Punto de encuentro de los hedonistas, el sur de Florida ofrece todos los ingredientes de una estancia exitosa. El viajero aprovecha el descanso en las paradisíacas playas de Miami, la más hispánica de las ciudades americanas, antes de tomar la ruta para explorar el rico ecosistema de los Everglades. El extremo sur del estado es el punto de órgano de nuestro viaje por carretera con 200 kilómetros de una impresionante carretera que une un rosario de islas para un anticipo caribeño.

Bajo el vicio: ¡el vibe!

Olvídese del cliché de Miami Vice, la ciudad ha cambiado mucho y no deja de reinventarse una identidad. El pulso de Miami, sensual y glamuroso, bate a los ritmos latinos y caribeños. Logra el truco de ser capital de la fiesta y del relax, apreciada tanto por jubilados estadounidenses como por familias o noctámbulos. Miami incluye diferentes barrios, la mayoría de visitantes se concentran en Miami Beach que en realidad es una isla conectada al Downtown por diferentes puentes. El sur de Miami Beach (léase South Beach) es la guarida de los turistas. Uno se relaja en la playa de postal bordeada por Ocean Drive donde se alinean los edificios modernistas, estilo arquitectónico típico de los años 20, combinado con un toque tropical que se expresa en colores pastel. El conjunto es armonioso y participa en el calor del ambiente tan característico de SoBe. Desde las terrazas se saborea su brunch sin culpa mirando a los deportistas matinales, jogggeurs, patinadores o ciclistas. El culto al cuerpo está aquí, como en California, una religión.

Miami también puede enorgullecerse de ser un centro cultural. El Wolfsonian y su colección de mobiliario de los años 1900 a 1945 o incluso el Lowe Art Museum son dos de los numerosos museos que dan testimonio de ello. El Design District también está repleto de pequeñas galerías donde se exponen artistas de todos los bordes. Al atardecer, mientras la playa se vacía, la multitud se aglutina en las aceras, los bares y los restaurantes de Ocean Drive. Viajamos aquí para ver y ser visto, así que todas las extravagancias están permitidas. A medida que avanza la noche, la multitud se divisa en las avenidas paralelas, Washington y Collins, donde interminables colas esperan pacientemente delante de las discotecas de moda.

Viajar a Miami es también la ocasión de darse un chapuzón en el crisol cubano que tanto ha dinamizado la ciudad en los últimos años. El barrio de Little Havana es un auténtico islote de Latinoamérica; este enclave y sobre todo Calle Ocho dan testimonio de la "cubanización" de la ciudad.

Misterios de los Everglades

A menos de una hora de Miami, no se espera encontrar un entorno natural tan exótico. Segunda mayor parque nacional y única reserva subtropical de los Estados Unidos, esta extensión de pantanos y marismas merece todos los superlativos Alberga trescientos cincuenta especies de aves, quinientos tipos de peces y decenas de reptiles y mamíferos diferentes que se observan durante el periodo seco. Además, es el único lugar del mundo donde coexisten cocodrilos y cocodrilos. Los viajeros tienen la posibilidad de recorrer el parque en coche por la carretera del Norte, el Tamiami Trail, que también atraviesa el Big Cypress National Preserve y conecta el Atlántico con el golfo de México. El Anhinga Trail ofrece las mejores oportunidades de observar la fauna, entre ellas el famoso pájaro de cuello largo, la anhinga. El Pinelands Trail se encuentra en un impresionante bosque de pinos, y en Pa-hay-okee Overlook un sendero de 400 metros conduce a una vista panorámica del "río herboso": la puesta de sol colorea la vegetación que recuerda a la sabana africana. Por su parte, el West Lake Trail permite serpentear a través de un bosque de mangles entre las raíces de las que la vida submarina es excepcionalmente rica. La exploración de la zona de Ten Thousand Islands comienza a la entrada noroeste del parque, al Gulf Coast Visitor Center. Allí se observan cocodrilos, delfines y águilas pesqueras en salidas en barco. Las excursiones en kayak en el recorrido por el Wilderness Waterway ofrecen una experiencia única. Hay una isla en isla, en medio del manglar, entre pequeñas bahías y lagos inmóviles, con la esperanza de cruzarse con un lamantino. Las puestas de sol desde las chickees (chozas sobre pilotes en pleno manglar), sólo perturbadas por el vuelo de majestuosas garzas blancas, son las más inolvidables. Esta inmensa llanura herbosa que son los Everglades fluye lentamente hacia el mar.

Pero no hay nada de que preocuparse, el Alligator Farm de Florida City propone un recorrido a bordo de estos dispositivos de fondo plano propulsados por un potente sistema de ventilación como en Crocodile Dundee!

Overseas Highway, la ruta más bonita de Estados Unidos

Estos 200 kilómetros en medio del mar se consideran la ruta más hermosa de Estados Unidos. Conecta un rosario de islas, los Cayos, en el extremo sur de Florida. Es un auténtico paraíso de los deportes náuticos, desde la pesca de altura hasta el submarinismo, ya que la mayoría de las actividades están orientadas al mar. El primer ineludible es el John Pennekamp Coral Reef State Park, que se explora a bordo de un barco con fondo de cristal o en salidas en buceo. Continuando hacia el sur, se llega a Islamorada, una agrupación de pequeñas islas a partir de las cuales la carretera se vuelve mucho más impresionante, ya que las vistas al mar están perfectamente despejadas. Entre las islas de Islamorada y Maratón, hay varias veces la oportunidad de nadar con los delfines para una experiencia memorable.

Los aires caribeños

Es hora de volver a emprender otras aventuras cada vez más al sur. Aquí se afirma que la playa de Bahía Honda es una de las más bellas del país. Por último, es imposible no caer en el encanto de Key West, punto de encuentro entre los Estados Unidos y el Caribe. La arquitectura de las Bahamas influyó en las construcciones con estas casitas de madera de colores pastel. Este confetti, descubierto por los españoles en el siglo XVI º, siempre atrajo a los artistas, a los libres pensadores, a los excéntricos y a una importante comunidad gay. Al atardecer, una multitud abigarrada converge hacia Mallory Square donde se ilustran los artistas callejeros... El ambiente es endiablado y la fiesta se extiende sobre el conjunto de Duval Street hasta la madrugada. Ya es hora de avanzar hacia el norte y salir de la dulzura de vivir en la que el visitante se dejó deslizar con alegría a su llegada y que lo acompañó durante todo su periplo tan seguramente como el sol omnipresente.

 

Información filtrada

¿Cuándo? El período ideal para visitar Florida se extiende de noviembre a marzo, durante la temporada seca.

Volverse. Muchos vuelos conectan París con Miami con o sin escalas. Tarifas a partir de 650 €. Calcula 10 horas de trayecto para un vuelo directo.

 

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