LE MENEC
leer másSituada a dos pasos del centro de la ciudad, pero también en la cuasi-orilla de la madera de Vincennes, esta crepería ofrece una excelente relación calidad-precio para los amantes de las tortas de todo tipo. Y es poco decir que la dirección ha perdido a los habituales, ya que durante casi dos meses Le Menec cerró sus puertas por la renovación integral. Pero si la decoración ha cambiado, el ambiente sigue siendo: sencillez y descontracción, atmósfera celtique garantizada. La carta es amplia: crepes dulces, salados o flamencos, todo regado por la sidra bretón. Tendrás la posibilidad de elegir y, para las difíciles, la posibilidad de componer uno mismo es un verdadero plus. Recepción y servicio irreprochables, la reserva es aconsejable porque el restaurante se asemeja rápidamente a los habituales.
PALAIS ROYAL DE NOGENT
leer másLas especialidades de este restaurante asiático cavan la curiosidad culinaria tanto como el apetito: pinzas de cangrejo a la imperial, un nido de felicidad en gambas y nueces de Santiago, pollo asado con limón, una fondue al caldo… Se restablece de forma copiosa y agradablemente, en una decoración de madera con motivos estilizados. Si prefieres servirte a sí mismo, te meterás en el buffet. Pero si te gusta ser servido, veremos que los platos que se sirven en la mesa permiten comer como Grandgousier. Se han recogido tres veces de la ensalada de buey tailandés, después tres veces del pato lacado, con arroz que se eligió cantonía. ¿Porque teníamos hambre? Porque eso fue sabroso. Después de eso había rosñones a las manzanas. Se han tragado dos. En este caso, sólo su buen gusto justificaba la dilatación estomacal que se ha puesto a sentir. Desde entonces se ha funcionado y se ha digerido. Así pues, volveremos.