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El nacimiento de una lengua

Esclavos de todas las etnias, desarraigados de sus raíces y unidos a su pesar por el aislamiento y la pobreza, fueron abandonando la lengua de sus antepasados para adoptar el patrimonio lingüístico provinciano de sus amos, en este caso el francés, mezclado con algunas palabras africanas e indoportuguesas. El término criollo tiene dos etimologías, una portuguesa, de crioulo, y otra española, de criollo, ambas derivadas del latín criare que significa "el que se cría en el lugar", es decir, el hijo de los primeros inmigrantes europeos. Más tarde, la palabra se utilizó para referirse a la población negra y su significado se extendió a cualquier persona nacida en el Nuevo Mundo, antes de que los lingüistas la utilizaran para designar la lengua nacida de la colonización. El término lleva consigo las heridas del desarraigo, la mordedura del látigo, pero también la promesa de un nuevo pueblo. Costumbres y culturas, ritmos y entonaciones diversas componen un popurrí pintoresco y melodioso, primera etapa de una lengua local. El criollo se extendió después a las demás islas del Océano Índico, siguiendo las peregrinaciones del ser humano.

Aunque los acontecimientos históricos y políticos provocaron evoluciones separadas y características lingüísticas diferentes, los distintos criollos conservan un parecido de familia. En la isla Reunión, que siempre ha permanecido bajo dominio francés, el parentesco es evidente. En Mauricio, la lengua criolla se ha enriquecido con indianismos. En las Seychelles, la lengua es probablemente la más cercana a su estado original, pero es difícil confirmarlo a falta de documentos escritos, ya que el criollo era ante todo una lengua hablada.

El cemento del pueblo Seselwa

En las Seychelles, la sociedad colonial, que veía en esta lengua bastarda un trasto exótico que permitía a los amos transmitir órdenes a los esclavos, la prohibió en las escuelas, las iglesias y, por supuesto, en todas las instituciones.

No obstante, profundamente arraigada en la cultura popular, esta lengua, que los colonos llamaban petit nègre sin ningún miramiento, siguió desarrollándose espontáneamente, junto al francés y el inglés, hasta convertirse en una lengua por derecho propio. En 1944, a su pesar, una reforma del sistema educativo público dio un gran impulso al desarrollo del criollo. Para promover el inglés en el sistema escolar, se suprimió el francés. Como resultado, la lengua más popular, en el sentido más estricto del término, se afianzó. En 1967, con el sufragio universal, la política entró en la vida pública. Para ganarse a su electorado, los políticos tuvieron que hablar en criollo, que al mismo tiempo conquistó la radio y los periódicos, y adquirió prácticamente el estatus de lengua oficial. Cuando el país obtuvo la independencia en 1976, el criollo se utilizó como lengua de trabajo junto a las otras dos lenguas oficiales, el inglés y el francés. En 1977, el pueblo cantó un himno nacional en criollo. El gobierno extendió el uso de la lengua a todos los ámbitos de la vida.

En 1978 se publicó una propuesta de ortografía racional y, por tanto, fonética de esta lengua principalmente oral, que fue elevada por primera vez a la categoría de lengua oficial en 1981. Dos años más tarde, Danielle de Saint-Jorre y Guy Lionnet publicaron un diccionario con unos seis mil términos seychelenses y aparecieron los primeros libros en criollo. En 1986 se creó el Instituto Criollo. "Durante mucho tiempo hemos vivido erróneamente con la idea de que el criollo era una lengua bastarda, cuando en realidad es un idioma por derecho propio, con una riqueza innegable, ya que es tan fácil traducir Le Petit Prince comoAntígona . Los que insisten en considerarlo un francés corrupto tendrían que admitir, si siguieran su principio, que el propio francés fue originalmente una corrupción del latín. El contexto sociológico en el que se desarrollaron el francés y el criollo es más o menos el mismo", señala Danielle de Saint-Jorre. Como primera lengua nacional de la República de Seychelles, el kreol seselwa es, por tanto, un francés revisado y corregido que ha encontrado su propia identidad y constituye el cemento principal de todo un pueblo.

Una lengua zoli zoli

¡Qué delicia para un francés escuchar la melodía del criollo! También es un placer redescubrir palabras del francés antiguo como doutance (sospechar), espere (esperar), marmay (marmaille) para niño, rode (merodear) para buscar, veye (vigilar) para mirar, gagne (ganar) para tener, reste (permanecer) para vivir, gete (vigilar) para mirar, kose (hablar) para hablar, taye (cortar) para correr. Reconocemos fácilmente los términos utilizados por los marineros que desembarcaron aquí, como akoste (desembarcar), amare (amarrar), pare (preparar) y bor (borde). Le sorprenderán algunos anglicismos como benzine (gasolina), diary (diario), driver (conductor), sennglas (gafas de sol) (gafas de sol), dobliyousi (water-closet). También encontrará palabras de origen swahili(kafoul, cáscara de coco), indio(kalou, vino de palma) y malgache(farfar, ahumadero de pescado). Sin artículo, sin género, sin plural y con sólo tres tiempos -pasado, presente y futuro- y sin conjugación real, la gramática criolla es relativamente fácil de aprender. En cuanto al vocabulario, parece obvio, con un sistema de negaciones: un kos pas (causa pas) es un mudo; asociaciones: une abeille es un mous dimyel (mosca de la miel), une bebet prive (bebé particular) es un animal doméstico; imágenes: une fanm gro vant (mujer panzona) es una mujer embarazada, une ponm zenou es la rótula, un kolodan (pegamento de dientes) es un turrón; onomatopeyas: gnongnon por violín, kotkot por gallina; declinaciones a partir de la misma palabra: bato a vwal (velero), bato diri (carguero que trae arroz), bato lager (buque de guerra), bato peser (barco de pescadores), bato plezans (barco de recreo), bato sovtaz (bote salvavidas). Es un langaz zoli zoli con todas las bazas para inspirar vocaciones lingüísticas con su vokabiler lleno de olores y colores. En cualquier caso, ¡es el mejor pasaporte a Creolia!