LE VAL MORET
Este restaurante que se ve desde la autopista brilla un poco, pero hay que llamar la atención… El aparcamiento merece un toque de nuevo, pero pasar las puertas del restaurante, la sorpresa es agradable. Entras en un lugar donde se ha conservado el encanto de las buenas maneras, de las atenciones con los clientes. Dos salas te acogen, fuera de pequeños salones cocoon: una interior y una en una extensión luminosa con unas bonitas vistas a las llanuras. El personal es numerosos, atento, sin estar omnipresente. Sillas templadas, manteles elegantes doblados. El lado gastronómico está bien aquí, sin que se te indique desde el principio la calidad del servicio. La fórmula del mediodía, muy asequible, ofrece productos frescos, con un plato trabajada. La cabeza de ternera en carpaccio tendrá la ventaja de todos los prejuicios. El chef revisita las verrinas en grandes cristaleras translúcidas, idem para las islas flotantes, a no ser que te dejes tirar por el sorbete del aceite de oliva que acompaña al salmón. El queso se sirve a la antigua, en un carro de presentación, con una oferta considerable de productos locales. Todos los presupuestos reciben la misma atención. Una parada ideal durante un largo trayecto.
Este establecimiento también figura como :
PS: encore merci pour la veste oubliée.
Au plaisir de vous accueillir à nouveau, cordialement
Catherine Marisy