Instalado al borde de las olas, la mesa transalpina de Mario Franza, originaria de la campaña napolitana, honra la cocina del sur de Italia. La decoración íntima del cuarto de servicio es bastante agradable, pero en la bella temporada, preferirás la terraza o el porche con encanto anticuado. En cuanto al plato, todo es casero, con know-how y con productos frescos. Encontrarás antipasti, luego pizzas generosas cocidas al fuego de madera, carnes, pescados y, por supuesto, la pasta. Entre las especialidades: los linguini a los calamares que dan una bonita teinte violeta al plato, o los salsellos alla romana (escalope de ternera rodeada de jamón de Parma y perfumado con la salvia), sin olvidar el delicioso cóctel de pasta o la base de charcutería italiana. En cuanto a la pizza, hay para todos los gustos, Norvegese (tomate, mozzarella, salmón ahumado y crema fresca) a los clásicos Calzone o Regina, pasando por la Coliseo con ternera picado o la Capra con jamón y queso de cabra. Los postres son caseros: tiramisú o panna cotta, por supuesto. No hay menú infantil, pero el establecimiento propone una pizza regina especialmente diseñada para los pequeños. El restaurante también pone sus salas para organizar eventos especiales, incluso fuera de las horas de apertura.
Car les pizzas sont tout simplement excellentes.
L'ambiance reste vraiment "bistrot" avec un monde et bruits associés. Mais cela reste un restaurant où l'on s'assoit, on discute, commande, et l'on est servi rapidement.
Compter tout de même 18€ une pizza. Mais les produits sont sensé baisser un peu en raison de la fin de crise.
A tester une fois, vraiment.