Los mejores restaurantes Santo Tomé Y Príncipe

Inaugurada en abril de 2015, Casa Museu es ante todo un homenaje a Almada Negreiros, artista local de principios del siglo XX, nacido en la plantación de Saudade. También es un restaurante con capacidad para cincuenta comensales, situado en una hermosa casa tradicional donde se puede almorzar en una agradable terraza de madera con vistas al valle verde. No hay carta, pero sí un menú compuesto por dos pequeños entrantes, un plato tradicional de la zona y un postre, normalmente elaborado con fruta. Es sencillo, copioso, con notables esfuerzos en la presentación. Todo ello con un personal que cuida cada detalle. En la planta baja, nos aguarda un agradable salón de té para relajarse antes o después del almuerzo. El sitio es atendido por Joaquim, un guía local que está familiarizado con el bosque. Entre otras cosas, ofrece paseos por el pueblo y una hermosa caminata desde el restaurante para ver las cuatro cascadas inaccesibles en coche (unas tres horas de caminata). Pequeña tienda de arte.

Un pequeño café restaurante sin pretensiones donde los locales y los expatriados se reúnen en un ambiente relajado. Sirven platos buenos y sencillos con relativa rapidez: algunos miembros del equipo hablan suficiente francés o inglés para explicarle la carta y hacerse entender. A veces, hay conciertos para animar el local. Trato amistoso.

O Pirata, como un eco del barco varado no lejos de allí, sigue siendo una cabaña de playa mejorada, con manteles blancos y suelo de madera. Sirve pescados, langostas, langostinos, cangrejos y platos de inspiración brasileña. El conjunto es correcto, pero un poco decepcionante dado el potencial del lugar, que tiene una vista abierta al mar y el sonido de las olas de fondo. Si le gusta admirar el paisaje, venga a almorzar: la bahía no está iluminada por la noche y si hay un corte de luz, no verá absolutamente nada.

Un rincón encantador en un antiguo edificio que hace de salón de té y de pequeño restaurante. Se puede sentar en un ambiente agradable a la sombra de la terraza y picar caracoles de mar, tortilla de Santo Tomé y, sobre todo, muy buenas pizzas. Para el postre, pequeños yogures naturales y otros pasteles caseros. El trato es muy agradable.

No confíe en las apariencias y entre en esta casa santotomense para ir al encuentro de la Sra. Douminga. La gente viene de toda la región para degustar los famosos cangrejos de este restaurante, que lleva el nombre de un gran cangrejo capturado a una profundidad de 1000 m, según los habitantes. Aquí se cocina al estilo criollo, ligeramente condimentado. Su filete de carne es un verdadero placer.

Este restaurante situado en lo alto tiene una magnífica vista de la bahía. Se puede disfrutar de uno de los mejores pescados a la parrilla de la ciudad. Productos frescos y sabrosos acompañados de una gran variedad de verduras de la zona y un plato de plátano macho. El menú ofrece diferentes especies, disponibles según las capturas: si hay pez espada en el menú, ¡no lo dude más! Los platos de pescado son abundantes por un precio más que razonable. Imprescindible.

Bar-restaurante donde se sirve pescado, pollo o carne de ternera.

Rodrigo Cassandra propone una restauración sencilla y tradicional de pescado fresco asado o servido en salsa picante y acompañado de frutos de pan.

Se come platos caboverdianos: calaltera, cachupa, carne o pescado con harina de mandioca (joo de matabala).

«Plantar para comer», ese es el lema de la casa. En el restaurante de este ecolodge encontrará verduras, frutas y plantas aromáticas del jardín en su plato. Además de ensaladas y tortillas, la carta ofrece platos locales y europeos basados en productos frescos. El entorno es tranquilo: al borde de la piscina, rodeada de un jardín bien cuidado donde han anidado varias especies de pájaros. Puede relajarse después del almuerzo en las tumbonas y por qué no, darse un baño antes de volver a las visitas. A menos que decida pasar aquí la noche...

Un marco magnífico para almorzar o tomar una copa, con la mirada puesta en el océano, que a menudo se desboca aquí. El restaurante se asoma a una playa de rocas volcánicas y ofrece una hermosa vista de la Boca do Inferno, desde donde se pueden ver ballenas jorobadas en temporada. Además de respirar el aire marino, podrá degustar deliciosos pescados y mariscos, según la pesca del día. Algunas carnes y tortillas también están en el menú. Todo por un precio muy razonable. ¡Una ganga!

Conocido como el «Contenedor Azul». El propietario de este contenedor transformado en puesto de comidas sirve platos sencillos a base de parrilladas de pescado (concon) acompañadas por frutas del pan.

En este pueblo de carretera podrá elegir entre platos típicos (a partir de cuatro personas y previa reserva) y platos corrientes como el pescado o el pollo a la parrilla. Todo se cocina con carbón para su disfrute y los platos son generosos. Para ahorrar tiempo, le aconsejamos que reserve su comida por la mañana.

Sin duda, ¡el mejor restaurante de Santo António! Dirigido por Jaïny y José, un matrimonio de Oporto y Gabón, este establecimiento con una gran terraza deleitará su paladar con platos muy bien elaborados, cocinados delante de usted en una hermosa cocina que se abre al espacioso comedor. La carta es limitada, con pocas carnes, pescados y platos del día, pero todo está bien presentado y es abundante. Pruebe la barracuda o el pollo estofado, ambos deliciosos. Tampoco hay mucho donde elegir de postre, ¡pero una cremosa mousse de chocolate casera!

Acogedor snackbar con terraza al lado de la carretera y un jardín frondoso en un entorno más íntimo. Aperitivos caseros salados y dulces: pizzas, quiches, cruasanes, empanadas, bollería y un delicioso pastel de bacalao. A veces, se anima con conciertos. Billar y dardos.