Parc national de Kruger ©  WOLF AVNI - Shutterstock.com.jpg
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Biodiversidad y parques nacionales excepcionales

El país cuenta con 23 parques nacionales, que cubren más del 3,3% de su territorio. Estos parques combinan la conservación de especies y hábitats con el fomento de la concienciación pública. Sin embargo, algunos están amenazados por la urbanización, la contaminación de las actividades mineras y las largas sequías de los últimos años, que han provocado la muerte de muchos animales. La caza furtiva sigue estando muy extendida, a pesar de las drásticas medidas adoptadas para combatirla.

Entre ellos

Parque Nacional Kruger : situado en el noreste del país, es el parque nacional más antiguo y extenso, y alberga grandes mamíferos (incluidos elefantes), aves y muchas especies de flora. Clasificado como reserva de la biosfera por la UNESCO, forma parte del Parque Transfronterizo del Gran Limpopo, que también incluye el Parque Nacional del Limpopo en Mozambique y el Parque Nacional de Gonarezhou en Zimbabue.

Parque Nacional de la Montaña de la Mesa : situado en la provincia del Cabo Occidental, este parque protege varios ecosistemas, entre ellos la Montañade la Mesa, que posee una de las mayores biodiversidades vegetales del mundo (casi el 70% de especies endémicas), y el Cabo de Buena Esperanza. Su litoral alberga toda una fauna marina (pingüinos, focas). También merece la pena visitar el JardínBotánico Nacional de Kirstenbosch .

El Parque Transfronterizo Ai-Ais Richtersveld: situado al oeste del país, es el resultado de la fusión de dos antiguos parques y lo comparten Sudáfrica y Namibia. Lo gestionan conjuntamente los nama (pastores nómadas) y el Consejo de Parques Nacionales de Sudáfrica. Zona árida de montaña, alberga uno de los cañones más grandes del mundo y protege una enorme diversidad de plantas suculentas. Erigido contra un proyecto minero, el parque es Patrimonio Mundial de la UNESCO por sus paisajes botánicos y culturales.

Aquí y allá surgen iniciativas para preservar la biodiversidad. En el verano de 2020, por ejemplo, asociaciones ecologistas y profesionales del ecoturismo se unieron para pedir la protección de la bahía de Algoa, hogar de la mayor colonia de pingüinos africanos del mundo. Desde 2016, este lugar se utiliza para el repostaje en alta mar de buques de carga, una actividad que perturba a los pingüinos (ruido, fugas de petróleo en 2017 y 2019) y que también podría afectar a delfines, ballenas y a la migración de las sardinas.

Impactos ambientales relacionados con la industria y la energía

Sudáfrica tiene la mayor industria del continente africano. Se basa en la minería y el consumo de combustibles fósiles. La actividad minera genera vertidos, incluidos metales pesados y radiactividad, en las aguas superficiales. El drenaje ácido de minas (formación de ácido sulfúrico debido a la oxidación de ciertos minerales) provoca una contaminación persistente del agua y el suelo. Un estudio publicado por la ONG Greenpeace en 2018 clasifica a la provincia de Mpumalanga como una de las más contaminadas del mundo por dióxido de nitrógeno. ¿La causa? La presencia de doce centrales eléctricas de carbón obsoletas (además de una refinería de petróleo y una planta de licuefacción de carbón), que la empresa explotadora, endeudada, se esfuerza por adecuar a las normas. A la situación medioambiental se suma un problema de salud pública. Ese mismo año, dos ONG atacaron al gobierno por los "niveles mortales de contaminación".

La agricultura como fuente de contaminación, pero también iniciativas a favor de la biodiversidad

La agricultura y la viticultura convencionales también son fuentes de contaminación por el uso de insumos químicos, incluidas moléculas prohibidas en la Unión Europea. Frente a esto, se observan alternativas basadas en la agroecología. En 2004 se creó en la provincia del Cabo la Iniciativa Biodiversidad y Vino (IBV), que reúne a viticultores y asociaciones naturalistas. ¿Su objetivo? Preservar la excepcional biodiversidad de la región. La biodiversidad (flora, insectos, etc.) trabaja como aliada de los viñedos, donde no se utilizan productos químicos. La ICM también imparte formación y organiza el intercambio de experiencias para difundir el enfoque.

La respuesta de Sudáfrica al cambio climático

Mayor potencia industrial de África, el país es también el mayor emisor de gases de efecto invernadero del continente, con una combinación energética dominada por los combustibles fósiles. En concreto, las acciones puestas en marcha son insuficientes y poco eficaces: impuesto sobre el carbono introducido en 2019, construcción de huertos solares, autobuses que funcionan con gas natural en Johannesburgo, instalación de calentadores de agua solares individuales, etc., paralizados por falta de financiación. El país sigue construyendo centrales eléctricas de carbón (Medpui). Un informe publicado por la ONU en diciembre de 2020 advierte de que la trayectoria que estamos siguiendo es la de un calentamiento global de +3,2ºC respecto a la era preindustrial para finales de siglo. Esto significa, si no se hace nada, la transformación irremediable del mundo que conocemos, con graves repercusiones para la humanidad. Sudáfrica es uno de los países más vulnerables al cambio climático. Los fenómenos extremos podrían aumentar en frecuencia e intensidad. El país se enfrenta ya a periodos de sequía más largos e intensos, que provocan escasez de agua. En 2019, hubo que establecer restricciones de agua en varias regiones y se declaró el estado de catástrofe natural en Cabo Norte. La situación ha provocado la pérdida de cosechas agrícolas y la muerte de rebaños de ganado. Según Wildlife Ranching South Africa, la Provincia Septentrional del Cabo ha perdido dos tercios de su fauna salvaje en tres años. Ante esta situación, el Gobierno indicó en septiembre de 2020 nuevos proyectos de ley para mitigar el calentamiento global y fomentar la implantación de una economía circular. Se trata de un reto importante que deberá traducirse en acciones concretas en los próximos diez años.