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La Guadeloupe est confrontée de manière épisodique à l'échouage de sargasses. shutterstock - zjtmath.jpg

Parque Nacional de Guadalupe

Guadalupe es uno de los puntos calientes de la biodiversidad mundial. El archipiélago posee ecosistemas extraordinarios, con especies endémicas de plantas, moluscos terrestres, aves, reptiles, anfibios y murciélagos. La biodiversidad marina también es importante. Las aguas de la zona albergan ballenas jorobadas, que vienen aquí a reproducirse. La misión del Parque Nacional de Guadalupe es preservar los distintos entornos naturales que alberga: zonas marinas, bosques tropicales y las montañas de Basse-Terre. Otra de sus misiones es sensibilizar a la población sobre el medio ambiente, mediante actos, programas de formación y otras actividades.

Riesgos naturales y artificiales

Guadalupe, situada en el arco de las Antillas, en la encrucijada de distintas placas tectónicas, está sometida a numerosos riesgos naturales: huracanes tropicales, terremotos y erupciones volcánicas. Las actividades humanas también influyen en el equilibrio natural. La presión antropogénica (desarrollo de la agricultura, artificialización del suelo) aumenta la erosión del suelo, la fragmentación de los entornos naturales y la contaminación. La introducción de especies invasoras como el pez león también es una amenaza para la biodiversidad. El turismo también contribuye a la presión sobre los recursos (agua y energía) y a la producción de residuos.

La gestión de los desechos: una cuestión importante

La gestión de residuos en Guadalupe aún está en pañales. Las autoridades locales han puesto en marcha planes de gestión de residuos domésticos e industriales. El objetivo era acabar con los vertidos en el "barranco" (es decir, en los ríos), al borde de la carretera, la incineración incontrolada y los vertederos ilegales. Uno de los retos a los que se enfrenta la región es hacer frente a sus responsabilidades históricas. Se han cerrado antiguos vertederos y otros se han transformado en centros de tratamiento y recuperación de residuos. En 2009, Guadalupe inició la implantación generalizada de la clasificación selectiva de residuos. La región se ha fijado el ambicioso objetivo de un "Archipiélago de Residuos Cero" para 2035, definiendo objetivos de prevención, recuperación y reciclaje de residuos. El número de centros de recogida y reciclaje ha aumentado considerablemente en los últimos años, y poco a poco se está implantando la economía circular para reducir el despilfarro de recursos. Aunque la mayor parte de los residuos sigue depositándose en vertederos, en la actualidad se recicla el 43% de los residuos, la mitad de ellos a escala local.

Los desafíos ambientales de la agricultura

La colonización de la región se basó en la agricultura intensiva (cultivo de caña de azúcar y plátanos) y la urbanización, lo que provocó la deforestación, la degradación del suelo y la contaminación ambiental. Las aguas de escorrentía cargadas de insumos químicos también han contribuido a la eutrofización del litoral y a la fragilidad de los ecosistemas marinos. La contaminación del medio ambiente por clordecona sigue siendo un grave problema medioambiental y sanitario. Este insecticida organoclorado, considerado persistente, se utilizó de 1972 a 1993 para combatir el gorgojo del plátano en un contexto de monocultivo intensivo. Su uso contaminó no sólo el suelo, sino también las aguas subterráneas y toda la cadena alimentaria. La exposición a la clordecona es también un factor de riesgo para la salud. La estabilidad de la molécula hace que permanezca en el suelo y sea necesario vigilar las zonas contaminadas. El Gobierno francés dispone de un mapa de las zonas contaminadas.

La agricultura sigue siendo la actividad que más contamina los medios acuáticos, junto con el tratamiento de las aguas residuales, y por delante de la industria. Otro fenómeno destacado por la Junta del Agua de Guadalupe es la salinización de ciertos acuíferos de agua dulce y su contaminación por pesticidas. Frente a estos problemas, empiezan a surgir iniciativas agroecológicas en la región.

La invasión de los Sargazos o el símbolo de la contaminación global

Desde 2011, Guadalupe tiene que hacer frente a varamientos episódicos de algas -Sargassum fluitans y Sargassum natans- en sus costas. La proliferación de esta alga parda tiene repercusiones económicas directas para la región (actividades balnearias y pesca), pero también tiene impactos medioambientales y perturba la biodiversidad local: cuando el alga está en el agua, forma enormes láminas que ya no dejan pasar la luz, lo que afecta a corales y peces. Estas balsas de algas también son problemáticas durante la época de anidamiento de las tortugas, cuando éstas no pueden llegar a las playas para desovar. Cuando el sargazo llega a la costa, se descompone y produce sulfuro de hidrógeno, un gas tóxico que desprende un olor nauseabundo. En concentraciones elevadas, este gas puede llegar a ser nocivo, causando molestias a personas y animales sensibles y acelerando el deterioro de los aparatos eléctricos.

Aún no se ha determinado el origen de este fenómeno, pero algunos estudios sugieren que está relacionado con la agricultura intensiva en la Amazonia, donde los nutrientes parecen propiciar su desarrollo. En otras palabras, la deforestación masiva y el uso intensivo de insumos - fosfatos y nitratos - provocan la lixiviación de los suelos, cuyos efluentes llegan al río y luego al océano, donde crean condiciones favorables para el desarrollo del sargazo. Las corrientes transportan las algas hasta el mar Caribe. También se cree que las nieblas de arena del Sáhara contribuyen al desplazamiento del sargazo. Y el calentamiento global podría provocar la aparición más frecuente de estas nieblas de arena.

De momento, la única solución adoptada por las autoridades locales es la recogida mecanizada de algas de las playas. Algunos están optando por barreras flotantes para intentar detener las algas antes de que encallen.

El plan nacional 2022-2025 de prevención y lucha contra el sargazo pretende poner en marcha medidas que van desde la previsión de la llegada del sargazo hasta su recuperación, pasando por técnicas de recogida en la costa y en el mar.

Los desafíos energéticos del territorio

Guadalupe se enfrenta a una creciente demanda de energía y dependencia de los combustibles fósiles. Esto choca con los objetivos de la transición energética, que pretenden reducir el consumo y "descarbonizar" la energía. La movilidad sigue siendo un problema importante, ya que la mayoría de los desplazamientos requieren el uso de un vehículo. El transporte de personas y mercancías es el sector que más energía consume. Representa el 52% de las emisiones de gases de efecto invernadero del archipiélago, mientras que la producción de energía supone el 7%. La región aspira a ser autosuficiente energéticamente de aquí a 2030, controlando la demanda de energía y desarrollando las energías renovables, para lo cual se han puesto en marcha varias medidas (calentadores de agua solares obligatorios para los nuevos edificios, desarrollo de la energía solar fotovoltaica, energía geotérmica, biomasa, energía eólica). La central geotérmica de Bouillante (puesta en servicio en 1996), única en el Caribe y primera en Francia, es un ejemplo de energía verde.

Guadalupe y el cambio climático

El calentamiento global en curso podría tener importantes repercusiones en el archipiélago, sobre todo con la intensificación de los fenómenos extremos (huracanes, inundaciones). La subida del nivel del mar y la erosión costera podrían amenazar no sólo las infraestructuras, sino todas las actividades y recursos humanos (agua y biodiversidad). La acidificación de los océanos está contribuyendo a la decoloración de los corales.

Disfunción del agua en Guadalupe

El tema es delicado, dada su envergadura. Entre el 65% y el 85% del agua distribuida por la red pública se pierde en el medio ambiente entre el punto de captación y el grifo del usuario. Esto se debe a la antigüedad de las tuberías, plagadas de fugas. El coste estimado de la renovación de la red es de 600 millones de euros. En septiembre de 2021 se creó el Syndicat mixte unique de gestion de l'eau et de l'assainissement en Guadeloupe (SMGEAG) para tomar el relevo de los distintos servicios públicos locales, que llevaban años fallando. SMGEAG tiene una capacidad de inversión de 170 millones de euros para los tres primeros años. Las obras de rehabilitación se llevarán a cabo en tramos individuales.

Desde hace años, Guadalupe vive al ritmo de los turnos de agua, cortes parciales para ahorrar recursos y mantener la presión necesaria para abastecer a los hogares. Los hogares y las empresas, así como los alojamientos turísticos, se organizan equipándose con depósitos de inercia o sistemas de recuperación del agua de lluvia para suplir esta escasez ocasional de agua.

El paso de la tormenta Fiona el 16 de septiembre de 2022, que causó numerosos daños, perjudicó a la red de agua potable, que ya se enfrentaba a importantes problemas estructurales. Durante su visita a Guadalupe, el entonces Ministro de Ultramar, Jean-François Carenco, activó el plan "Orsec agua potable" para garantizar la distribución de agua a la población.