Sopas y entrantes

Las sopas son variadas y deliciosas. En verano, la sopa búlgara favorita es el tarator, una sopa fría de yogur y pepino, aromatizada con ajo, eneldo y nueces. Se dice que la popular sopa de callos (shkembe chorba), con guindilla y ajo, es un remedio para la resaca. También hay sopas hechas con alubias blancas y tomates finamente condimentados (bob chorba), con ortigas (koprivena) o con setas (gubena supa).

Los entrantes se llaman mezeta (del árabe mezze) y se sirven tanto fríos como calientes. Se comen quesos como el sirene, similar al feta, elaborado con leche de oveja o vaca, y el kashkaval, un queso fundido parecido al cheddar. En cuanto a embutidos, se puede degustar la lukanka, una salchicha ligeramente plana aromatizada con comino y pimienta, o el oelenski but, una variedad de jamón crudo producido en el norte del país. Por último, el pastarma (carne seca de vaca) y la sucuk (salchicha picante de ternera) completan la lista.

Entre las ensaladas más populares están la shopska (tomates, pimientos, pepinos, cebollas y queso sirene rallado), la snejanka (yogur filtrado, pepino, ajo y eneldo), la ovcharska (similar a la shopska con huevos duros y jamón) o las hojas de parra (lozovi sarmi), sin olvidar las verduras saladas en vinagre (turšija). Hay muchas salsas de verduras: lyutenitsa (puré de tomate, pimiento rojo y zanahoria) o su versión picante (ljutika), el mish-mash (tomate, cebolla y pimiento confitados con sirene), sin olvidar el kyopulu (caviar de berenjena y pimiento).

Entre los diversos entrantes calientes, los más emblemáticos son el chushki burek (pimientos rellenos con sirene y empanados), el drob s luk (hígado salteado con cebolla), el katino meze (dados de cerdo fritos con setas y puerros) y, por último, el pane kashkaval/pane sirene (palitos de kashkaval o sirene empanados). También se suelen servir calientes muchos pasteles salados, como la banitsa, hecha con pasta filo y queso fresco, o el zelnik, una especie de hojaldre relleno de espinacas, sirene o puerros.

Los clásicos de la cocina búlgara

Las parrilladas son muy populares, por lo que hay muchos platos muy apreciados entre los búlgaros. Empezamos por el kebapche (croquetas alargadas de carne picada finamente condimentada), las kyufte (albóndigas con cebolla picada y perejil), la shishcheta (brocheta de carne y verduras marinadas), la karnache (salchicha enrollada) o la parjola (costillas de cerdo, ternera y pollo).

Los platos tradicionales búlgaros se cocinan a fuego lento o se hornean durante largo tiempo en platos de terracota. Entre ellos se encuentran el gyuvech (una especie de pisto con o sin carne), la yahniya (un estofado hecho de patatas y carne) y el kavarma (un guiso de pollo o cerdo en salsa de tomate con verduras). Las kyufteta po chirpanski son albóndigas en salsa con patatas.

Las verduras rellenas se suelen hacer con carne picada y arroz. Así se preparan, por ejemplo, la col rellena (zelevi sarmi) o los pimientos rellenos (pulneni chushki). Como la cocina búlgara es principalmente de temporada, los platos de invierno suelen ser más pesados, como el cerdo con col (svinsko sas zele) o las judías blancas (svinsko s bob).

Postres y bebidas

Por lo que respecta a la pastelería, abundan los postres de origen oriental, todos ellos bañados en almíbar, como el baklava (hojaldre de nueces), el kadaif (hojaldre de cabello de ángel y frutos secos) o el tulumbi (buñuelos con forma de churro). También tienen pasteles más tradicionales como el garash, un pastel hecho con nueces y cubierto de chocolate, o el tikvenik, un hojaldre relleno de puré de calabaza. En invierno, los búlgaros comen kompot (fruta en almíbar), normalmente casero. La mekitsa, pequeñas tortitas con requesón, también se sirve con puré de fruta. Durante las fiestas, es popular el kozunak, un brioche con pasas, ron y ralladura de piel de cítricos.

Por supuesto, ¿cómo no mencionar el yogur búlgaro, conocido en todo el mundo por su sabor único gracias al fermento láctico, el Lactobacillus bulgaricus, que convierte la leche en yogur? Su sabor dista mucho de un yogur español y se acerca más a un rico requesón. El yogur también se utiliza para hacer ayran, una bebida fresca muy popular en verano. La boza es una bebida fermentada y azucarada a base de cebada o mijo, bastante contundente, que se consume en invierno. Por último, el té ocupa un lugar importante en Bulgaria, aunque el término es impreciso e incluye también las infusiones de hierbas (manzanilla, salvia, tila, verbena, etc.).

Entre vinos y rakia

En la península balcánica, los primeros vestigios de la viticultura se remontan a los siglos IV-III a.C. Aunque el clima y el suelo búlgaros parecen favorables a la viticultura, la historia no la propició. La dominación otomana frenó la producción local de vino y no fue hasta 1918 cuando las bodegas se desarrollaron de forma significativa. Más tarde, la colectivización del régimen comunista no fomentó la producción de calidad. En la década de 1970 surgieron por fin bodegas con vinos bien elaborados.

Hay cinco regiones vinícolas: las laderas del Danubio, la región del mar Negro, el valle de las Rosas, el valle de los Tracios y el valle de Struma. Aquí se producen tanto vinos tintos como blancos. Además de cabernet sauvignon, merlot, chardonnay, sauvignon blanc, aligoté y riesling, hay muchas variedades de uva locales: misket, gamza, pamid, dimiat, ugni blanc, mavrud, rkaciteli y shiroka melnishka.

Además de vino, Bulgaria produce otros licores, entre ellos el más popular de todos, la rakia, un aguardiente de frutas que no tiene rival en los Balcanes. La rakia de ciruela (slivova) tiene un aroma más rico y delicado que la de uva (grozdova), más seca y con más cuerpo. No es un digestivo ni un aperitivo propiamente dicho, sino que se bebe durante la comida, especialmente con la ensalada shopska. En Navidad, se brinda con greyanarakia caliente aromatizada con miel. También se producen licores de rosa o cereza. Los búlgaros son grandes amantes de la cerveza. Entre las marcas más conocidas están Zagorka, Kamenitza y Shumensko.