De la inexistencia al renacimiento internacional

La primera gran película rodada en Nicaragua fue probablemente La Llamada de la muerte, del mexicano Antonio Orellana (1960). La película, un thriller policíaco muy arraigado en su época, narra las desventuras de Bronco Joe, un ladrón de bancos a la fuga que intenta esconderse de la policía y de sus perseguidores. Una interpretación del actor Carlos López Moctezuma, uno de los grandes nombres del cine mexicano, rodada principalmente en Managua. Al mismo tiempo y en el mismo año, el director nicaragüense Benjamín Zapata realizó El Nandaimeno, el primer largometraje de la historia del país. Era un romance que retrataba las diferencias de clase social tan frecuentes en el campo nicaragüense, una película que anunciaba el tono político que adoptarían los cineastas del país.

En la década de 1980, la producción aumentó y se crearon varias iniciativas en torno a cineastas comprometidos y militantes. En esta época, el director chileno Miguel Littin se convirtió en una de las principales figuras del cine nicaragüense con Alsino y el Cóndor (1982), una coproducción entre Cuba, México, Costa Rica y Nicaragua protagonizada por Dean Stockwell en el papel principal. Una película de gran fuerza política que aborda el intervencionismo estadounidense y el deseo de independencia de Nicaragua, que desembocó en la revolución. Una película conmovedora que le valió a su director una nominación al Oscar al año siguiente. Pero aunque la industria cinematográfica nicaragüense estaba en auge, la inestabilidad y las restricciones debidas al embargo estadounidense cortaron de raíz estas iniciativas, dejando el cine como una forma de arte pobre en Nicaragua. Por eso, el cine nicaragüense contemporáneo se compone principalmente de documentales y películas de aficionados. A pesar de ello, se han rodado algunas películas desde entonces, como Walker (1987), en la que Ed Harris interpreta al bandolero estadounidense convertido en presidente nicaragüense William Walker, tras una fantástica invasión del país. Se trata de una película trepidante, basada en uno de los episodios más violentos de la historia del país. La guerra también fue un tema en La canción de Carla (1996), una de las primeras películas del director británico Ken Loach, rodada en gran parte en Nicaragua. Un drama romántico protagonizado por George, un conductor de autobús traumatizado por su pasado militar en Nicaragua, y Carla, una nicaragüense refugiada en Glasgow. Conmovido por la historia de Carla, George decide ayudarla en su búsqueda de la verdad y la justicia. Juntos emprenden un viaje a Nicaragua, adentrándose en un país marcado por la guerra y la revolución. La película explora las devastadoras consecuencias de la guerra en Nicaragua y el vínculo que se forma entre George y Carla al enfrentarse a su pasado y buscar la redención y la curación en un país marcado. Gran éxito de crítica, ha ganado numerosos premios internacionales.

Más recientemente, la directora Claire Denis pisó Nicaragua para Des étoiles à midi (2022). La historia de una joven periodista estadounidense varada en la Nicaragua actual que se enamora de un enigmático inglés que parece ser su mejor oportunidad para escapar de la región. Un drama romántico que refleja una de las realidades del país, oculta tras las postales. También detrás de las postales, pero quizá aún más a su gusto: eche un vistazo a la Cinemateca Nacional de Managua, a su programación y a su catálogo. Es una buena manera de descubrir las pepitas de oro cinematográficas de la región.