Monumentos a visitar Ile-De-France

Iglesia Sainte-Geneviève hasta la Revolución, el Panteón se construyó al mismo tiempo que la vecina Escuela de Derecho. Está situado en la plaza del mismo nombre, trazada hacia 1770 en terrenos que pertenecieron a la abadía de Sainte-Geneviève. Esta plaza fue reurbanizada posteriormente, en el siglo ^XIX, sobre todo tras la construcción de la biblioteca Sainte-Geneviève. Las obras del Panteón, encargadas por el rey Luis XV en homenaje a Santa Genoveva, comenzaron en 1755. Fueron dirigidas por Jacques-Germain Soufflot a partir de 1758, y después por Maximilien Brébion y Jean-Baptiste Rondelet. Se terminaron en 1793. Desde el principio, revelaron la presencia de pozos galo-romanos de extracción de arcilla situados a unos 25 m bajo la superficie del suelo. El edificio, de 110 m de largo y 84 m de ancho, tiene forma de cruz griega con cuatro naves rematadas por una cúpula en su intersección, una audaz elevación -en realidad una triple cúpula- bajo la cual Luis XV deseaba exponer el relicario de Santa Genoveva. Hoy, el exterior puede parecer austero, pero en el ^siglo XVIII, las fachadas se llenaban con unos cuarenta vanos y dos campanarios de 40 m de altura. En aquella época, el monte de Sainte-Geneviève estaba ocupado por otras dos iglesias (la antigua iglesia abacial ^{del siglo XII}, en la actual calle Clovis, y la iglesia de Saint-Etienne-du-Mont^{, del siglo XV} ). Esta configuración fue una de las razones por las que la iglesia de Luis XV se transformó en templo republicano para albergar las tumbas de "génovéfains (canónigos regulares de la Orden de Sainte-Geneviève) y franceses ilustres por sus talentos, virtudes y servicios al país". El primer gran hombre en entrar fue Victor Hugo. Entre las personalidades que descansan en la cripta se encuentran Voltaire, Rousseau, Jean Moulin, Pierre y Marie Curie, Simone Veil y Josephine Baker. El muro del monumento y la escalera que conduce a la cripta también presentan inscripciones y placas en honor a personalidades que también han dejado su huella en la historia de Francia: el general Delestraint, Alain-Fournier, Charles Péguy, Victor Segalen, Antoine de Saint-Exupéry, Henri Bergson, François-Dominique Toussaint Louverture y los Justos de Francia. El decorado también merece una visita, con obras de Puvis de Chavannes, Gros y Cabanel... Merece la pena visitar este lugar de memoria colectiva, reflejo de la maestría arquitectónica y artística de diferentes épocas, así como de los altibajos de una historia turbulenta.