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Entre bordados y encajes

Bayeux. Esta ciudad de Calvados es mundialmente conocida por una obra tan única como espectacular: su famoso tapiz. Esta incomparable obra de arte ha sobrevivido a los siglos, y sin duda debe su fama a su singular apariencia. El tapiz de Bayeux, bordado en el siglo XI, es a la vez una obra maestra del arte románico y un testimonio histórico. El épico viaje de Guillermo el Conquistador al trono de Inglaterra se relata en un lienzo de lino de casi 70 metros de largo y 50 de alto. Los hilos de lana bordados representan barcos, caballos, campos de batalla y caballeros con cotas de malla: todos ellos elementos esenciales para el relato de la famosa batalla de Hastings. Guillermo, duque de Normandía, cruzó el mar con miles de hombres para reclamar su legítimo trono. Se invita a los visitantes a tomarse su tiempo y descubrir los numerosos y preciosos detalles que adornan esta obra maestra del Patrimonio Mundial de la Unesco, que ofrece una visión única de la historia medieval. Encargado por el obispo Odón, hermanastro de Guillermo el Conquistador, el Tapiz de Bayeux adornaba probablemente la nave de la catedral de Bayeux. Podrá contemplarse en el Museo del Tapiz de Bayeux hasta 2024, fecha en la que está previsto que el tapiz viaje al Reino Unido para su restauración.

Después de los bordados, llega la hora de los encajes. También en este caso, la región ha producido verdaderas obras de arte con motivos delicados y refinados. Esta artesanía despegó en Normandía en elsiglo XVII, cuando Colbert, ministro de Luis XIV, decidió crear fábricas de encajes. Caen, Bayeux y Alençon se convirtieron en importantes centros de producción hasta finales delsiglo XIX. La prefectura de Orne, nos atreveríamos a decir, se dio a conocer realmente con su famoso punto de Alençon. Conocido como la "reina del encaje", este punto de aguja único debe sus orígenes a la encajera Marthe de la Perrière. Muy codiciado en la corte, el encaje de Alençon requiere un trabajo meticuloso y mucha paciencia: se necesitan siete horas para hacer 1 cm2 de encaje. Esta habilidad, declarada Patrimonio Mundial por la Unesco, se perpetúa en el taller nacional de conservación del encaje de Alençon. Siete encajeras siguen diseñando piezas que son, cada una de ellas, pequeñas obras maestras. En el Museo de Bellas Artes y de la Dentelle de Alençon se pueden contemplar algunas magníficas creaciones, como el velo de la novia, que data del siglo XIX. También puede visitar la Maison des Dentelles en Argentan, a unos cuarenta kilómetros.

Normandía, versión impresionista

Los acantilados de Etretat, la catedral de Ruán, la salida del sol sobre la ciudad de El Havre, el bonito y pequeño puerto de Honfleur, los almuerzos sobre la hierba a orillas del Sena... Los paisajes de Normandía inspiraron a los pintores impresionistas. La región se enorgullece de ser la cuna de este movimiento pictórico, surgido en la segunda mitad del siglo XIX. Fue una forma de arte que revolucionó las prácticas existentes al hacer hincapié en el juego de la luz, el color y la emoción. Claude Monet, nacido en 1840 y fallecido en 1926, es uno de los grandes nombres que han dejado huella en la historia del arte. Pintó numerosos cuadros, entre ellos decenas de versiones de los famosos nenúfares de sus jardines de Giverny. Una visita a la casa y los jardines del considerado padre del Impresionismo es imprescindible en cualquier viaje a Normandía. Otra figura clave de este movimiento pictórico es Eugène Boudin. Nacido en Honfleur en 1824, se le considera el precursor del Impresionismo. El mar, los marineros y el cielo fueron sus principales fuentes de inspiración. El artista legó sus dibujos y pinturas a su ciudad natal, que los ha reunido en el Museo Eugène-Boudin. Sus obras se exponen junto a las de otros pintores de Honfleur.

El Museo de Bellas Artes de Ruán dedica una parte de su impresionante colección a los pintores impresionistas. Aquí encontrará obras de Claude Monet, por supuesto, pero también de Sisley, Renoir y Pissaro, que se inspiraron en gran medida en la catedral y en los bucles del Sena. La zona también está repleta de obras en campos tan variados como la escultura y las artes decorativas.

Catalogado como uno de los pueblos más bellos de Francia, Saint-Céneri-le-Gérei también ha atraído a numerosos artistas. En el siglo XIX, muchos de ellos vinieron aquí atraídos por el encanto de esta pequeña ciudad de luz cambiante, ideal para inspirar a los pintores. Fue el caso, en particular, del célebre Eugène Boudin. El pueblo cuenta con un lugar muy especial: la posada de las hermanas Moisy. Esta antigua morada, muy frecuentada por los artistas de 1875 a 1925, tiene una particularidad: su sala de "decapitaciones". En sus paredes, los artistas dibujaban al carboncillo las sombras de los perfiles de los huéspedes que aquí se alojaban. Se puede visitar. Saint-Céneri-le-Gérei continúa la tradición artística del pueblo con el "Encuentro de Pintores" anual.

La región también ofrece recorridos temáticos para descubrir los lugares favoritos de los impresionistas: la costa de Alabastro y el puerto de Fécamp, las tierras salvajes del Cotentin y su famoso faro de Gatteville, el estuario del Sena y la ciudad de Le Havre, Patrimonio Mundial de la UNESCO... Y en cuanto al festival, "Normandie Impressioniste" es un acontecimiento que no hay que perderse, y cuya próxima edición tendrá lugar en 2024. En el marco de este evento, se organizan numerosos actos en toda la región, entre ellos exposiciones de arte contemporáneo y fotografía.