Pequeño pueblo de menos de 300 habitantes, situado al final del valle seco de la Verrière, Thizay está enclavado entre una meseta muy boscosa y las praderas húmedas de la Vienne, donde antiguamente se criaban gansos (mencionados en los escritos de Rabelais). Se llega al pueblo por una pintoresca carretera que serpentea por el bosque desde Lerné. La parroquia de Thizay era un feudo dependiente del castillo feudal de Chinon. En 1620, era propiedad de Henriette de Joyeuse, duquesa de Guisa. En el gran valle de Verrière, las casas están construidas contra la ladera, que está ahuecada por cuevas en la roca. A la entrada del pueblo, la iglesia dedicada a San Mauricio conserva un pórtico en el marco, vestigio del edificio del siglo XII. En la ladera de la iglesia se encuentra un dolmen, "La Pierre couverte". Entre los monumentos históricos (privados) de interés están el castillo de Vaumenaise, originalmente una fortaleza de la abadía de Seuilly, la casa solariega de Frau, una casa señorial del siglo XVI, y la granja fortificada de La Grande Gaudrée, también del siglo XVI. En el corazón del pueblo, se construyó a finales del siglo XIX un lavadero cubierto de planta cuadrada que se beneficia de la presencia de un manantial natural. Frente al pueblo, y al otro lado de la carretera, se encuentra el pantano plantado de álamos, donde crecen en primavera numerosas plantas de helecho de Guinea, una especie vegetal que florece temprana y bellamente. En la meseta se alternan las parcelas de cultivo y las grandes zonas de encinar.

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