À MADAGASCAR
Rodeado de un paisaje con aires exóticos tanto la variedad de árboles como la variedad de árboles, el conjunto anuncia el Loiret, el Sendero de Prés, por el Elefant -así lo llaman el platano justo delante del acuario-, la gran sala del restaurante en el que hay un centenar de personas que pueden tomar fácilmente si el corazón les dice… de un menú relativamente bien proporcionado, A Madagascar solicita el despertar de nuestro hambre entre carnes y pescados presentados en igualdad, con el ejemplo de la mejilla de lobo, del pavimentado de sandro, de las gambas con forma exótica y de la ternera con su propio marido, su charla o su cabeza, se ha vuelto mítica… el servicio es agradable, agradable y coreorgráfico a desear, y los helados servidos son tentaciones inventivas. La carta no se da y tres menús apoyan la elección de un posible. Dicho esto, aunque sea bueno, no se trata aquí de conocer la gran cocina, cosa que lamentamos.