La basilique Notre-Dame de Montréal a été construite en 1829 © Ronnie Chua  Shutterstock.com.jpg

Revolución silenciosa: el comienzo de una nueva era

Hasta los años sesenta, Quebec siguió siendo una sociedad profundamente católica, con una fuerte presencia de instituciones creadas por la Iglesia. Como señaló Mons. Bourget, obispo de Montreal, en 1843: "Nuestra religión es nuestra principal distinción nacional, así como la base de nuestras instituciones. Somos una nación en este rincón de América porque somos católicos"

En otras palabras, la religión interfería constantemente en la vida social, política y económica de la provincia, pero fue una historia muy diferente a partir de la década de 1960, el periodo conocido como la "Revolución silenciosa". Esta parte de la historia contemporánea de Quebec se caracterizó por la separación de la Iglesia católica y el Estado, tal y como deseaba el pueblo, pero también por la aparición de una nueva identidad nacional para Quebec, distinta de la de los demás canadienses franceses. Fue también en esta época cuando se secularizaron los nombres con connotaciones religiosas y se habló de apertura y pluralismo. La inmigración contribuyó a diversificar el panorama religioso con el islam, el hinduismo, el budismo, el judaísmo y el sijismo. Sin embargo, la fe católica sigue siendo hoy la gran dominante, con cerca del 80% de la población que se declara católica, pero con muy pocos católicos practicantes. Por desgracia, esto ha provocado el deterioro e incluso el abandono de muchos edificios religiosos. Pero a veces encuentran un nuevo uso, ya sea como pisos, auditorio o restaurante.

La religión en el Quebec del siglo XXI

A pesar del retroceso de la religión y la desaparición de crucifijos, rosarios y escapularios, muchos quebequeses siguen identificándose con la Iglesia católica. Además, desde principios de los años 2000, el debate sobre las prácticas de acomodación vinculadas a las diferencias culturales (compromisos de una sociedad en relación con las exigencias -especialmente religiosas- de las minorías culturales que la componen) ha dado lugar a diversos proyectos de ley bajo cuatro gobiernos provinciales. El más reciente es el proyecto de ley 21, que se convirtió en la Loi sur laïcité de l' État el 16 de junio de 2019. Promesa electoral cumplida por el gobierno de Legault, la nueva ley prohíbe llevar símbolos religiosos a determinados funcionarios en puestos de autoridad, como policías, jueces y profesores del sistema escolar público. A pesar de las protestas públicas y las impugnaciones legales, la mayoría de la población está satisfecha con la aprobación de la ley.

La espiritualidad de los aborígenes

Antes de la llegada de los primeros colonos franceses en el siglo XVI, las diversas naciones aborígenes que poblaban el territorio practicaban su propia espiritualidad. Éstas propugnaban la armonía y la interdependencia entre todas las formas de vida, conocidas como el gran círculo de la vida. Por ejemplo, la comida, que se consideraba un regalo de los espíritus animales, adquiría un carácter sagrado. Por ello, las comidas se acompañaban de rituales, canciones y toques de tambor, y terminaban con una danza de acción de gracias llamada "makusham".

La espiritualidad aborigen se basa principalmente en el animismo, la creencia en un espíritu o fuerza vital que anima a los seres vivos, los objetos y los elementos naturales, así como en genios protectores. Las leyendas aborígenes que aún circulan hoy en día suelen hacer referencia a ello.