Una fauna diversa

Con 36.000 especies que componen su fauna, Polonia es sin duda el hogar de muchos animales. Algunos de los más comunes en el continente europeo, como el jabalí, el lince, el bisonte y el rebeco, pueden encontrarse en Polonia. El bisonte sigue siendo el mamífero más emblemático del país, ya que se ha salvado de la extinción gracias a las políticas de conservación. Cambiante con las estaciones, la fauna de Polonia se transforma a lo largo del año. En otoño, se puede oír la berrea de los ciervos en los bosques, mientras que en invierno el aullido de los lobos perfora el silencio de la naturaleza. En verano, las mariposas multicolores invaden los prados, sobre todo en las montañas Pienines La fauna del país se caracteriza sobre todo por su gran número de aves. Con más de 400 especies diferentes, el país es un paraíso para los observadores de aves. Grullas, águilas, búhos, cigüeñas blancas y garzas reales son sólo algunas de las especies que se pueden observar durante un viaje a Polonia. No siempre hay que esconderse en el campo: sólo en Varsovia se pueden avistar nada menos que 180 especies Sin embargo, la región de los lagos de Masuria es un lugar especialmente propicio para la observación de aves. Por último, los medios acuáticos como ríos, torrentes y lagos (tanto naturales como artificiales) albergan una gran variedad de peces de agua dulce, como truchas, cucarachas, luciopercas, luciopercas e incluso siluros. Polonia es el patio de recreo ideal para los pescadores En los balnearios se puede pescar bacalao en el Báltico. En algunos parques nacionales también podrá disfrutar de este pasatiempo. Por cierto, la riqueza de la fauna polaca es tal que 19 de los 23 parques nacionales existentes han optado por incluir en sus logotipos el animal más característico de su territorio.

Flora excepcional

Más de un tercio de Polonia está cubierto de bosques, un verdadero tesoro de verdor. Piceas, robles, pinos y hayas son sólo algunas de las especies que pueblan estas vastas zonas. Los bosques polacos figuran entre los más extensos de Europa, con un enorme número de especies vegetales catalogadas. El Parque Nacional de Białowieża, por ejemplo, alberga el mayor bosque caducifolio de Europa. Está formado principalmente por hayas y robles. En los Cárpatos y los Sudetes, en cambio, las coníferas dominan el paisaje. Los pinos y abetos que pueblan estas regiones montañosas ofrecen un soberbio panorama alpino. Estos bosques son verdaderos viveros de biodiversidad, al igual que los prados y humedales polacos. Estos últimos son el hábitat ideal para muchas especies vegetales, entre ellas gramíneas y flores silvestres (como orquídeas), juncos y nenúfares.

Cuestiones de conservación

Polonia está muy comprometida con la conservación de su flora y fauna. El país está lleno de parques nacionales, reservas naturales y zonas protegidas. Estas zonas son esenciales para la protección de especies animales y vegetales en peligro, ya que permiten aplicar un estricto marco legal. El país participa en varios programas de conservación, como Natura 2000, cuyo principal objetivo es proteger los hábitats naturales y las especies de interés comunitario en toda la Unión Europea. La lucha contra la caza furtiva, el comercio ilegal de animales salvajes y la tala masiva (que amenaza desde hace unos años el bosque primario de Białowieża) son batallas que hay que librar para proteger las riquezas naturales de Polonia. Existen diversas medidas para contrarrestar estas acciones ilegales, como fuertes sanciones penales, patrullas de vigilancia en zonas sensibles o grandes campañas de concienciación. Este último punto es uno de los componentes esenciales en el camino hacia la conservación. En efecto, informar al público sobre los riesgos que corren la flora y la fauna es vital para sensibilizarlo. La sólida cooperación entre el gobierno, las asociaciones conservacionistas, las comunidades locales, los científicos y las organizaciones conservacionistas es eficaz en muchos países. Gracias a ella, se pueden emprender acciones concretas para concienciar a los turistas y a las escuelas sobre la necesidad de preservar los ecosistemas sensibles y las especies vulnerables. La conservación de la flora y la fauna es un proceso continuo, por lo que Polonia mantiene el rumbo para garantizar la continuidad de sus esfuerzos.