En Centroamérica, Costa Rica es uno de los destinos favoritos de los amantes de la naturaleza. El territorio cuenta con varios parques nacionales en los que se puede practicar el senderismo, a veces al pie de majestuosos volcanes y otras en medio de una selva exuberante y protegida que representa una cuarta parte de la superficie del país. La biodiversidad es simplemente increíble. También puede tomarse unos momentos en magníficas playas, tanto si decide ir al Caribe como a la costa del Pacífico. Las autoridades y los habitantes se empeñan en proteger estas riquezas. El país se ha convertido en una referencia mundial en el ámbito del ecoturismo. Y luego están las ciudades y pueblos donde la vida está en pleno apogeo y donde se puede aprender más sobre la historia y las tradiciones locales. Costa Rica es un país perfecto para los amantes de los viajes por carretera. He aquí todas las buenas razones para convertirlo en su próximo destino de vacaciones y descubrimientos.

¿Por qué alquilar un coche en Costa Rica?

Costa Rica es uno de los países más pequeños de Centroamérica, con una superficie de 51.100 km². Mide unos 250 km de este a oeste, y unos 450 km en la diagonal noroeste/sudeste. Esto hace que sea un destino ideal para los entusiastas de los viajes por carretera que quieren experimentar lo máximo posible durante su viaje. Sin que sus suntuosos paisajes se vean desnaturalizados por grandes volúmenes de autopistas, el país cuenta sin embargo con carreteras nacionales muy prácticas. Estas carreteras principales, que permiten atravesar el país de un lado a otro, pueden recorrerse en un 4X2, un vehículo todoterreno equipado con tracción a dos ruedas. De esta forma, te sientes perfectamente cómodo para conducir durante unas horas, pasando de un territorio a otro y disfrutando de los paisajes que se te ofrecen.

¿Por qué optar por un viaje por carretera en Costa Rica? No sólo porque el tamaño del país se presta a ello, sino también porque esta forma de viajar ofrece una libertad increíble. Los aventureros pueden viajar a su propio ritmo, en el momento que les convenga. Son ellos los que deben planificar su ruta, seguirla como mejor les parezca o cambiar de planes si quieren disfrutar de una parte del país durante más tiempo del previsto. Una vez realizado el alquiler por Internet, el único requisito es recoger el vehículo en la agencia y devolverlo al final de la estancia a la hora acordada. Es posible recoger un coche en el aeropuerto internacional Juan Santamaría de Alajuela, en San José o en el aeropuerto Daniel Oduber de Liberia.

Para disfrutar de buen tiempo durante su viaje, se recomienda salir durante la estación seca, de diciembre a abril. Es la mejor época para hacer senderismo y encontrar la sombra en la naturaleza, pero también para pasar tiempo en la arena bajo el brillante sol mientras el invierno se asoma a Europa.

Costa Rica, un viaje por carretera que revela mil esplendores

Una vez que el coche está en la mano, se va de viaje por carretera a los lugares más bellos del país. Una vez que llegue a San José, la capital, puede aprovechar para pasear por sus barrios antiguos y descubrir el alma de la ciudad. Para ello, nos dirigimos a Soledad, Otoya y Amón. Más tarde, nos dirigimos al Museo del Oro Precolombino para admirar algunos magníficos artefactos y conocer la historia del país. El Mercado Central es un gran lugar para probar la cocina costarricense. Tampoco hay que perderse una velada en el Teatro Nacional, símbolo cultural, y un momento en el Parque de La Sabana, primer contacto con la naturaleza.

El viaje por carretera se pone en marcha y lleva a los viajeros a la Península de Osa y al Parque Nacional del Corcovado. A continuación, nos adentramos en el meollo de la cuestión al ir a conocer a monos aulladores, tucanes y otros capuchinos en una inmensa selva tropical. A lo largo del Pacífico, disfrutamos de la densa vegetación que bordea hermosas playas, antes de subir a bordo de un barco y llegar a la Isla del Caño, un pequeño paraíso perdido donde el agua es cálida y translúcida. Más adelante, y después de haber subido un poco en dirección al norte, volvemos a encontrar este ambiente de exuberante vegetación y relajantes playas adentrándonos en el Parque Nacional Manuel Antonio.

La siguiente parte del viaje por carretera tiene lugar al noroeste de San José, en la región de La Fortuna. Por supuesto, nos tomamos el tiempo para explorar la ciudad, pero una vez más, la llamada del aire libre será la más fuerte. El Parque Nacional del Volcán Arenal es un gran lugar para hacer senderismo y disfrutar de las increíbles vistas de esta joya natural. Los más atléticos pueden afrontar la ascensión de su hermano pequeño, el Cerro Chato. Pero no se preocupe, también hay varias fuentes termales en la zona donde podrá relajar sus músculos doloridos. Y como esta parte de Costa Rica no deja de revelar sus esplendores, no dejamos de admirar la imponente catarata Fortuna, y el centelleante color azul del Río Celeste, estrella del Parque Nacional Tenorio.

Continuamos con unos días en la provincia de Guanacaste y la península de Nicoya. Se trata de una región costera por excelencia, con bosques caducifolios secos en los que se puede montar a caballo, pero también con numerosas playas soleadas en las que se puede elegir entre holgazanear o bucear. La presencia de jinetes y rodeos forma parte del ambiente de la península. Una buena manera de terminar su visita a esta parte del oeste de Costa Rica es detenerse en el pueblo de Montezuma. Hay un ambiente bohemio, una mentalidad positiva y relajada. Los puestos de fruta, los bares donde se puede escuchar reggae, te sientes bien y descubres todo un arte de vivir, lejos del tumulto de las grandes ciudades.

El este de Costa Rica es la penúltima etapa del viaje por carretera. Muchas sorpresas esperan a los visitantes en este lado del país. Comenzamos acercándonos al pueblo de Tortuguero, poco después de dejar el coche de alquiler en La Pavona y tomar el barco hasta el pueblo. Si la observación de las tortugas que vienen a desovar se realiza entre junio y septiembre, un museo dedicado a ellas permite conocer mejor esta especie. Tortuguero también cuenta con canales que se pueden explorar en barco, y un parque nacional en el que monos, perezosos, innumerables aves y jaguares han hecho su hogar. Sin olvidar el pueblo con sus coloridas calles, donde sus habitantes viven de la pesca y el ecoturismo.

Más al sur, Puerto Viejo de Talamanca es otro pueblo de pescadores donde se puede disfrutar del ambiente caribeño. Hay playas para practicar snorkel, mientras que las noches se pasan en los bares, escuchando música calipso en un ambiente muy lounge.

Antes de llegar a San José y devolver el coche de alquiler, se hace una última parada en el Parque Nacional del Volcán Poás, tierra de fumarolas, géiseres y aguas termales. El cráter es el mayor volcán abierto del mundo. Poder verlo de cerca deja recuerdos imborrables