Paysage de Cabo San Lucas © DavidWitthaus - iStockphoto.com.jpg
Barrancas del Cobre © jejim - Shutterstock.com.jpg

Un país de contrastes

México comparte sus fronteras con tres países: su frontera norte con Estados Unidos es de 3.152 km, de los cuales 2.493 corresponden al curso del río Bravo, o Río Grande, desde Ciudad Juárez hasta el Golfo de México. La frontera sur, que limita con Belice y Guatemala, tiene una longitud de 1.149 km, de los cuales 85 km corresponden al río Suchiate y 300 km a los ríos Chixoy y Usumacinta. México está rodeado por el Océano Pacífico y el Golfo de México al oeste y por el Mar Caribe y el Golfo de California al este. Gracias a esta particular situación geográfica, el país cuenta con 9.219 km de costa (6.608 km en el lado del Pacífico y 2.611 km en el lado del Atlántico). Por lo tanto, sus fronteras marítimas son más importantes que sus fronteras terrestres. En México, el viajero se enfrenta a una gran variedad de paisajes, entre las verdes llanuras de las costas; el norte seco y rocoso, donde el visitante puede admirar las impresionantes gargantas de las Barrancas del Cobre y los paisajes lunares de la reserva del Pinacate en el desierto de Sonora; el sur exuberante y húmedo, con sus bosques tropicales que albergan miles de especies de animales; y el centro templado o frío, según la altitud, que permite vislumbrar las cumbres más altas del país.

Un terreno accidentado

Sólo el 32% de la superficie de México está por debajo de los 500 metros, el 37% entre 1.000 y 2.000 metros y el 42% por encima de los 2.000 metros. Tres grandes cadenas montañosas, la Sierra Madre Oriental (donde se encuentra el Pico de Orizaba, el punto más alto del país), la Sierra Madre Occidental (donde se encuentra el lago de Chapala, el más grande de México) y la Sierra Madre del Sur, dividen el país en paralelo a los dos océanos. Este terreno montañoso está formado por volcanes, algunos de los cuales aún están activos. Los ríos fluyen por estas montañas y alimentan los bosques que cubren el 33% del territorio mexicano, a lo largo de las costas y en el sur, en la península de Yucatán. Estas cadenas montañosas convergen en el centro del país y rodean la meseta mexicana, que ocupa una enorme superficie de 601.882 km² y alberga la Ciudad de México, una de las capitales más altas del mundo. Construida sobre el lecho de un antiguo lago salado, Ciudad de México se hunde inexorablemente en el suelo a un ritmo de 50 cm por año. Su hundimiento irreversible está siendo precipitado por el bombeo intensivo de aguas subterráneas para abastecer de agua potable a la ciudad.

Una tierra sísmica y volcánica

México forma parte del Cinturón de Fuego del Pacífico, una vasta zona alrededor del Océano Pacífico donde se concentran las tres cuartas partes de los volcanes del mundo y donde se producen la gran mayoría de los terremotos. El país pertenece a la placa tectónica norteamericana, bajo la cual se hunde la placa oceánica de Cocos, formando una zona de subducción. Cuando estas piezas de la corteza terrestre se mueven, chirrían, se rozan y se superponen, se producen los terremotos. El encuentro de las placas tectónicas también provoca erupciones volcánicas, que pueden ser devastadoras. México alberga 44 volcanes, la mayoría de los cuales superan los 4.500 metros de altura. El Nevado de Toluca, situado al suroeste de la Ciudad de México, se eleva a 4.583 metros. El Iztaccíhuatl ("mujer dormida"), en el sureste del Distrito Federal, alcanza los 5.286 m. La más famosa, el Popocatépetl, la montaña humeante, situada cerca de la anterior, alcanza los 5.452 m. Por último, el volcán más alto del país, el Pico de Orizaba, a medio camino entre Puebla y Veracruz, no pasa desapercibido con sus 5.636 m de altitud. Los fenómenos volcánicos son una amenaza constante para el país, al igual que los terremotos. En 1943 nació un nuevo volcán en el estado de Michoacán: el Paricutín. Después de casi diez años de derramar lava sobre los pueblos de los alrededores, sólo dejó una torre de iglesia emergiendo de un océano negro. El Paricutín es uno de los volcanes más recientes del planeta. Aunque las coladas de lava son el elemento más temido de los fenómenos volcánicos, su despertar también puede provocar terremotos. Esto es lo que ocurrió en 1973 en el estado de Colima, cuando el Nevado de Colima y el Volcán de Fuego entraron en erupción.

Maravillas naturales de México

México es un país fascinante, lleno de curiosidades geológicas. Uno de los elementos geológicos más emblemáticos del país son los cenotes, bien conocidos por los turistas que acuden cada año a la península de Yucatán para bañarse. Estos pozos naturales de agua dulce, formados por la erosión, pueden alcanzar varios metros de profundidad. Albergan todo un ecosistema y dan acceso a un sistema de aguas subterráneas que desemboca en el océano. Los cenotes se encuentran en pocos lugares del planeta, y la península de Yucatán es la región más densamente poblada del mundo: se han cartografiado unos 5.000 cenotes, pero las imágenes de satélite indican que la península puede albergar casi 10.000. En la península de Yucatán también se encuentra el cráter de Chicxulub, que se formó hace unos 66 millones de años cuando un asteroide de 10 km de diámetro colisionó con la Tierra. Es probable que este impacto haya sido la causa de un evento de extinción masiva y de la desaparición de los dinosaurios. Otra curiosidad geológica, esta vez en el estado de Chihuahua, en el norte de México, son los cristales de selenita de la mina de Naica, considerada una de las maravillas subterráneas más bellas del planeta. Situada a 1.000 metros de profundidad, esta mina de plomo, plata y zinc contiene cristales de yeso de hasta 11 metros de altura Las condiciones de temperatura (hasta 58°C) y humedad (hasta el 99%) hicieron posible la formación de estos cristales. Por último, la localidad de Aquismón, en el estado de San Luis Potosí, en el centro de México, alberga la cavidad natural del Sótano de las Golondrinas. Este lugar es muy conocido por los saltadores de base, a quienes les gusta lanzarse desde su punto más alto para descender sus 350 metros de profundidad.