El tiempo pasa y no cambia nada. Como buen vino, la Barrera de Clichy se enriquece con los años y parece conservar sólo lo mejor en ella. En las puertas de París, el establecimiento nació en los años 1970, desde el que ha pasado muchos grandes chefs galardonados (Guy Savoy, Bernard Loiseau) y más clientes satisfechos. Acogedor, aguja, servicial, sonriente, delicioso, no parece suficiente para oír a los clientes que han tenido la suerte de sortear el suelo de este establecimiento. En la mesa se pueden comer bonitos platos gastronómicos a precios agradables. Hay que dejarse guiar por la inspiración del chef que, fuera de un menú "todo bogavante", toma un agradable placer a trabajar en los productos frescos del día y a sorprender los vendedores finos que se han atado en su laboratorio.
Un repas de qualité et aux quantités tout à fait satisfaisantes sublimé par la mise en bouche et les mignardises qui nous ont été proposés.
Je recommande++
Avec toutes nos ondes positives ????
(En plus, nous avons eu droit à du champagne et des petits desserts offerts par la maison ♡)