Desde el aeropuerto al centro de la ciudad República Dominicana

Si su avión le deja en el aeropuerto de Las Américas y su hotel está en Santo Domingo (y, desde luego, en la zona colonial), lo más fácil es subirse a un taxi, que le llevará al corazón de la capital en poco más de 30 minutos. La tarifa ronda los 40 dólares. También hay autobuses -las famosas guaguas- que le llevarán a la ciudad, pero no a la zona colonial. Algunos hoteles también disponen de lanzaderas privadas que pueden recogerle en el aeropuerto.

Si se aterriza en Punta Cana, los taxis siguen siendo la mejor opción para llegar al hotel, a menos que éste ofrezca un servicio de transporte privado.

La última opción es alquilar un coche directamente en el aeropuerto al que llegue.

Llegada en barco República Dominicana

Los principales enlaces turísticos marítimos de la República Dominicana son con Puerto Rico. Tres veces por semana, un ferry sale del puerto de Santo Domingo (situado en la zona colonial) hacia San Juan (Puerto Rico). Este servicio lo presta Ferries del Caribe (www.ferriesdelcaribe.com). La travesía dura 13 horas. Si tiene previsto visitar Puerto Rico, no olvide llevar un formulario ESTA válido, ya que la isla es territorio norteamericano.

La República Dominicana también es un destino popular para los pasajeros de cruceros. El país cuenta con un total de cinco puertos que son escalas clásicas en un crucero por el Caribe: Santo Domingo, La Romana, Puerto Plata, Samaná y Punta Cana.

Transportes compartidos República Dominicana

La guagua. Son una institución en todo el país, un servicio muy económico que permite recorrer desde unos cientos de metros hasta cientos de kilómetros por un precio imbatible. De Las Terrenas a Samaná en guagua, por ejemplo, le costará 100 dólares, frente a los 340 dólares de un autobús de Caribe Tours y los 2.000 dólares -20 veces más- si toma un taxi. Utilizado a diario por los dominicanos, es una de las pocas formas de codearse con la población local y comprobar la enorme brecha que existe entre los muy ricos y los muy pobres, con una clase media formada en última instancia por expatriados que viven aquí con euros de sus pensiones o ahorros, o en dólares. En Santo Domingo, los autobuses suelen salir de las estaciones del parque Independencia o Enriquillo. Dependiendo de los precios y los horarios, pueden tener o no aire acondicionado. El aire acondicionado de una guagua es la puerta corredera que permanece abierta en todo momento, lo que permite subir y bajar rápidamente. Para subir a la guagua, levante la mano para detener el vehículo e indique al conductor adónde se dirige.

Hacer autostop. Los dominicanos se paran al borde de la carretera a la espera de guaguas o conductores generosos. Aquí no levantan el pulgar, sino que agitan los brazos perpendiculares a la carretera al grito de "¡Dame una bola!

Bicicleta, escúter & co República Dominicana

Una empresa llamada Zona Bici ofrece bicicletas Beach Cruiser (fácilmente reconocibles por su color turquesa) de alquiler. Una forma perfecta de explorar el centro colonial de la capital.

Con conductor República Dominicana

Taxis. La gasolina no es necesariamente más cara que en otros lugares, pero la mayoría de los taxis cobran tarifas sorprendentemente altas, dependiendo del cliente, o más bien del turista. Esto es especialmente cierto al acercarse a las zonas turísticas, aunque algunos trayectos tengan precios y estén expuestos en las paradas de taxis. Del aeropuerto al centro de Santo Domingo, por ejemplo, le costará una media de 40 dólares, algo difícil de negociar. En la capital, Apolo Taxi ofrece tarifas más razonables (www.apolotaxi.com).

Fuera de los grandes hoteles y en las zonas turísticas más desarrolladas, donde algunas compañías oficiales de taxis tienen el monopolio, las tarifas se basan en el destino. Estos vehículos tienen la ventaja de estar en mejores condiciones y, por tanto, son más seguros que los demás. Pero en la mayoría de los casos, las tarifas de los taxis se negocian incluso antes de subir al vehículo. Los demás son taxis compartidos, que se reconocen por el cartel de "público", o automovilistas que ofrecen sus servicios como taxistas clandestinos, pero cuidado con la falta de honradez de algunos.

Uber. Otra solución, surgida en 2016, ha tenido el efecto de una pequeña bomba en el mundo del transporte dominicano: la llegada de Uber, que ha sacudido profundamente los hábitos. Los jóvenes y las empresas se han convertido rápidamente a él (www.uber.com/fr/cities/santo-domingo). Este medio de transporte es seguro y barato, por lo que conviene tener datos de Internet en el móvil.

Motoconchos. Fuera de la capital y Santiago, cada ciudad tiene su propia red de mototaxis. Suelen ser motos de 50 a 125 cc. Son un medio de transporte muy popular y barato, pero peligroso y raramente asegurado. Tanto es así que algunas lenguas maliciosas los han apodado muertoconchos. Elija un vehículo en buen estado y con luces que funcionen, pero evite que vayan tres personas en el mismo vehículo. En Samaná, algunos motoconchos, parecidos a los tuk tuks tailandeses, remolcan pequeñas cabinas cubiertas que les permiten llevar más pasajeros. Un consejo: suba y baje siempre por el lado izquierdo de un motoconcho para evitar quemarse la pantorrilla con el motor, raramente protegido.

En coche República Dominicana

Coexisten diferentes sistemas de numeración de calles (¡cuando aparecen los nombres de las calles!), lo que puede desorientar un poco, sobre todo porque a menudo faltan los números. Para orientarse, recuerde que las direcciones suelen mencionar laesquina de la calle más cercana o las calles entre las que se encuentra el establecimiento. Incluso hoy en día, el GPS no le ayudará mucho, y los mapas de Google son lamentablemente inexactos. Así que tómate tu tiempo para preguntar cómo llegar a tu destino e intenta mantener la calma.

Estado de las carreteras. Bajo el impulso de las autoridades públicas, los cerca de 5.000 km de la red de carreteras se están mejorando considerablemente, y en los últimos años la atención se ha centrado en el suroeste. Se han asfaltado pistas, se han creado vías de comunicación y se han reparado carreteras en mal estado. Pero las condiciones climáticas (viento, lluvia, tormentas, caída de árboles o cocos) obligan a volver a empezar las obras. Por eso, es mejor informarse antes de tomar una carretera o pista, ya que a veces algunas vías quedan cortadas por el desbordamiento de un río, el derrumbe de una ladera, un corrimiento de tierras o la desaparición de un puente.

Autopistas. Las tres autopistas principales del país unen la capital con la segunda ciudad del país, Santiago, en el noroeste, con Las Terrenas, en la península de Samaná, y con Punta Cana, en el sureste. La primera, una carretera pública, es peligrosa por falta de señalización, entradas y salidas mal señalizadas, marcas viales a veces deficientes y el hecho de que los dominicanos aún no han asimilado el papel de los distintos carriles. Así que hay que tener cuidado en esta ruta, muy transitada por vehículos de todo tipo, incluidos camiones y vehículos de dos ruedas. En cuanto a la tarifa, es muy moderada, casi simbólica, ya que sólo cuesta 30 dólares salir de la capital, que se pagan únicamente en efectivo. El segundo, que es privado, es mucho más seguro y sigue siendo poco popular, ya que hay que pagar (¡800 dólares igualmente!). La que va a Punta Cana, que también da servicio a San Pedro de Macorís y La Romana, es también la más reciente y está en excelentes condiciones. El peaje de Santo Domingo a Punta Cana es de 180 dólares. Cabe señalar que en 2022 se puso en marcha un proyecto de autopista que uniría Santiago de Los Caballeros con Puerto Plata en 25 minutos. Sin embargo, la construcción de esta autopista, conocida como Autopista del Ámbar, se ha topado con varios problemas, sobre todo en lo que respecta a su financiación y al impacto medioambiental.

La conducción. La conducción a la dominicana obedece a una sola regla: ¡sálvese quien pueda! Esto sorprende durante los primeros días, pero pronto uno se acostumbra. La señalización es tan escasa en las ciudades como en las carreteras: no dude en preguntar a los transeúntes, estarán encantados de indicarle la dirección correcta. Pero, ¡cuidado! Cuando los semáforos están en funcionamiento, se colocan después de los cruces, como en Estados Unidos. Así que no se detenga en los semáforos, sino mucho antes. Las calles de sentido único están muy mal señalizadas y las señales de "una vía" no son muy visibles. Es mejor acostumbrarse a las flechas blancas del suelo o, mejor aún, observar la dirección de los vehículos aparcados.

Para ralentizar el tráfico en las zonas urbanizadas, sobre todo al acercarse a los colegios, proliferan los badenes, conocidos aquí como "policiaacostada", a menudo mal señalizados, poco visibles y especialmente dañinos para los amortiguadores. A menudo están mal señalizados y apenas son visibles. Si consigue esquivarlos, no le extrañarán las profundas pendientes de los cruces, diseñadas para permitir la evacuación del agua de lluvia. En Santo Domingo, hay ciertas circunstancias en las que es mejor abstenerse de conducir. Los días de lluvia, el atardecer y la noche, las tardes de fin de semana y los domingos son especialmente desaconsejables. Si decide salir a la carretera, deberá estar siempre alerta. Por la noche, tendrás que prestar mucha atención a los brazos que se agitan fuera de las ventanillas. Actúan como intermitentes o señales de frenado. Ya lo tienes: precaución, precaución. Sobre todo porque los animales sueltos no se imaginan ni por un segundo que la carretera te pertenece. No te pases con los caballos, burros, vacas, cerdos, perros y gallinas, y presta especial atención a los niños que circulan por caminos rurales, bicicletas, motos, etcétera. Hay muchos en las carreteras y, de noche, puede que los vea... ¡demasiado tarde! El límite de velocidad es de 40 km/h en la ciudad, 60 km/h en las carreteras principales y 80-100 km/h en las autopistas, pero nunca se respeta. Un último consejo: compruebe siempre la rueda de repuesto y el equipo de desmontaje antes de salir.

Vehículos de dos ruedas y quads. Se pueden alquilar motos y scooters en la mayoría de los centros turísticos, pero asegúrese de la cobertura del seguro. En los últimos años, los quads se han convertido en el vehículo más popular en las zonas turísticas, sobre todo en Las Terrenas y las montañas, donde aún quedan muchas pistas. Aunque son ruidosos y difíciles de manejar, los quads ofrecen una buena estabilidad y pueden transportar a varias personas por terrenos abruptos.