Restaurante indo-pakistaní con muy buena comida y platos coloridos y de calidad.
La decoración de este restaurante indo-paquistaní es refinada y simple. Un gran fresco del Taj Mahal está junto a un gran espejo y una barra de madera tallada al estilo indio. Pero es especialmente la muy buena cocina la que hace la reputación del lugar. Si el menú no es muy variado, lo esencial está ahí. Queso Nan, raita (pepino, requesón, zanahoria y tomate de entrada), pollo al curry o tandoori, carne con especias, arroz con sabor a cardamomo... Los platos son coloridos y de alta calidad. Los vegetarianos encontrarán su felicidad en este restaurante gracias a los típicos platos de verduras y arroz que les están destinados. Sin embargo, la proximidad de las mesas es algo desagradable (compartimos las conversaciones de los vecinos). El menú de postres se ha ampliado un poco: se ofrecen cuatro postres indios.