Bistró pequeño, relajado y decorado con gusto que ofrece una variedad de platos con una relación calidad-precio inmejorable.
Si te apetece comer en un pequeño bistró informal y arty, puedes ir al Café Perdido. Te sentirás bien en este establecimiento decorado con gusto y con pocas mesas. En las estanterías o en la esquina del bar hay numerosos libros y revistas. Las paredes, los carteles, las fotos y las pinturas se exponen de forma temporal. Además de ser una relación calidad-precio inventable, la comida es totalmente casera y sirve por la patrona. La fórmula del mediodía propone siempre dos platos del día, uno de ellos vegetariano. Los ingresos son elegidos según su inspiración y la temporada: sopas en invierno, ensaladas primaverales, pero también platos que recuerdan los sabores asiáticos. La comida se termina con una selección de postres originales y sabrosos entre los que destacan flandes libaneses, peras al vino, fundantes de castaña, muffins o "queso blanco + algo! ". Pensemos en llegar temprano para estar seguro de tener una mesa. El lugar está a menudo lleno y animado, lo que facilita los encuentros y también es un buen lugar para tomar una copa los jueves por la noche.