No en vano Córcega recibe el sobrenombre de "Isla de la Belleza" Al sur de Francia, en el corazón del Mediterráneo, Córcega nos hechiza con cada visita. Esta isla montañosa ofrece un patrimonio natural poco común, una fuerte identidad y una cultura auténtica, por no hablar de un mar cristalino. Vamos allí a navegar, pasear en velero, nadar, bucear, hacer surf, senderismo... Meditamos ante la suntuosa belleza de los paisajes. Nos entregamos a la ociosidad, sin la cual Córcega no puede apreciarse realmente. Nos tomamos el tiempo para un aperitivo, una comida de manjares corsos que se prolonga con charlas y degustaciones. Continente en miniatura, Córcega ofrece una gran variedad de paisajes y su exotismo soleado y gastronómico durante todo el año. Salvaje y acogedora a la vez, preservada pero abierta, digna y voluptuosa, suave y áspera, Córcega es única y genera tantas emociones fuertes como sorpresas a sus visitantes. Entre los lugares imprescindibles de la isla seleccionados por su guía de viaje figuran las playas de Porto-Vecchio, Cabo Córcega y Calvi, Bastia y Bonifacio, la ciudadela de Corte, el museo de Aléria y su yacimiento arqueológico. Por su parte, el magnífico macizo de la Bavella atrae a excursionistas y escaladores. Debe visitar el Palacio Fesch, el Museo de Bellas Artes deAjaccio, la reserva natural de las islas Lavazzi, sin olvidar ir con la nariz al viento, detenerse en los pueblos, conocer a los productores de mermeladas, charcutería o quesos corsos que le recomiende su guía preferido. Y por qué no asistir a un taller para descubrir los aceites esenciales o aprender la lengua corsa... Siga la guía de Córcega para descubrir este destino inolvidable.

Cuándo ir Córcega ?

Córcega puede visitarse durante todo el año. Con su privilegiado clima mediterráneo, Córcega ofrece días soleados aptos para paseos y visitas incluso en invierno. En enero/febrero, tiene la posibilidad de elegir: disfrutar de los erizos de mar en la playa, bañarse en aguas con una temperatura media de 14°C o disfrutar de la nieve en una de sus estaciones de esquí (la isla es montañosa, recuerde). Los que no sean tan aficionados esperarán a la primavera, cuando el agua del mar sube a 20°C y alcanza los 27°C en verano. La isla cuenta con 59 días de sol en verano La afluencia turística es entonces máxima en la costa, en las calas, en las rutas de senderismo, en los sitios culturales... Durante los meses de verano, las ciudades costeras se benefician de una brisa marina que reduce la sensación de calor y refresca el ambiente. Y las montañas nunca están lejos con sus noches más templadas. Las ofertas turísticas son más numerosas en verano y Air Corsica, que conecta todas las regiones francesas, rompe los precios. Sin embargo, quienes tengan la posibilidad de elegir, preferirán las temporadas de verano, menos concurridas, menos calurosas y más tranquilas. Se puede disfrutar de la playa y del baño hasta finales de octubre. Y no te pierdas la feria de la castaña en Bocognano (diciembre).

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Información práctica sobre el viaje Córcega

Córcega ofrece tantas posibilidades que a veces es difícil saber qué camino tomar. En cualquier caso, el pequeño tamaño de la isla combinado con su gran variedad de paisajes ofrece la posibilidad de estancias muy completas en poco tiempo. Un territorio a escala humana, podrás si quieres recorrerlo con medios de transporte suaves, como caminar, andar en bicicleta, navegar, o por qué no, ¡en burro o a caballo! El tren también ofrece, como veremos, perspectivas inesperadas. Si lo más importante es identificar de antemano los propios gustos y objetivos para aprovechar al máximo la estancia, una cosa es segura: tanto si se prefiere holgazanear junto al mar como si se prefieren los desafíos deportivos, Córcega ofrecerá sin duda algo para que todos disfruten. Desde el senderismo a los baños termales, aquí hay algunas ideas para unas vacaciones temáticas para descubrir la isla.

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Descubra Córcega

Ante todo, Córcega posee una historia rica y antigua, una cultura única hecha de mezcla de culturas y un fuerte sentimiento de pertenencia, con sus mitos, sus héroes y el maquis como telón de fondo. Este último es emblemático de la naturaleza de la isla, de su belleza y su fuerza, pero también es una alegoría de la identidad local: "por el olor de su maquis, a distancia, con los ojos cerrados, reconocería Córcega" decía Napoleón Bonaparte. Llena de significados y recuerdos para el pueblo corso, puede resultar impenetrable para los no iniciados; se requiere pasión y paciencia para domarla. Pero si se toma el tiempo de conocerla, le esperan paseos extraordinarios, el descubrimiento de aromas únicos y de un terruño diverso y, por último, pero no por ello menos importante, la perspectiva de una auténtica aventura humana.

Fotos e imágenes Córcega

Erbalunga Cyril Bana - Author's Image
Église de Lumio XAVIER BONNIN
Bergerie corse aux environs de Piana GIUSEPPE ROSSI - ICONOTEC
Le port de Centuri VINCENT FORMICA

Las palabras clave de 12 Córcega

1. # Brocciu

Si hay un queso imprescindible en Córcega, ése es el brocciu, que puede comerse con pan, pulenda o preparado en recetas tradicionales como el fiadone. De una forma u otra, el brocciu no suele faltar en ninguna comida. Como dijo una vez el poeta Émile Bergerat: "¡Si no lo ha probado, no conoce la isla!

2. # Cubiertos

La fabricación de cuchillos corsos es un oficio ancestral que exige rigor. Dotado de un gran poder simbólico, un cuchillo puede transmitirse como parte del patrimonio familiar. Los tres tipos más comunes son el cuchillo de pastor, el estilete, un tipo de puñal aparecido en el siglo XVI, y la mítica "vendetta" plegable.

3. # Cruz

Los corsos rinden homenaje a sus muertos en el mismo lugar del suceso. Al borde de la carretera, se erigen cruces, siempre cuidadas y decoradas, para las víctimas de accidentes de tráfico o para los combatientes de la resistencia de la última guerra. En las casas o los coches se encuentran pequeñas hojas de palm era como amuletos de buena suerte.

4. # Figatellu

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Este embutido seco elaborado con la carne y el hígado del cerdo nustrale, aromatizado con especias y ajo, es el embutido corso más famoso. Se puede comer tal cual, acompañado de pulenda y brocciu, o cocinado con alimentos ricos en almidón. Combina de maravilla con alubias rojas, vino tinto y panceta en el tradicional Tianu.

5. # Maquis

El maquis es característico de la rica y variada vegetación que se encuentra en Córcega. Hay 78 especies endémicas, es decir, especies específicas de la isla. Las plantas más presentes son el madroño, el mirto, la inmortal, el quiste, el tomillo, el lentisco o la retama. Muchos de ellos se pueden encontrar en la gastronomía local.

6. # Polifonía

Una parte integral de la identidad corsa, uno de los rasgos singulares de la música local es la polifonía, o el canto a capella interpretado a varias voces. Sagrado o profano, hay un gran número de variantes que difieren en sus formas y en los temas que tratan, aunque estos últimos se inspiran más a menudo en la historia local.

7. # Jabalí

Se le llama alce, es con el muflón una figura legendaria de la isla. Con su pelaje oscuro, sus piernas cortas y su aspecto fornido, es reconocible en un abrir y cerrar de ojos cuando te lo encuentras en las carreteras. Apreciado por los cazadores por su sabor único a carne, se come como un guiso, o stufatu di cignale, una especialidad culinaria local.

8. # Estatuas-menhires

Corse (c) Eisenlohr - iStockphoto.com.jpg

Estos megalitos, emblemáticos de la riqueza arqueológica de la isla, destacan entre los diferentes grupos de estatuas de menhires europeos y mediterráneos con su iconografía original (morfología, armas talladas). Hay 38 monumentos de este tipo, los más antiguos datan de finales del tercer milenio y los más recientes de entre 1500 y 1000 AC.

9. # Taffoni

Este término geológico procede del corso tafone , que significa "agujero", y designa una cavidad redondeada cuyas dimensiones pueden oscilar entre unos diez centímetros y varios metros. Resultantes de la erosión de rocas magmáticas bajo la acción de la humedad, a menudo forman magníficas esculturas naturales, como el león de Cap de Roccapina.

10. # Tête de Maure

Corse (c) Mark Yuill - Shutterstock.com.jpg

Probablemente adoptada por Cerdeña y Córcega en la época en que el reino de Aragón dominaba las islas mediterráneas, la cabeza de moro simbolizaba la victoria de los cruzados sobre los moros. Fue adoptada oficial y definitivamente por los corsos gracias a Pasquale Paoli, que eligió esta bandera para la nación corsa fundada en 1762.

11. # Vendetta

Las mentalidades han evolucionado en Córcega y ya no hay, como hasta el siglo pasado, familias que se maten entre sí a lo largo de varias generaciones. Sin embargo, el sentido del honor, el respeto y el deber siguen muy vivos, y los corsos tienen un código muy estricto de convenciones morales y sociales. Es importante prestar atención a esto.

12. # Pueblos

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Para los corsos, representan un retorno a sus raíces, una identidad y una forma de vida ancestral. Para los turistas, son objetos de fascinación. Colocados en montañas escarpadas o acurrucados en el hueco de las bahías de color turquesa, su arquitectura se mezcla armoniosamente con el paisaje circundante, como si estuvieran tallados directamente en piedra.

Eres de aquí, si...

Cultivas el arte de Macagna. Macagner significa gastar una broma en la que el juego consiste en hacer creer a alguien en una aventura o acontecimiento falso. Cuanto más se prolongue la diversión, más éxito tendrá. Los turistas crédulos son sus objetivos favoritos.

Saludas cien veces al día. Porque es la base de la convivencia, porque conoces a todo el mundo -o casi- en el pueblo o en el barrio, y porque no quieres dar envidia a nadie.

Sabes dónde conseguir buenos productos locales. No te venderán salchichas de burro ni figatellu holandés. La familia, los amigos y los vecinos están ahí para indicarte las mejores direcciones. Directamente del productor, ese suele ser el secreto.

Al volante, se detiene en medio de la calle para charlar. En Córcega, uno se toma el tiempo de vivir y disfruta del placer de conocer gente: aquí, la vida lenta no es prerrogativa de los millennials, es una tradición bien arraigada.

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