Le tourisme est important aux Seychelles © Fokke - stock.adobe.com.jpg
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En busca de la estabilidad

Volvamos a la crisis de 2008: la subida del precio del petróleo y las turbulencias de los mercados financieros tuvieron un efecto devastador en la economía del país, e incluso el Gobernador del Banco Central dimitió, oficialmente por motivos de salud. Su marcha ha permitido evaluar la magnitud de los daños... y la miopía del Gobierno, al que algunos analistas económicos reprochan haber intentado modernizar el país demasiado deprisa, lo que ha provocado un enorme endeudamiento. Las raíces de la crisis, que comenzó con Albert René, se encuentran en el hecho de que el país ha estado viviendo por encima de sus posibilidades, con el corolario de uno de los mayores aumentos del nivel de vida de África en los últimos veinte años. Los dos pilares del Estado (pesca y turismo) ya no bastaban para hacer frente al aumento del coste del combustible y de los alimentos importados, por lo que Seychelles se encontró de repente al borde de la quiebra, incapaz de pagar su colosal deuda: 800 millones de dólares, es decir, el 165% del PIB, ¡una de las más elevadas del mundo!

Esta situación extrema obligó al Gobierno a solicitar ayuda financiera de emergencia al Fondo Monetario Internacional (FMI). En 2008, después de Islandia, Ucrania y Hungría, Seychelles se convirtió en el cuarto país en obtener una revisión de préstamo en relación con la crisis financiera, un procedimiento que permite a un Estado miembro recurrir a la cuenta de recursos generales del Fondo para hacer frente a un desequilibrio temporal de sus finanzas. Los cuidados intensivos del FMI han obligado al Gobierno a normalizar sus relaciones con el sistema financiero internacional y a alinear su moneda, la rupia, para integrar mejor la economía de Seychelles con el resto del mundo, lo que ha provocado una nueva devaluación de una moneda sobrevalorada que, entre julio de 2007 y noviembre de 2008, perdió un 150% de su valor. La rupia de Seychelles fluctúa ahora entre 18 y 22 SR por 1 euro en las primeras semanas tras la devaluación del FMI, y en agosto de 2023 valía 14,85 SR por 1 euro.

Al haber puesto fin al mercado negro, puesto que los seychellenses tienen ahora acceso a la moneda extranjera, esta devaluación habrá provocado, por supuesto, una subida de los precios. Aunque el Gobierno ha instado a los hoteleros a mantener sus tarifas para preservar el flujo de turistas, no es seguro que se haga caso de este consejo por mucho tiempo, ya que las espectaculares subidas de la electricidad, el agua y el gas repercutirán probablemente en el precio de las habitaciones, las mesas y los servicios turísticos.

El mar nutrido y el paraíso turístico

El mar es ante todo una fuente de alimento. Se dice que los habitantes de las Seychelles son los mayores consumidores de pescado del mundo. Las aguas de las Seychelles son generosas, y franceses, españoles y japoneses en particular, atraídos por capturas milagrosas (¿pero durante cuánto tiempo?), llevan unos veinte años explotando bajo licencia esta prolífica "Zona Económica Marítima de las Seychelles". Esperemos que siga siendo así durante mucho tiempo... Este gran trozo de océano, con una superficie de 1.300.000 km2, es un tesoro increíble. Sólo 455 km2 son tierra firme. Bajo licencia de la Unión Europea, una treintena de barcos franceses y españoles capturan atún en aguas muy profundas para abastecer a las Conserveries de l'océan Indien, con sede en el puerto de Victoria, el segundo puerto atunero del mundo. Los japoneses y taiwaneses -que tienen otros tantos barcos- prefieren pescar con sedal, en versión industrial, pero según el viejo principio del anzuelo (con caballa o calamar como cebo para el cliente). El pwason, desangrado a bordo, se conserva unos días en hielo salado, antes de desembarcarlo e inmediatamente trocearlo, para exportarlo a Europa, donde se vende fresco.

En cualquier caso, las Seychelles son un paraíso turístico y disfrutan sin duda del atasco mencionado por el ex presidente René, ya que el turismo representa dos tercios del PIB. Convertido en el principal pilar económico del país, es también la principal fuente de empleo, ya sea directamente vinculado a la hostelería o indirectamente derivado del turismo. El turismo apenas tiene cuarenta años. Esta naturaleza de lujo vale su peso en rupias, ¡o más bien en euros! Hasta ahora, las Seychelles nunca han cedido a la tentación de construir enormes estructuras verticales, más baratas de gestionar. Si bien Mahé y Praslin cuentan ahora con algunas grandes estructuras, las Seychelles se caracterizan por un sinfín de pequeños hoteles y pensiones. Estos hoteles, sea cual sea su gama, figuran entre los más caros del mundo. Una noche en el archipiélago cuesta unos 100 euros en una pensión de gama baja y 250 euros en un hotel de gama media, una gama media aún poco representada, con una notable escasez de hoteles de 3 estrellas. En cuanto a la gama alta de moda: hasta más de 3.000 euros, siempre bien integrada en la naturaleza. Hay que preservar este entorno natural infinitamente precioso limitando el número de visitantes, de ahí esta política de selección por dinero.

Hacia una economía "azul"

El archipiélago está decidido a proteger su excepcional patrimonio natural. Si bien el ecoturismo y los establecimientos respetuosos con el medio ambiente han sido legión desde la llegada del turismo a las islas, a finales de 2018 Seychelles se convirtió en el primer país del mundo en emitir "bonos azules". Se trata de un préstamo (por valor de unos 15 millones de dólares), respaldado por el Banco Mundial, para apoyar iniciativas vinculadas a la protección del océano y sus ecosistemas. Se han puesto en marcha numerosas iniciativas para proteger el medio ambiente, como la repoblación de los arrecifes de coral, la conservación de las tortugas terrestres y marinas y de la flora, el respeto de la biodiversidad y la limpieza sistemática de las playas. Los hoteles también han optado por gestos "verdes" ofreciendo a sus huéspedes agua en botellas de cristal y pajitas de bambú. Por supuesto, se hace todo lo posible por reciclar los residuos y reducir los gases de efecto invernadero.

En la misma línea, en agosto de 2023 el gobierno introducirá un impuesto (entre 25 y 100 SR por noche y por persona) llamado "Sostenibilidad Medioambiental del Turismo" para apoyar los proyectos gubernamentales de protección del medio ambiente. Similar a la tasa turística en Francia, este impuesto será recaudado por los hoteles, con la esperanza de que el gobierno de Wavel Ramkalawan, en el poder hasta 2025, le dé el mejor uso posible. ¡Sólo para mantener el paraíso en el paraíso!