Guillaume - stock.adobe.com.jpg
Musiciens jouant du chacha au carnaval de Pointe-à-Pitre. shutterstock - Kaca Skokanova.jpg
Parade du carnaval de Basse-Terre. shutterstock - Olivier van Helden.jpg

La mayor fiesta del año

El Carnaval es la mayor fiesta del archipiélago. Es la fiesta más unificadora del año, capaz de poner en movimiento a toda la isla

El domingo después de la Epifanía comienza la fiesta, con el "ben démaré" en el mar, como forma de purificación para los "grupos despellejados" que salen a la calle. La fiesta dura hasta el Miércoles de Ceniza. Los días y las noches transcurren en un frenesí de alegría

Los disfraces rivalizan en inventiva. Se dice que, después de Río de Janeiro y Luisiana, los desfiles de Pointe-à-Pitre y Basse-Terre son los más elaborados. Cada año, los desfiles tienden a retrasarse más. Pero el espectáculo no es menos encantador En las boutiques especializadas y en los talleres de confección, la gente está ocupada desde el comienzo de la temporada invernal. De los trajes románticos a los más modernos, de los sexys a los ingenuos y DIY... Vestidos de pedrería y luz, cada grupo brilla durante todo el desfile.

Hay varios tipos de comparsas en el carnaval de Guadalupe. Las bandas de redoblantes son verdaderas orquestas, con sus trompetas, saxofones, tambores y otros instrumentos. Se reconocen por sus elaborados y relucientes trajes y sus coreografías. Los grupos de piel (o gwoup a po) tienen un enfoque más ancestral del carnaval o Mas (transformación del cuerpo), como ellos lo llaman, con sus tambores cubiertos de pieles de animales. Por último, los Ti Mas, a menudo formados por jóvenes con máscaras de gorila, van precedidos de látigos que restallan ruidosamente.

Momento de desahogo, el carnaval sigue siendo el desahogo por excelencia de las diferencias. Durante estas semanas, negros, blancos, coolies, békés y mestizos se mueven en el anonimato. Y, como en las ferias del sur de Francia, se desata el deseo de estar juntos.

Los tres días más importantes del Carnaval tienen cada uno un color dominante, que se refleja en los disfraces que lleva la gente. Este encuentro de máscaras y disfraces se produce en el marco de una intriga musical y rítmica. Vaval, rey de la fiesta, es la figura mítica. Su efigie se quema al final del carnaval para indicar que la fiesta ha terminado. Por supuesto, las emisoras de radio, las cadenas de televisión e Internet toman entonces el relevo, difundiendo una especie de himno, generalmente un éxito con letra explícita y rotunda, que bate todos los récords de audiencia. El carnaval de Guadalupe dura un año, un trimestre de preparativos, pero sobre todo semanas de fiesta y júbilo popular, ¡esperado con impaciencia por toda la población!

Historia del carnaval

El carnaval de Guadalupe hunde sus raíces en el pasado colonial del archipiélago. Cuando los colonos católicos se establecieron en las Antillas en el siglo XVII, trajeron consigo sus costumbres, entre ellas las fiestas de carnaval. De visita en las fincas de unos y otros, organizaban suntuosas recepciones y bailes de máscaras antes de la Cuaresma. En esta época del año, los esclavos no podían participar en todas las fiestas. El artículo 16 del Código Negro, promulgado por Luis XIV en 1685, les prohibía toda reunión. Así que organizaron sus propias fiestas, pero añadieron su propio toque. Utilizaban elementos directamente importados de su cultura africana, como máscaras, canciones, instrumentos musicales (tambores, ti-bois, cha-cha...) e incluso creencias.

Los amos toleraban entonces la organización de desfiles en las haciendas, útiles para determinados trabajos, gracias a la fuerza motriz del ritmo. Era una auténtica válvula de escape para los esclavos, que se burlaban de sus amos con canciones y disfraces. Mientras que para los amos las fiestas terminaban el Martes de Carnaval, dando paso a la Cuaresma, el carnaval de los esclavos se prolongaba hasta el Miércoles de Ceniza.

En el siglo XVIII, el carnaval estaba prohibido. Antes de la abolición de la esclavitud, los esclavos tenían prohibido desfilar fuera de la propiedad de sus amos. Sólo tras el fin del sistema esclavista, los libertos pudieron por fin desfilar plenamente por las calles.

Símbolos vinculados a la historia

El Carnaval es una ocasión para que los cristianos se diviertan y disfruten antes del periodo de privación conocido como Cuaresma. Comienza el Miércoles de Ceniza y dura 40 días. Aún hoy, el carnaval antillano tiene elementos simbólicos fuertemente influidos por la cultura africana y la esclavitud: látigos, máscaras, tambores, instrumentos musicales, etc. Hay que conocer la particular historia de las Antillas y la lucha de los esclavos por la libertad para entender la presencia de estos símbolos.

Días de grasa

Aunque el periodo festivo se extiende durante varias semanas, los días más festivos son los de Carnaval, del domingo al miércoles de Ceniza.

El Domingo de Carnaval está marcado por un gran y colorido desfile de máscaras con carrozas y bandas. Los látigos que restallan son una referencia directa a los siglos de esclavitud. El Lunes de Carnaval es el día de la inversión. Los hombres se disfrazan de mujeres y viceversa. Se celebran matrimonios burlescos. Por la noche se organiza un gran desfile nocturno. Pero el mayor desfile se celebra el martes de Carnaval en Basse-Terre, donde desfilan numerosas carrozas.

Por último, el Miércoles de Ceniza es el día de la gran "déboulé". Es el gran final del carnaval, tras meses de preparación y semanas de fiesta. Las comparsas desfilan en blanco y negro para celebrar el fin de las fiestas. Vaval es quemado para regocijo de todos. El año que viene resurgirá de sus cenizas con un nuevo rostro... A mediados de Cuaresma se organizan los "déboulés", en los que todo el mundo se viste de rojo y negro.

Vaval, el rey del carnaval

Si el carnaval cristiano tiene un rey de los locos que es sacrificado antes de la Cuaresma, el carnaval antillano, con sus múltiples influencias, también tiene una figura emblemática. Hay un rey que adopta la forma de un maniquí que desfila por la ciudad. Es Vaval, el rey del carnaval. Cada año se asigna un tema social, político o medioambiental al nuevo rey Vaval. Este personaje mítico participa en varios desfiles, antes de ser quemado en la plaza pública. La "brilé Vaval" marca el final del Carnaval. Esta cremación es altamente simbólica: se trata de una purificación del alma antes del comienzo del periodo de Cuaresma, en el que las restricciones estarán a la orden del día.

Las bandas, estrellas de los desfiles

Por ello, los grandes desfiles están formados por numerosas agrupaciones carnavalescas. En la actualidad, Guadalupe cuenta con unas 80 agrupaciones de este tipo, que pueden dividirse en diferentes categorías.

Algunos grupos utilizan instrumentos modernos. Hay grupos de tambores, por ejemplo, en los que desfilan bailarines y músicos a pie, todos con una mezcla de colores y trajes sublimes. Los instrumentos de metal marcan el ritmo del desfile. Las bandas de sintetizadores están formadas por sintetizadores, bajos y altavoces montados en una furgoneta. Los bailarines coreografiaban al compás. Este tipo de banda fue muy común hasta los años 70, cuando los desfiles a pie cobraron mayor importancia.

Hoy, los grupos tradicionales están cada vez más presentes en los desfiles. Las "bandas de piel" están formadas por músicos que tocan instrumentos tradicionales como tambores cubiertos de piel de cabra o caracolas lambi. Los jóvenes carnavaleros al frente de los grupos hacen sonar látigos como recuerdo de la esclavitud. El grupo Akiyo es un referente en este sentido.

Las "comparsas Ti Mas", que aparecieron en la década de 2000, atraen sobre todo a jóvenes. Los miembros llevan máscaras de gorila, mientras los músicos aporrean tambores y redoblantes. El más conocido de estos grupos es Mass Moul Massif, cuya reputación está bien asentada. Estos personajes se encuentran a menudo en las carreteras los fines de semana durante el día. Paran el tráfico, provocando algunos atascos, y dan unos pasos de baile delante de los coches, que sueltan a cambio de una moneda.

Mas Vyféò es un grupo del municipio de Vieux-Fort. Formado a principios del siglo XX, tiene la particularidad de llevar siempre el mismo traje tradicional: tela de madrás, cintas, máscaras de malla metálica y espejos en el tocado. El estilo musical del grupo es igualmente original, basado en la flauta, el acordeón, el triángulo y el chachachá.

El Carnaval reúne también a las comunidades culturales minoritarias de Guadalupe, con grupos de Haití, Brasil y la República Dominicana. Incluso hay un grupo bretón, Bagad-Karukéra, que mezcla los sonidos de la gaita y el Ka (un tambor tradicional local).

Personajes míticos

En el corazón de las comparsas, encontrará personajes míticos que se han convertido en símbolos de los desfiles. Todos estos personajes se inspiran en la cultura europea y africana y en el periodo de la esclavitud.

Hombres y mujeres se disfrazan y encarnan al "Neg Marron". Vestidos con un taparrabos, están completamente cubiertos de melaza (un jarabe de batería mezclado con hollín). Representan a los negros cimarrones, los esclavos fugitivos que abandonaban las plantaciones y vivían por su cuenta en los bosques, escondiéndose de sus amos.

Los sopladores de caracolas soplan en una caracola lambi que sirve de instrumento musical. En aquella época, este instrumento se utilizaba en los pueblos para anunciar una muerte o una catástrofe natural.

Otros personajes reconocibles son los "malpwops", personas vestidas con atuendos muy sexys o trajecitos para desfilar. Originalmente estaban presentes en las bodas burlescas del Lunes de Carnaval, antes de generalizarse. Los atuendos y actitudes sugerentes forman parte de la tradición carnavalesca antillana: encarnan la idea de desahogarse.

Una fiesta popular

El Carnaval es la época del año más esperada por los guadalupeños. Esta fiesta tiene una fuerte dimensión popular. Los festejos se preparan con meses de antelación. Los grupos trabajan sus canciones, coreografías y disfraces en numerosos talleres y sesiones de ensayo.

El Carnaval es un acontecimiento que reúne a las familias: jóvenes y mayores forman parte de las comparsas. Los espectadores también acuden a los desfiles con sus familias. En cada desfile, las calles se ven invadidas por guadalupeños y visitantes deseosos de seguir los ritmos de las comparsas y maravillarse ante el mosaico de colores. Los visitantes más acostumbrados se instalan a lo largo del recorrido con sus sillas plegables y sus neveras. Muchos llegan temprano para asegurarse la mejor posición para admirar el desfile

Cada año, el carnaval es también un momento de protesta y denuncia. Muchos carnavaleros y espectadores utilizan pancartas y pancartas para expresar sus opiniones sobre cuestiones sociales (políticas, sociales, sanitarias, históricas), ¡no sin sentido del humor o un tono subido de tono!

El "Ben démarré", primeros pasos de las festividades

Cada1 de enero, algunas agrupaciones carnavalescas se reúnen para realizar el tradicional "ben démaré". Se trata de un pequeño desfile antes de bajar al mar a bañarse. Es una forma de empezar bien el año, deshaciéndose de todo lo malo ocurrido durante el año anterior.