Familia y amigos: un lugar central
Los polacos son muy sociables y, sobre todo, muy familiares y amigos. Les gusta compartir momentos agradables con ellos, en fiestas y cenas. El hogar (en el sentido literal de la palabra) es importante para los polacos, ya que suele ser el escenario de momentos de convivencia e intimidad. Tradicionalmente son las mujeres quienes se ocupan de ellos, aunque esta tendencia está cambiando (como en muchos otros países europeos) con el aumento del número de mujeres trabajadoras y los cambios de actitud, impulsados principalmente por las generaciones más jóvenes. Los lazos con la familia extensa (abuelos, tíos, primos) son muy estrechos. Los polacos aprecian la oportunidad de celebrar las ocasiones especiales de la vida, como cumpleaños, bautizos y bodas, con todos los miembros de la familia. Estas ocasiones especiales fomentan el acercamiento y refuerzan los lazos intrafamiliares. Los amigos íntimos de casa también suelen considerarse parte de la familia. Así, las salidas o los momentos compartidos con amigos son tan apreciados por los polacos como las reuniones familiares. Muchos mantienen una larga amistad con compañeros que conocieron en la escuela. De hecho, se prefieren las amistades estables, duraderas y profundas a las relaciones superficiales. El círculo de amigos polacos suele ser pequeño, pero está formado por personas fiables, estables y leales.
Vivir de la cultura
La cultura polaca tiene una rica historia que se remonta a más de mil años. Los polacos conceden gran importancia a la cultura en su vida cotidiana y como parte de su identidad nacional. Les encanta compartir su cultura con los extranjeros que sienten curiosidad por aprender más sobre su patrimonio cultural. Desde la música y la danza hasta la literatura, el arte y la arquitectura, Polonia tiene mucho que descubrir Existe una gran tradición de ópera, teatro musical y ballet en el país, que también cuenta con un gran número de estructuras de apoyo a la creación musical. Una de las más notables es sin duda la Ópera Nacional de Varsovia, seguida de las Óperas de Wrocław, Poznań, Łódź y Szczecin. En la zona se celebran cada año numerosos festivales de música clásica y ópera, como el Festival Internacional de Música Antigua de Jarosław, el Festival Internacional de Música de Cámara y Ópera de Varsovia y el Festival de Ópera de Bydgoszcz. Todos estos acontecimientos son oportunidades para que los polacos disfruten de momentos festivos con la familia y/o los amigos.
La presencia de grandes compositores polacos, como Frédéric Chopin, fomenta el interés por la música clásica en Polonia. El célebre compositor es un verdadero orgullo nacional. Su obra y su persona se celebran regularmente a través de diversos conciertos, festivales y concursos anuales de piano. También hay un museo nacional en Varsovia que recorre su historia. Encontrará más información sobre Chopin en la sección "Tras las huellas de Chopin" de esta guía.
Aunque es el compositor polaco más conocido, Chopin no es el único apreciado en Polonia. Bach, Beethoven, Schubert y Mozart son grandes artistas que los polacos adoran escuchar y celebrar. Además de la música clásica, el rock y el pop también son populares en Polonia. El rap, por su parte, se ha ido imponiendo poco a poco en el panorama musical del país en los últimos años. Los polacos están muy apegados a sus tradiciones, y conceden especial importancia a su música folclórica. El klezmer (originario de Europa Central y Oriental) es una tradición musical de los judíos asquenazíes, y es uno de los estilos musicales popularizados en el país gracias a grupos tan conocidos como Max Klezmer Band. Por último, la escena de la música electrónica es bastante sólida. Los clubes berlineses son un auténtico bastión del electro, que influye en la escena polaca y en muchas otras de Europa.
Deporte y actividades al aire libre
Al igual que la cultura, el deporte también es muy popular entre los polacos. El fútbol, por ejemplo, es el deporte más popular del país. El campeonato nacional, la Ekstraklasa, tiene muchos seguidores, lo que a veces provoca violentos enfrentamientos entre hinchas en partidos de alto nivel. La selección nacional cuenta con un gran apoyo y participa regularmente en competiciones internacionales y europeas. Otro deporte de equipo al que los polacos son especialmente aficionados es el voleibol. Este deporte se convirtió en simbólico en Polonia en 1974. Durante el Campeonato Mundial de México, en plena Guerra Fría, el país ganó su partido contra la URSS. La victoria adquirió una dimensión política que iba mucho más allá de las cuestiones deportivas. Al igual que la selección nacional de fútbol, la de voleibol tiene éxito y reconocimiento internacional. Hoy en día, el voleibol es tan popular a nivel local como nacional, e incluso es el segundo deporte más popular del país. El país cuenta con numerosos atletas de renombre en multitud de disciplinas, por lo que los grandes acontecimientos deportivos se acogen con entusiasmo y se celebran como es debido
Los amplios espacios abiertos, las montañas y los bosques del país lo convierten en un lugar ideal para las actividades al aire libre. Las regiones de los Tatras y los Montes Gigantes son las preferidas por los polacos para practicar senderismo, escalada y alpinismo. Durante los meses de invierno, estas regiones montañosas son ideales para practicar deportes de nieve. Los lagos, ríos y el mar Báltico albergan deportes acuáticos como piragüismo, kayak, surf y vela. Por último, pero no por ello menos importante, los numerosos carriles bici convierten el ciclismo en un placer, tanto para el ocio como para desplazarse al trabajo. Los polacos disfrutan con estas actividades al aire libre y les gusta hacerlas en grupo. En verano, estas actividades brindan la oportunidad de reunirse para hacer picnics y barbacoas después de un día de deporte.