Restaurante con una carta que hace honor al terruño francés ofreciendo platos bien elaborados.
Qué idea llamar a su restaurante El Viejo Sapo… Ya que La Grenouille no anima siempre a algunos a empujar la puerta, es realmente el pomelo. Thomas Boutin se divierte cuando le hace la observación. Este antiguo de una escuela de comercio que ha bifurtado para integrar Ferrandi y la escuela superior de cocina francesa ha hecho sus clases en bonitos establecimientos como La Regalade de Bruno Doucet y El Park Hyatt Vendôme. ¿Qué queda? Un talento indudable y una carta canalla que hace honor a la región francesa. Empieza las fiestas con la oreja de cerdo crujiente o un tártaro de dorada al abogado y al mango, es fresco y original. De ello se derivan platos copiosos magníficamente elaborados, como la linguina al albahaca y camarones rosas, la red de carne de Salers y su jugo cortado en el salpicadero o el bonito rodaballo de Bretaña con su mantequilla blanca en la haba tonka. Se termina con la baba, una sopa de fresas o la piña asada de postre.
Jak wrócę do Paryża koniecznie odwiedzę to miejsce dla mnie to 30/10.
Polecam nie da opisać co przeżyliśmy. Ja kocham takie knajpki z klimatem, a tam był klimat miłości dla gości i do jedzienia co się czuło ????