla pero tranquilizadora por un personal sonriente y servicial. Una buena mesa en definitiva.
Accueil très agréable, salle jolie et cosy
La carte est restreinte mais gage de fraîcheur
Le plat était excellent et les desserts divins
Le chef nous a gentiment offert un 3eme dessert qui était excellent aussi
Un seul petit bémol, les vins au verre sont certainement de très bonne qualité mais très chers, 10€ environ les 10cl, nous avons donc opté pour une bouteille de 75cl que nous avons emmené car bue qu'à moitié
En conclusion restaurant un peu cher mais excellent