Les grands défis de l’Education

En Alemania, el sistema educativo está organizado por los Länder. Esto significa que cada Land decide la estructura del currículo escolar, los planes de estudio y los exámenes. La escolarización comienza en una Grundschule, a la que los alumnos acceden a los 6 años. Al final de estos cuatro años de educación primaria, los alumnos pueden elegir entre distintos tipos de centros: la Hauptschule, que conduce al aprendizaje y a los oficios manuales; el Gymnasium, que es la vía académica que conduce al Abitur (equivalente al bachillerato), necesario para acceder a la universidad; o la Realschule, que ofrece formación para oficios técnicos, administrativos o comerciales. Hay que señalar que cada itinerario es valorado y que los llamados itinerarios técnicos son tan apreciados como el itinerario tradicional que pasa por el Abitur y la universidad. De hecho, alrededor del 50% de los jóvenes eligen la formación profesional. La enseñanza superior es prácticamente gratuita (aparte de las tasas académicas). Según las últimas cifras, hay casi 3 millones de estudiantes en el país.

Como en muchos países europeos, la educación en Alemania se enfrenta a una serie de retos, empezando por la escasez de profesores. Según las últimas estimaciones, faltan decenas de miles de profesores. Este fenómeno afecta especialmente a algunas regiones del este del país, donde no se compensan las jubilaciones. Esto se debe también al fuerte aumento del número de alumnos y al escaso atractivo de la profesión.

Des minorités protégées aux droits garantis

Alemania es un país progresista en lo que se refiere a los derechos de las minorías sexuales, aunque hay que decir que los avances legales en este ámbito han llegado relativamente tarde. La homosexualidad se despenalizó en Alemania Occidental a finales de la década de 1960, pero la discriminación por la mayoría de edad sexual entre heterosexuales y homosexuales no se abolió hasta 1994. En 2017, el Bundestag aprobó una ley que legaliza el matrimonio entre personas del mismo sexo. La protección contra la discriminación está consagrada en la Ley Fundamental (a través de la Allgemeines Gleichbehandlungsgesetz - AGG). Esto crea un clima favorable para el desarrollo de la vida LGBTQ en las principales ciudades de Alemania. Berlín, Hamburgo y Colonia, en particular, son hervideros de vida queer, con algunos de los mayores actos del Orgullo de Europa. En las zonas rurales, el tema es más delicado. El auge de la extrema derecha pone en peligro la cohesión social y favorece la aparición de discursos de odio que amenazan directamente a las minorías. En conjunto, Alemania se considera relativamente abierta, pero persiste la discriminación en el empleo y la vivienda, y se dan casos de violencia.

L’accès au logement et à la Santé au cœur de la société allemande

Estadísticamente, alrededor del 55% de los alemanes son inquilinos, una de las tasas más altas de Europa. La relación con la propiedad inmobiliaria en la sociedad alemana es bastante diferente. Ser propietario de una vivienda no es fundamentalmente un objetivo, pero la elevada proporción de inquilinos se ha visto compensada por un aumento significativo de los alquileres en los últimos años, lo que dificulta que muchos hogares con bajos ingresos puedan permitirse una propiedad. En Colonia, por ejemplo, se espera que los alquileres suban una media del 36% entre 2020 y 2025. La llamada "gentrificación" de las ciudades alemanas está intensificando este fenómeno: barrios que antes eran obreros y de bajo coste se están volviendo atractivos para una población más acomodada, creando un desplazamiento de la población.

Las viviendas sociales son construidas o subvencionadas por el Estado o los Länder gracias a subvenciones públicas. A cambio, los alquileres se limitan durante un periodo determinado (a menudo de 15 a 30 años). En teoría, más de la mitad de los hogares alemanes tendrían derecho a una vivienda social en función de sus ingresos, pero la oferta es insuficiente. En 2022 habrá alrededor de 1,1 millones de viviendas sociales, frente a más de 3 millones en los años noventa. El parque de vivienda social disminuye cada año, ya que muchas viviendas abandonan el régimen al expirar sus subvenciones.

El acceso a la sanidad es un derecho universal en Alemania. El seguro de enfermedad es obligatorio y está garantizado, incluso para los más vulnerables. Los puntos fuertes del sistema sanitario alemán incluyen una infraestructura médica bien desarrollada y un excelente acceso a la asistencia. Sin embargo, el envejecimiento de la población es uno de los principales retos en este ámbito en las próximas décadas, al igual que los desiertos médicos en las zonas rurales.