¿Por qué au Kazakhstan?

Las tiendas y supermercados abren todos los días, generalmente de 9 a 19 o 20 horas. En todas las ciudades hay numerosos pequeños comercios que venden productos básicos (agua, cigarrillos, alcohol, aperitivos, etc.) y que permanecen abiertos hasta altas horas de la noche. Los bazares abren temprano por la mañana. A partir de las cuatro de la tarde, la actividad se ralentiza y algunos puestos empiezan a cerrar. Por regla general, todos los bazares cierran los lunes, día de la gran limpieza.

Los servicios públicos (correos, bancos, etc.) abren durante la semana (y los sábados en el caso de correos) entre las 9 y las 17.30 horas, con una pausa para comer entre las 13 y las 14 horas.

Los museos y lugares turísticos de pago suelen descansar los domingos o los lunes. El resto de los días, todos los museos y monumentos abren de 9 a 17 o 18 horas, según la temporada. Algunos cierran para comer entre las 13 y las 14 horas.

Kazajistán está alejado de los circuitos turísticos, y aunque improvise el viaje en el último momento, no tendrá problemas para ver todo lo que le interese sin tener que reservar nada con antelación, con tres excepciones:

Kurchátov, que solo puede visitarse con un equipo especial debido a su radiactividad.

Baikonur, que requiere una autorización especial tanto de Kazajistán como de Rusia (actualmente es imposible acceder).

La zona del macizo de Altái, que aunque se vayan suavizando las formalidades, aún se requieren permisos especiales si se planea hacer senderismo en las zonas cercanas a las fronteras rusa y china.

Evocando prácticas que se remontan a la antigua URSS, Kazajistán aplica una doble tarifa de entrada a los principales monumentos y museos, y los turistas pagan mucho más que los locales, una práctica habitual en Asia Central. A pesar de ello, los precios para los visitantes siguen siendo muy asequibles en comparación con España, pero cuidado, a menudo habrá que pagar un suplemento para hacer fotos (excepto con un smartphone), un plus si quiere filmar y otro para disfrutar de una visita guiada o una audioguía.

Kazajistán no brilla especialmente por su calendario cultural, y las principales celebraciones suelen estar relacionadas con la historia reciente del país (Día de la Independencia, Día de la Constitución, Día de la Victoria, etc.). Los mayores acontecimientos festivos tienen lugar en torno al 21 de marzo y el Nouruz, el año nuevo oriental, que celebra la renovación de la naturaleza y está marcado por conciertos, juegos ecuestres, fuegos artificiales (en la capital), etc.

También están los Juegos Nómadas, en los que participan las principales naciones de habla túrquica: Kazajistán, Azerbaiyán, Uzbekistán, Turkmenistán, Turquía, etc. Las tres primeras ediciones se celebraron en Kirguistán, pero ahora cada país participante acoge una edición por turno. En 2024, fue el turno de Astaná, en Kazajistán.

Pueden resultar útiles en algunos de los principales museos de la capital, donde las traducciones al inglés, principalmente, no siempre están completas o detalladas. Fuera de las ciudades, los guías locales le ayudarán sin duda a leer mejor los paisajes, ya sea en los montes Altái o en el reseco fondo del antiguo mar de Aral. Un buen conocimiento del terreno puede ayudarle a menudo a descifrar lo que ve.

Por último, las visitas guiadas serán obligatorias en algunos lugares del país, como Kurchátov (centro de control de pruebas nucleares), el cosmódromo de Baikonur y el gulag de Karagandá.

Está prohibido fumar en lugares públicos, pero hay zonas para fumadores en todas las estaciones, aeropuertos y muchos restaurantes. En los hoteles, pida una habitación para fumadores o con balcón si le es imprescindible.

En Almaty y Astaná encontrará la mayoría de las marcas americanas, que se fabrican en Turquía. En el resto del país, son más comunes las marcas locales. Los paquetes de cigarrillos cuestan mucho menos que en Europa, y se pueden comprar cigarrillos sueltos a los vendedores ambulantes.

No hay prácticas realmente censurables en los destinos turísticos kazajos, aunque pueda parecer que le tomen el pelo con la aplicación de tarifas dobles. A veces, puede que se sienta decepcionado al contratar los sevicios de un guía en los museos, y que este tenga poco nivel de conocimientos lingüísticos o generales. Tampoco se trata de una estafa, simplemente es una falta de escuelas profesionales y niveles de formación que no equivalen a los que estamos acostumbrados en España. A menudo, con paciencia y tolerancia, puede compensar la falta de información con pasar un buen rato y entablar una amigable conversación.

Enseguida se dará cuenta de que casi todos los museos terminan con una sala dedicada al Kazajistán independiente y, muy a menudo, a la gloria del presidente Nazarbáyev. No se burle y no aproveche la ocasión para abrir un debate político, aunque le parezca que el guía intenta ser crítico. Corre el riesgo de ponerle muy incómodo sin beneficiar a nadie. Del mismo modo, evite los temas políticos, tanto en público como en privado, si no le han invitado expresamente a ello.