Breve historia del cine alemán

Recorrer la historia del cine alemán es viajar a través de más de un siglo del séptimo arte. Fue en Alemania donde se encontraron los primeros ejemplos de proyección cinematográfica. Contemporáneos de los hermanos Lumière, Max y Emil Skladanowsky organizaron la primera proyección cinematográfica en Berlín, el1 de noviembre de 1895, utilizando su propia máquina, la Bioscop. Una década más tarde, ya había casi mil salas de cine en Alemania en la década de 1910. En 1912 se fundó Babelsberg, uno de los primeros estudios cinematográficos alemanes aún en funcionamiento, que vio nacer a las primeras estrellas alemanas, y que continuó después de la guerra a través de Universum Film AG (UFA), que acompañó la carrera de los grandes cineastas de los años veinte, así como el nacimiento del movimiento expresionista alemán. Caracterizado por el abandono del realismo y la predilección por los relatos de terror y policíacos en el difícil contexto de la posguerra, este movimiento artístico produjo películas tan apasionantes como El gabinete del Dr. Caligari (1920), de Robert Wiene, El Golem (1920), de Paul Wegener, El Dr. Mabuse (1922) y Metrópolis (1927), de Fritz Lang, así como Nosferatu (1922), de Friedrich Wilhelm Murnau. Contemporáneo de estas figuras, Ernst Lubitsch(Ninotchka, 1939, con Greta Garbo) se exilió en Estados Unidos en 1922 y se convirtió en una de las grandes figuras de Hollywood.

Al mismo tiempo, Marlene Dietrich protagonizaba películas más intimistas pero igualmente poderosas, como El ángel azul (1930), de Josef von Sternberg. Alemania fue también una de las cunas del cine de animación, y Lotte Reininger, figura destacada de este movimiento en los años veinte, fue una de las primeras directoras del mundo. Su largometraje Las aventuras del príncipe Achmed (1926) es una maravilla de sombras chinescas animadas, ahora disponible en línea en versión restaurada, al igual que muchos de sus cortometrajes.

Al final de la Segunda Guerra Mundial, el cine, que se había convertido en una máquina de propaganda, luchaba por recuperarse. De los escombros del conflicto (pensemos en Alemania Año Cero, de Roberto Rossellini, rodada en Berlín en 1948) surgió un nuevo cine alemán, dolorosamente dividido por la brecha Este-Oeste. Mientras que en el Este el cine se desarrolló bajo el estricto control del régimen de la RDA, en el Oeste se fue imponiendo el Nuevo Cine Alemán, que floreció en la década de 1970 de la mano de directores como Rainer Werner Fassbinder y Volker Schlöndorff, Werner Herzog y Wim Wenders, así como Rosa von Praunheim y Margarethe von Trotta, que llevaron a la pantalla causas feministas y LGBT en películas como No es el homosexual el pervertido, sino la sociedad en la que vive (1971) y Los años de plomo (1981).

Otras películas son El tambor (Schlöndorff, 1979), primera película alemana en ganar el Oscar a la mejor película extranjera, Fitzcarraldo (Herzog, 1982, protagonizada por Klaus Kinski), El matrimonio de Maria Braun (Fassbinder, 1978) y París, Texas (Wenders, 1984). Junto a estos éxitos de la crítica, la década de 1980 fue testigo de un número cada vez mayor de éxitos del gran público. Entre ellos, la película de culto Das Boot (1981), de Wolfgang Petersen, y L'Histoire sans fin (1984). La televisión, y las coproducciones con Francia, también propiciaron la aparición de grandes series como Heimat (1984), de Edgar Reitz, y la conocida Inspector Derrick (1974-1998), que se vio empañada en 2013 por el descubrimiento del pasado nazi de su protagonista, Horst Tappert.

Desde la reunificación, el cine alemán se ha vuelto plural, con un buen abanico de cineastas independientes. La Berlinale, uno de los festivales de cine más populares del mundo, muestra cada año esta diversidad. Al mismo tiempo, los estudios de Babelsberg y Múnich, casi centenarios, acogen cada vez más producciones internacionales, desde V de Vendetta hasta las últimas películas de Wes Anderson, y Hollywood sigue teniendo su cuota de alemanes notables, como Hans Zimmer, compositor de renombre internacional, o Roland Emmerich, especialista en películas de catástrofes con grandes efectos especiales.

En el terreno de las series, destacan el thriller de ciencia ficción Dark (2017-2020), la extraña Unorthodox (2020) y Nos mères, nos pères (2013), una miniserie que traza el destino de cinco jóvenes alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Todas estas producciones pueden descubrirse ahora en plataformas de streaming, para deleite de los más curiosos.

Lugares emblemáticos de la región

Hay multitud de cines donde disfrutar de los últimos estrenos alemanes e internacionales. Sólo en Colonia hay más de cincuenta salas, algunas de ellas en funcionamiento desde los años cincuenta. El Weisshaus Kino, inaugurado en 1953, ofrece hoy una selección de películas de arte y ensayo en dos acogedoras salas, mientras que el Cinedom, con sus 14 pantallas y 3.500 butacas, es uno de los multicines imprescindibles de la ciudad.

Aún más vintage: la Neue Filmbühne, en Bonn, lleva acogiendo al público desde los años 30, con su estilo conservado y su ambiente acogedor, mientras que el Cine Star, o Sternlichtspiele, lleva en funcionamiento desde... ¡1913! Más inusual es la Bonner Kinemathek, también conocida como "el cine en la panadería". Fundado en 1986 en una antigua panadería reconvertida, este centro cultural ha ganado desde entonces numerosos premios por su cuidada programación.

Por último, Düsseldorf no se queda atrás, con sus diez salas de cine y su Museo del Cine, que lleva a los curiosos por una odisea a través de la historia del séptimo arte. La institución alberga también una gran colección de películas para curiosos, y acoge regularmente exposiciones emblemáticas tanto sobre cineastas de renombre como sobre periodos olvidados de la historia del cine. Su viaje cinematográfico termina en la Caja Negra, una sala anexa al museo, donde pianistas interpretan regularmente en directo acompañamientos de clásicos del cine mudo. Es una inmersión inolvidable en el pasado.