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Una biodiversidad excepcional

La posición geográfica de México, como encrucijada entre las regiones tropicales del sur y las templadas del norte, lo convierte en un país único en el mundo. Por no hablar de la influencia de los dos grandes océanos, y de su relieve, entre llanuras costeras y cordilleras que superan los 5.000 metros de altitud. En total, el país alberga más de 33.000 especies de plantas y flores, incluidos 1.000 tipos de cactus y otras tantas orquídeas, más de 2.900 especies de vertebrados, incluidos 520 mamíferos, y más de 1.400 especies de aves, entre ellas 50 especies de colibríes. México alberga una docena de ecosistemas vegetales diferentes, 58 tipos de vegetación -mucho más que Estados Unidos y Canadá juntos- y un buen número de especies endémicas que no se encuentran en ningún otro lugar del planeta. Entre ellos se encuentran la marsopa del Pacífico, el lobo mexicano, el jaguar de Chiapas y la hermosa y verde amazona de Yucatán. Otras especies que pueden verse al explorar las áreas naturales son, entre otras, las siguientes

Iguanas, serpientes de cascabel y escorpiones conviven con roedores y coyotes en el desierto y el semidesierto del norte. La reserva de Janos, en el estado de Chihuahua, cuenta con manadas de bisontes y antílopes berrendos.

Se pueden vergrandes manadas de ciervos en el norte, en Baja California, especialmente en el Parque Nacional de San Pedro Mártir. Para ver osos negros, jaguares y loros de frente marrón, la reserva de Cumbres de Monterrey es el lugar ideal.

Losarmadillos y las liebres habitan las laderas de las montañas centrales y orientales, mientras que los pumas y los muflones prefieren las alturas menos accesibles, cuyos cielos están dominados por el águila, símbolo del país. Los coyotes y los lobos se pueden oír aullando al atardecer en las remotas alturas de la Sierra Madre occidental.

Elciervo de las tierras altas también se encuentra en los matorrales tropicales de la península de Yucatán, cuyos cielos de lagunas costeras se llenan de grandes vuelos de garzas azules, flamencos y cigüeñas; en las lagunas y ríos retozan caimanes y tortugas. La selva está llena de una gran variedad de aves, monos (principalmente aulladores y arañas), tapires y osos hormigueros, reptiles e insectos. El jaguar y el quetzal, dos animales míticos para las civilizaciones precolombinas, son escasos, pero aún están presentes en los bosques de Chiapas y Campeche, y en algunas zonas de la Huasteca Potosina o la Sierra Gorda de Querétaro.

Se pueden verballenas en el Océano Pacífico. Todos los años, en octubre, las ballenas grises, azules y jorobadas bajan por la costa y pueden verse desde Baja California hasta el estado de Oaxaca. La reserva del Vizcaíno, en Baja California, es un santuario para las ballenas. Delfines, tortugas y mantarrayas pueden acompañar sus viajes en barco por el Pacífico durante todo el año. El Golfo de California también alberga cachalotes, orcas y tiburones ballena y, al igual que el Mar Caribe, es un auténtico acuario de peces multicolores.

En cuantoa la flora, México también es especialmente rico. La planta estrella del país, el cactus, abunda en las zonas desérticas y semidesérticas del norte y el centro, así como en las regiones de escaso riego del altiplano, sobre todo en el estado de Oaxaca. Allí abunda otra planta suculenta: el agave, del que se producen el mezcal y el tequila. El sur y las regiones costeras están cubiertos de bosques tropicales, manglares y marismas. Aquí crece un gran número de frutas tropicales, como mangos, sandías, piñas y lichis. Las zonas más templadas del centro, especialmente en la Sierre Madre Occidental y la Sierra Madre Oriental, están cubiertas de bosques de robles y coníferas. En las tierras altas florecen unas cincuenta variedades de pinos.

Las reservas naturales más bellas del país

En México, el viajero amante de la naturaleza quedará maravillado por la riqueza de su fauna y flora. Allá donde vaya, se encontrará con una gran variedad de ecosistemas, desde los desiertos del norte, pasando por las selvas y bosques tropicales del sur y las franjas costeras, hasta las zonas cultivadas del centro montañoso, sin olvidar los ecosistemas oceánicos.

Entre las zonas naturales más espectaculares de México se encuentra la Reserva de Montes Azules, en Chiapas, que contiene la biodiversidad tropical más rica del país: ocupa sólo el 0,16% del territorio nacional, pero alberga casi el 20% de su biodiversidad. Sus ríos y lagunas están repletos de peces y anfibios, y sus bosques albergan varias especies en peligro de extinción, como el jaguar y el tapir.

Quintana Roo alberga la isla de Cozumel y el Parque Nacional Arrecifes de Cozumel, cuyo excepcional ecosistema oceánico contiene más de 1.000 especies marinas y un magnífico arrecife de coral que puede admirarse buceando o practicando snorkel. El estado de Yucatán no se queda atrás, con la biosfera del Río Lagartos donde, entre las numerosas especies de aves, se encontrará con la estrella local: el flamenco rosa del Caribe, que vive en su entorno natural y viene aquí a construir su nido en primavera. También es el hábitat de algunos mamíferos en peligro de extinción, como el mono araña y el oso hormiguero. Aunque extraordinariamente rica, la Península de Yucatán está lejos de contener todas las maravillas naturales de México.

En el estado de Coahuila, la Reserva de Cuatro Ciénegas alberga un centenar de especies animales y vegetales endémicas. Por desgracia, la reserva está en peligro debido a la explotación de su sistema hidráulico. Nayarit alberga el Parque Nacional de las Islas Marietas, formado por dos islas y dos islotes deshabitados que contienen un rico ecosistema marino y fauna terrestre. Aquí se pueden observar numerosas aves migratorias, así como orcas, ballenas y, bajo el océano, miles de peces y moluscos.

Cuando se trata de insectos, Michoacán es el lugar ideal La Reserva de la Biosfera Maripose Monarca abarca un gigantesco bosque de coníferas al que acuden a reproducirse las mariposas monarca. Cientos de millones de ellas cubren los árboles y, cuando alzan el vuelo, el cielo se llena de su hermoso color naranja. Es un espectáculo encantador que puede contemplarse todos los años entre octubre y abril. Por último, en el Santuario de la Luciérnaga, en Tlaxcala, podrá admirar uno de los raros insectos que, junto con la mariposa, ¡no asusta a nadie! Al caer la noche, podrá contemplar el ballet luminoso de miles de luciérnagas que acuden a reproducirse entre junio y agosto en este bosque de coníferas. La mayoría de estas reservas naturales están abiertas al público y, si le acompaña un guía, podrá ver muchas especies animales.

Los retos de la protección de la vida silvestre

A pesar de la creación de áreas protegidas, la protección de animales en peligro de extinción y la aplicación de la legislación por parte del gobierno, no se puede decir que México esté realmente a la altura de la preservación de sus santuarios naturales. Actualmente, el 33% de las especies de aves y el 55% de las de mamíferos de México están amenazadas, como el águila arpía, el halcón peregrino, el quetzal, el lobo gris mexicano, el manatí, el mono araña y el jaguar. La fauna marina también está amenazada por la pesca no regulada y la contaminación de las actividades turísticas. Incluso los reptiles, que han sobrevivido durante miles de años (son las especies más antiguas de la Tierra), están en la lista de animales en peligro de extinción. La sobreexplotación turística y la contaminación que provoca son algunos de los factores que ponen en peligro la flora y la fauna de México. El gobierno intenta controlar la afluencia de visitantes prohibiendo o controlando el acceso a determinados lugares, pero las medidas aplicadas rara vez son suficientes. El número de grandes complejos turísticos va en aumento, sobre todo en las costas, donde los lugares paradisíacos naturales atraen a viajeros de todo el mundo y contaminan los océanos y ríos que los rodean. La deforestación también es un problema importante en el país, y es una de las consecuencias de la codicia industrial y estatal. En 2010, casi 50 millones de hectáreas, o el 26% de México, estaban ocupadas por bosques. Diez años después, se han perdido casi 300 hectáreas de bosque en todo el país. Por desgracia, muchas de las zonas naturales se encuentran en terrenos de propiedad privada, a veces pertenecientes a personas pobres que necesitan la industria maderera para sobrevivir. La agricultura intensiva, especialmente el cultivo del aguacate, también está pasando factura al medio ambiente. El cultivo del aguacate requiere un gran consumo de agua, por lo que los agricultores se ven obligados a recurrir al riego masivo. México es también uno de los países con mayor uso de pesticidas del mundo. Hay que reconocer que el Estado mexicano, con la ayuda de algunas asociaciones ecologistas internacionales como el WWF, está poniendo en marcha tímida y gradualmente proyectos destinados a preservar la biodiversidad. Sin embargo, la protección del medio ambiente representa un coste importante, y México no dispone realmente de los medios financieros ni humanos para conseguirlo.