Música tradicional
En la costa caribeña de Nicaragua, la especialidad local, el famoso palo de mayo, habla de los orígenes africanos e indígenas de la región. Esta música sonora, viva y sensual, no tan alejada del mento jamaicano -que también se encuentra en Honduras-, es también el nombre de una danza y un ritual en honor de la divinidad Masaya, diosa de la fertilidad y de las primeras lluvias. Estas danzas, que en un principio pretendían favorecer las cosechas, se interpretan hoy en día con fines puramente lúdicos. Este género musical, uno de los más populares del país, ha contado con numerosas estrellas locales, como el Grupo Gamma, primer éxito comercial del género a mediados de los años 70, y, en la década siguiente, Dimensión Costeña, el grupo más querido y conocido del Palo de Mayo.
No se pierda las ceremonias del Palo de Mayo en Bluefields en mayo. Ofrecen una oportunidad única de acercarse a estas danzas frenéticas y sensuales en un ambiente más que festivo.
Otro ritmo típicamente nicaragüense, el son nica, se originó en la región del Pacífico del país. Aunque relativamente reciente, este estilo se ha impuesto rápidamente como uno de los más emblemáticos, hasta el punto de ser considerado a veces uno de los símbolos nacionales. El son nica se ha convertido en un emblema de la identidad nicaragüense, sobre todo por su retrato nostálgico del paisaje nicaragüense y su representación realista de la dureza de la vida rural. El compositor Camilo Zapata es considerado el creador de este estilo, con su canción Caballito chontaleño, de 1934, que "fabricó" a ritmo de vals.
Finalmente, el último gran género emblemático de Nicaragua procede de su parte norte: el jamaquello. Ritmo y estilo musical de raíces europeas -desciende del zortziko vasco-, el jamaquello es también un baile cuyas formas varían de una región a otra. El jamaqueo saracuaco, por ejemplo, se caracteriza por un suave vaivén, mientras que el jamaqueo sarandajo es más rápido y agitado.
Un trío de estética tradicional cuyas grandes obras son todas ocasiones para escuchar el instrumento nacional: la marimba. Este primo del xilófono, compuesto por 22 tiras de madera (cedro o caoba) colocadas sobre tubos de bambú, se encuentra en prácticamente toda Centroamérica. En Nicaragua, sin embargo, se distingue de otras formas afines de marimba por la forma en que se toca: aquí un intérprete sentado sostiene el instrumento en su regazo. Entre los grandes temas de marimba del país figuran canciones como "La vaca chota", "El cuartillado" y "Dos bolillos".
El otro instrumento típico nicaragüense es el violín talalate, un derivado del violín clásico pero peculiar del país en sus componentes, su sonido y la forma en que debe colocarlo el intérprete (se apoya en el brazo y no en el hombro).
Los hermanos Godoy (Carlos y Luis Enrique Mejía) son sin duda los cantantes y músicos más populares de Nicaragua. Con su obra impregnada de folclore nacional y su compromiso (compusieron el himno del movimiento sandinista), los hermanos ocupan un lugar especial en la música nicaragüense. Los aficionados y curiosos estarán encantados de saber que pueden verlos en directo algunos fines de semana en su restaurante, La Casa de Los Mejía Godoy, en Managua.
Carlos Arturo Mejía Godoy también ha cosechado un considerable éxito en solitario, consolidándose como uno de los principales exponentes de la nueva canción con una obra centrada en los problemas sociales del país.
Música popular
Paralelamente a la nueva canción que recorrió América Latina en los años sesenta, Nicaragua y El Salvador, al igual que Cuba y Perú, experimentaron una oleada de música de trova muy popular en los años setenta y ochenta. La trova es una canción activista, a la vez militante y poética, utilizada para denunciar la injusticia y criticar a un régimen en el poder, a menudo en forma de guitarra y voz.
En Nicaragua, el dúo Guardabarranco, formado por los hermanos Salvador y Katia Cardenal, es el más conocido del género, y representa una entidad especialmente popular en el país.
Como en el resto de América Latina, el reggaetón ha crecido considerablemente en las últimas décadas. Al igual que el hip-hop, no se trata sólo de música, sino también de un baile, una expresión social cuya influencia traspasó las fronteras del país en la década de 2000 y se extendió a otras partes del mundo. Quizás las figuras más conocidas del estilo en Nicaragua sean Torombolo y Del Fiero.
ElAlta Bar de Managua y el Pato Mar de Tegucigalpa son dos direcciones recomendables para quien quiera escuchar reggaetón local.
Música clásica
En Nicaragua, José de la Cruz Mena (1874-1907) es sin duda el compositor de música clásica más famoso del país. Influido por los valses austriacos, a los que añadió los colores del folclore nacional, algunas de sus composiciones, como "El Nacatamal", "Los Turcos" y "Ruinas", se interpretan regularmente en los escenarios nacionales.
Alejandro Vega Matus (1875-1938), también conocido por sus valses (pero no sólo), es otro gran nombre de la música clásica local. Compositor prolífico de poemas sinfónicos, operetas, zarzuelas y (muchas) marchas fúnebres, le gustaba mezclar la llamada música "culta" con fox-trots, polcas y mazurcas.
Danza
En cuanto a la danza, la forma más popular de Nicaragua es el güegüense (también conocido como Macho Ratón), una tradición dramática que combina teatro, danza y música. Vinculada a la conquista española, esta danza simboliza la resistencia de los amerindios a los colonos españoles, con su farsa y burla. El güegüense se representa a menudo durante las fiestas patronales de San Sebastián en Diriamba. Fue declarado patrimonio oral e inmaterial de la humanidad por la UNESCO en 2005.
El principal protagonista de esta danza satírica y escrita es un mestizo, originario de Nicaragua y portador de la cultura local, que se enfrenta a las autoridades coloniales españolas. Mediante discursos retóricos, pero sobre todo humor y burla, consigue ganarse la aclamación del público.
Todavía existen y se representan varios textos güegüenses, algunos de los cuales datan de los siglos XVII o XVIII.