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Entre la ficción y la realidad

Sobre el papel, el Sultanato de Omán lo tiene todo para servir de telón de fondo a las más bellas tramas, paisajes ricos en matices, lugares cuyos nombres despiertan la imaginación, e incluso una historia llena de influencias lejanas. Persia en la antigüedad, impregnada por el Islam en vida de Mahoma, parcialmente subyugada por los portugueses en el siglo XVI y luego bajo protectorado británico a finales del siglo XIX, el país vivió un golpe de Estado en 1970 en el que Qaboos ibn Said destronó a su propio padre. Permaneció en el poder hasta su muerte en enero de 2020, poniendo fin a un reinado de duración excepcional, por decirlo de alguna manera. Entonces uno se imagina todo lo que evoca Oriente Medio, las intrigas secretas de los palacios, los amores imposibles y la gracia de la poesía declamada a la sombra de los palmerales. Sin embargo, pocas historias, reales o fantásticas, han llegado a las páginas de los libros, y ningún escritor parece haber tenido la más mínima posibilidad de conquistar a los lectores internacionales por el momento. Así, apenas mencionamos la figura tutelar de Khalil ibn Ahmad, que nació en el sur de Arabia -hoy territorio omaní- hacia el año 718, pero que sobre todo pasó su vida en Irak, renegando ocasionalmente del ibadismo, la tercera vía del islam abrazada hace tiempo en la región que nos interesa, para seguir el camino del sunismo. Sin embargo, le debemos el primer diccionario árabe, apodado el Libro de las Fuentes (Kitab al-Ayn), la declaración del sistema diacrítico (sistema de caracteres que acentúan las letras de un alfabeto) y algunos poemas, cuya versión francesa sería muy difícil de encontrar. Aunque los escritores nativos parecen escasos, existe el mito de que Sohar, ciudad portuaria del norte y antigua capital, vio a un personaje de ficción, Simbad el marino, partir a la conquista del mundo. Sus Siete Viajes se incorporaron a los Cuentos de las Mil y una Noches por iniciativa de Antoine Galland, orientalista y traductor francés del siglo XVIII que sin duda quiso prolongar la triste vida de Scheherezade. Sheherazade, temiendo que el sultán lo asesinara al final de una sola noche compartida, mantenía alejada a la muerte todas las noches manteniendo a través de sus maravillosos relatos un suspenso que ningún hombre, incluso un soberano y asesino, hubiera podido resistir. Dicho esto, otras ciudades reivindican este noble origen, pero la leyenda era demasiado hermosa para no ser contada

Si las voces de los escritores omaníes no resuenan actualmente más allá de las fronteras, al menos podemos contar con las voces de los viajeros que han tenido la oportunidad de explorar el país y a los que seguimos escuchando. A priori, el más antiguo de estos relatos es el de Émile Allemann, un oficial de la marina rico en el entusiasmo de sus 28 años, que desembarcó en Omán en 1898. El placer que siente al descubrir nuevos paisajes sólo parece ser igualado por el encanto que siente al entrar en contacto con los nativos. Su prosa en su totalidad se puede encontrar en Magellan & Cie. En la primera mitad del siglo XX, el británico Wilfred Thesiger (1910-2003), que, según la leyenda, nació en una cabaña etíope, recorrió el desierto saudí en todas las direcciones durante sus numerosos viajes. No cabe duda de que al menos se permitió alguna excursión por Omán. Por último, la galesa Jan Morris, nacida en 1926 y cuyo estilo ha sido distinguido por la Royal Society of Literature, se ofreció, entre otros viajes inolvidables, a descubrir íntimamente el vasto territorio omaní junto al soberano, un privilegio que se devora bajo el título Sultán en Omán, publicado por Nevicata

Del secreto a la censura

Si la literatura del sultanato de Omán parece inaccesible para los occidentales, quizá sea porque responde a un cierto secreto celosamente guardado, como parece demostrar el maydān, un género poético que los omaníes reivindican como puramente nacional y que adquiere toda su amplitud durante las representaciones llamadas fann. Hasta la fecha, los escasos intentos de documentar esta práctica han dado lugar a una plétora de interrogantes, en primer lugar porque las personas entrevistadas parecen tener sus propias definiciones -de la métrica, por ejemplo, o de las reglas de las justas-, en segundo lugar porque el espacio de representación, el maqām, está estrictamente prohibido a cualquiera que no esté invitado a él, y en tercer lugar porque el uso de los dialectos no simplifica la transmisión. Los interesados en el tema de esta larga y preciosa tradición oral pueden consultar el fascinante trabajo de Claude Audebert y Mohamed Bakhouch, L'Énigme du Maydān : présentation d'un genre poétique omanais, puesto en línea en 2015.

El Sultanato de Omán fue el país invitado en la edición 2019 del Festival del Libro de París. En esta ocasión, sin embargo, fue posible saber que, aunque la literatura omaní era demasiado poco conocida, desde la intervención del sultán Qaboos en los años 80, este patrimonio milenario ha sido finalmente protegido, y que el país cuenta con unas 40 editoriales, entre ellas Baït Ahghasham, cuyo director afirma haber publicado 600 libros en siete años. Lamentablemente, el sultán Qaboos perdió la vida el 10 de enero de 2020, y su primo, Haïtham ben Tariq -ministro de Patrimonio y Cultura- le sucedió. Así que, evidentemente, de los libros a la literatura, a veces hay que dar un paso para incluir en la definición de literatura algo más que las novelas o los poemarios en los que instintivamente pensamos. Un vistazo a las colecciones omaníes conservadas en el Instituto del Mundo Árabe o en la Biblioteca Nacional de Francia confirma que se trata más bien de documentos históricos o de elementos relacionados con el ibadismo. No obstante, este enfoque sigue siendo interesante desde el punto de vista documental. En francés, las ediciones L'Harmattan, en particular, ofrecen ensayos esclarecedores. Por ejemplo, podemos citar Sultanato de Omán - Retorno a la Historia, publicado en 2000 bajo la dirección de dos buenos conocedores de esta región del mundo, Jean-Paul Charnay e Yves Thoraval, que aborda la historia del país, desde la antigua Mascate hasta el Omán contemporáneo. Más recientemente, La Femme omanaise sur le chemin de la parité, un libro coordinado por Georges Sassine y publicado en 2019, explica cómo Qaboos, el sultán modernista, centró su visión progresista en el papel fundamental de la mujer en la sociedad.

Tal vez un rayo de esperanza para la progresiva aparición del género de ficción se encuentre en el prestigioso Premio Man Booker International otorgado en 2019 a Jokha Alharti, la primera mujer omaní en tener su obra traducida al inglés. El premio fue para su novela Cuerpos celestes, que cuenta la historia de tres hermanas que viven en el pueblo de al-Awafi. Le aplaudió calurosamente Saif al-Rahbi, un poeta nacido en 1956 en Omán, donde volverá a instalarse tras muchos años en el extranjero. Es autor de The Bells of Rapture (1985) y fundador de la revista cultural Nizwa