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Eoliennes dans le désert marocain © Anton_Petrus - iStockphoto.com.jpg

Parques nacionales y áreas protegidas

Marruecos es un paraíso para excursionistas y amantes de la naturaleza. Hay tantos entornos naturales para elegir: costas, montañas, ramblas, oasis y desiertos. La creación de parques nacionales en Marruecos comenzó en los años 30 y ha continuado desde entonces, sobre todo a raíz de la Cumbre de la Tierra de Río en 1992. En la actualidad existen unos 154 "Lugares de Interés Biológico y Ecológico", entre ellos diez parques nacionales y 146 reservas naturales. Cada vez se desarrollan más iniciativas de ecoturismo en estas zonas, con el objetivo de conciliar la protección del patrimonio y el desarrollo local.

Parque Nacional de Toubkal: situado en las montañas del Alto Atlas, este parque alberga el segundo pico más alto de África, el monte Djebel Toubkal, que culmina a 4.167 metros de altitud. Situado a 75 kilómetros al sur de Marrakech, puede recorrerse a pie, aunque es obligatorio contar con un guía local cualificado. Los excursionistas experimentados descubrirán paisajes imponentes: valles, relieves, ríos y manantiales, asociados a robles, enebros thurifer y cedros. Los visitantes apreciarán detenerse en las aguas cristalinas del lago Ifni, el más alto del país, a 2.295 metros de altitud, ideal para bañarse en verano. En cuanto a la fauna, los visitantes más atentos podrán avistar borregos cimarrones, águilas reales, quebrantahuesos y monos de cola negra. Además de sus actividades de protección de la naturaleza, el parque está muy comprometido con la sensibilización hacia el medio ambiente y cuenta con un ecomuseo, auténtico escaparate del parque, situado entre los pueblos de Asni e Imlil.

Parque Nacional de Tazekka: situado al sur del Medio Atlas, este parque tiene como objetivo preservar los ecosistemas forestales en torno al monte Tazzeka, hogar del ciervo del Atlas, especie reintroducida en 1994 en los bosques de robles (alcornoque, roble cebra y encina). La cima del Djebel Tazekka está rodeada de un bosquecillo de cedros. Entre los mamíferos del parque figuran también el puercoespín crestado, el erizo argelino y varias especies de murciélagos, así como el chacal dorado y el zorro rojo. Entre las aves, destacan el águila culebrera y el águila perdicera.

Parque Nacional de Iriqui: protege entornos desérticos. Situado cerca de la frontera argelina, incluye ecosistemas dunares asociados a la acacia, así como un humedal temporal, el lago Iriqui, que alberga gacelas dorcas, hienas rayadas, camaleones, salamanquesas y otros reptiles, así como numerosas especies de aves migratorias invernantes.

Parque Nacional de Alhucemas. Situado al norte del país, en la costa mediterránea, este parque está formado por magníficas zonas costeras y zonas montañosas del interior.

Parque Nacional de Talassemtane. Situado cerca de Chefchaouen, en el noroeste del país y sometido a influencias mediterráneas y montañosas, está formado por pintorescos paisajes de acantilados, bosques y profundas y estrechas gargantas. Alberga una importante biodiversidad, incluidas especies endémicas como el abeto marroquí, así como macacos, nutrias y linces.

Parque Nacional de Ifrane. En el corazón del Medio Atlas, este parque acoge por igual a visitantes y pescadores. Ofrece paisajes sublimes, característicos de esta región de lagos y bosques.

Parque Nacional del Alto Atlas Oriental. Este parque destaca por la gran variedad de sus entornos naturales. Bosques de cedros y robles, enebros thuríferos y sabinas fenicias dan paso a un paisaje estepario a mayor altitud. En cuanto a la fauna, hay una población de ovejas de Berbería y gacelas de Cuvier, así como raros leopardos berberiscos y lobos egipcios, rapaces y otras especies de aves, anfibios y reptiles. Los visitantes interesados en el patrimonio cultural del país no querrán perderse el festival de compromiso Imilchil, una celebración tradicional que tiene lugar todos los años durante el verano.

Parque Nacional de Khenifiss. Situado al noreste del país, alberga la fauna y flora características de los humedales de la laguna de Khenifiss, así como restos arqueológicos.

Parque Nacional de Khénifra. Situado en las montañas del Atlas Medio, este parque alberga numerosos mamíferos, entre ellos hienas rayadas y aves rapaces como el águila real, así como reptiles y anfibios. También alberga uno de los mayores bosques de cedros del país, en Ajdir Izayane, asociado a poblaciones de diferentes especies de roble y pino marítimo. También hay praderas húmedas salpicadas de enebro y thurifer.

Parque Nacional de Souss-Massa. Situado entre Agadir y Tiznit, bordeado por el Alto Atlas, el Antiatlas y el océano Atlántico, este parque alberga una biodiversidad excepcional, incluidas especies endémicas. Para los naturalistas, los uadis de Souss y Massa albergan más de 40 especies de reptiles y anfibios, así como un gran número de mamíferos (entre ellos gacelas, mangostas y chacales) y especies de aves, incluida una de las últimas poblaciones de ibis calvo que quedan. La flora del parque se estima en más de 300 especies, incluidas euforbias y arganes. Más de 28 especies, principalmente de fauna, son endémicas del parque en común con las Islas Canarias.

Reserva de la Biosfera de la Arganeraie: reserva natural clasificada en 1998 en el marco del programa "El Hombre y la Biosfera" de la UNESCO, forma parte del Parque Nacional de Souss-Massa. Su objetivo es proteger el ecosistema del argán, amenazado por la desertización y la presión humana. La clasificación también pretende mantener el desarrollo económico local basado en prácticas ancestrales, apoyado en particular por cooperativas de mujeres.

Desafíos medioambientales

La estrategia medioambiental nacional elaborada por el país se basa en una evaluación de la situación actual, destacando una serie de cuestiones prioritarias en materia de medio ambiente y salud pública. Entre ellos figuran la gestión del agua, la lucha contra la desertización, la contaminación y la degradación de los medios naturales. La biodiversidad está amenazada por las presiones principalmente antropogénicas ejercidas sobre los medios y las especies. La sobrepesca, la caza y la recolección excesiva (de plantas) han provocado la desaparición de ciertas especies y amenazan a otras. La contaminación procedente de la agricultura, la industria y la urbanización (ligada a las infraestructuras turísticas) ha provocado la polución del aire, el agua y el suelo, alterando la calidad de estos medios y contribuyendo a la contaminación de las propias especies y de la cadena alimentaria. Por último, la extracción masiva de arena para la construcción, el sobrepastoreo y la deforestación contribuyen a la erosión del suelo y hacen que la región sea más vulnerable al cambio climático y a los riesgos naturales presentes en el país, en particular las sequías y las inundaciones. La contaminación de los recursos hídricos, combinada con una gestión inadecuada de los efluentes acuosos y los residuos, también repercute en la salud humana. La calidad del aire también es motivo de preocupación en las grandes ciudades. Se debe principalmente a las partículas emitidas por el tráfico rodado y las actividades industriales, y representa un coste humano y financiero. La mala calidad del aire es la octava causa de mortalidad en Marruecos, con un coste del 1,62% del PIB. La agricultura afecta a los recursos hídricos y genera efluentes cargados de pesticidas. El cultivo del olivo plantea problemas relacionados con los margines, mezcla de aceite y agua, que al verterse en las aguas del Oued Sebou contaminan los lugares de producción de agua potable aguas abajo. La agricultura también contribuye al fenómeno de la deforestación, que suscita cierta preocupación en el país. El país sigue dependiendo en gran medida de los combustibles fósiles, la mayoría importados. La leña sigue estando muy extendida, lo que genera problemas de calidad del aire, emisiones de gases de efecto invernadero y deforestación.

Plan Nacional de Calidad del Aire

Para hacer frente a los problemas de calidad del aire, se ha elaborado un nuevo Plan Nacional del Aire para el periodo 2018-2030, que incluye la mejora de la vigilancia de la calidad del aire mediante nuevas estaciones de control. También se prevén medidas reguladoras, sobre todo en relación con la industria y el transporte.

Gestión de residuos

Para poner en marcha una gestión adecuada de los residuos, el país lanzó en 2008 un Plan Nacional de Residuos Domésticos, cuyos plazos para la creación de lugares de almacenamiento se han retrasado hasta 2024, tras numerosos retrasos. Aún quedan esfuerzos por hacer, sobre todo en las ciudades de Casablanca y Tánger.

Energía renovable

Marruecos cuenta con un Plan Nacional de Energías Renovables que establece el objetivo de que el 42% de la electricidad proceda de energías renovables para 2020. En 2021, esta tasa era sólo del 16,57%, por lo que aún queda trabajo por hacer en Marruecos para alcanzar este objetivo. Es también en este contexto que la primera parte de la central termodinámica de Noor se puso en marcha en 2016. Situada cerca de Ouarzazate, está equipada con espejos que captan la energía del sol, con una capacidad que pretende alcanzar los 480 megavatios tras su ampliación. Está previsto construir otras cuatro centrales solares en el país. Marruecos también aprovecha su potencial eólico, con una capacidad de 787 megavatios en 2016.

Plan Mediterráneo

Iniciado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en 1975, el Plan de Acción para el Mediterráneo (PAM) tiene por objeto combatir la contaminación del medio marino. Reúne a los diversos países del Mediterráneo, incluido Marruecos, y establece objetivos o marcos de acción para reducir la contaminación, proteger la biodiversidad y adaptarse al cambio climático.