Restaurante apreciado por su entorno arbolado, su cocina aromática con productos de mercado y su carta de vinos.
Un restaurante que huele bien a la provincia que te gusta, tanto por el entorno arbolado cálido como por la cocina odorante: la de las salsas y carnes asadas. Aquí no se pica en unos centímetros cúbicos de un plato experimental, estamos aquí para saborear recetas generosas y de tradición, en resumen para celebrar las papilas y activar nuestros récords gástricos. Los horquillos están a su gusto para atacar un bonito entrecot, una costilla de ternera, acompañada de manzana, patatas salteadas con ajo y perejil o una cabeza de ternera salsa, otra especialidad de la casa. En temporada alta, perdreau, filete de bicho o jabalí, frirota de faisán o un civet de conejo colgarán a los amantes de la caza en este lugar, que entonces toma alambre de caza.
La cocina es de entrada al postre totalmente casero y los productos proceden directamente del mercado de Rungis. Hay que precisarlo, la carta de vinos es agradable y un pequeño digestivo como un alcohol de pera permitirá concluir en una nota tan rústica como reconfortante.
No hay notas falsas y los acostumbrados son muchos… un pequeño placer no perder.
(Avis d'origine)
A real hidden Gem amongst the fake and bad touristy Paris restaurants. The service is wonderful, with attention to detail. The food was incredibly good. From the Escargot, Beef, and chicken each were well presented and cooked properly. The deserts was delicious combined with an espresso. The cognac was strong and smooth. Well done to all and thank you for finally providing a delicious meal.