Los mejores restaurantes Albania

El restaurante «la gaviota» no es fácil de encontrar, ya que se encuentra en la parte inferior de una pequeña calle estrecha y de una escalera. Sin embargo, merece la pena. Encontrará muy buen pescado fresco (un poco caro para los precios locales), un interesante menú de diez platos, cocina italiana como la del otro lado del estrecho de Otranto (linguini de gambas y tinta de calamar, calamares al horno con salsa de tomate, panna cotta lograda, etc.), con una cuidada presentación. Servicio profesional, pero la espera puede ser un poco larga.

Es uno de los restaurantes con más encanto de la región. Situado en la cima del yacimiento de Apolonia de Iliria, lleva el nombre del arqueólogo francés que excavó el yacimiento de 1924 a 1938. El edificio fue construido por su equipo como refugio para su trabajo, y todavía pueden verse aquí arqueólogos trabajando en el yacimiento. Los platos del día se sirven en el comedor, decorado con fotos de las primeras excavaciones, o en la terraza bajo los olivos, con vistas a las ruinas y al delta del Vjosa. Cerca del monasterio, el restaurante Apollonia ofrece un menú más turístico.

Uno de los últimos restaurantes populares de menudillos de Tirana. Está situado en el «barrio de las bicicletas» (Tregu i Biçikletave), en el cruce de la calle que sale del mercado Pazari i Ri. Desde primera hora de la mañana, los lugareños acuden aquí a comer sopas hechas con despojos y las partes menos nobles de la ternera o el cordero. No se preocupe: puede hacerse entender si quiere evitar los trozos de seso o corazón. Espolvoreada con guindilla y acompañada de un pilaf, está buenísima, incluso para desayunar.

Hay que coger el ascensor (lift en inglés) para disfrutar de las hermosas vistas de este restaurante gurmé, chic y bueno, situado en la cuarta planta del ABA Business Center, una torre de 83 metros de altura de 2009. El menú combina carnes y mariscos de calidad a precios de lo más balcánicos: fuentes de marisco de 9000 a 13.500 lek, ternera de Kobe por 9000 lek, así como caviar y mucho más. En definitiva, un precio muy razonable de unos 2000 lek por persona sin contar las bebidas. Se recomienda reservar.

Este restaurante italiano de pescado regentado por un albanés atrae a visitantes de todo el Adriático: aquí, en un sótano del bulevar que bordea el Lana, encuentran los mismos sabores que en casa, pero a mucho mejor precio. El chef Aldo Trebicka prepara con esmero pescados y mariscos extra frescos, surtidos pequeños, variados y coloridos, pastas y risottos, una lujosa langosta entera o unas anchoitas muy sencillas y perfectas.

El restaurante de los kepelet («sombreros») es uno de los muchos establecimientos panorámicos que se han abierto en los últimos años a lo largo de la carretera que sube al monte Dajti. La sala es enorme (unos cuatrocientos comensales) y los platos un poco insípidos (pequeños entrantes para picotear, carnes a la parrilla), pero es por supuesto por las vistas sobre Tirana por lo que la juventud local acude en masa. Cuando hace buen tiempo, los grandes ventanales se abren para disfrutar de las vistas. El vino de barril es bastante decente, así que se puede pasar un buen rato aquí.

El restaurante «pato ahumado» debe su reputación a su... pato ahumado. Las aves proceden de la granja de la finca, que también produce frutas, verduras, vino, etc. La presentación es cuidada y el comedor agradable, pero el servicio es a veces poco atento. Las pechugas y el magré se cocinan al horno o en salsa de ciruelas, servidas con pasta local (petka) o arroz. El menú también incluye clásicos albaneses como cerdo asado al pincho, cordero, ternera y trucha de Ohrid (koran).

Este restaurante tradicional está bien situado para salir de fiesta por el barrio de Blloku, ya que en las inmediaciones hay varios bares muy conocidos. El restaurante dice ser una piceri (pizzería), pero ofrece una amplia gama de especialidades locales: sopas, fërgesa variadas (platos cocinados a fuego lento con tomate y queso), albóndigas en salsa de tomate, verduras marinadas, ensaladas, carnes a la parrilla... No es alta cocina, pero es una buena introducción a la gastronomía local. Cuenta con otro local en la calle Papa Gjon Pali II, cerca del estadio nacional.

No es fácil de encontrar (GPS: 41.368907, 19.742311), pero merece la pena visitar esta granja-restaurante. Rexhep Uka, investigador agrónomo y antiguo ministro de Agricultura, la creó en 1996. Ofrece magníficos cortes de carne asados al momento, antipasti y verduras ecológicas de temporada, vinos de la finca, camareros eficientes y un ambiente cálido, con mesas decoradas con manteles de cuadros rodeadas por viñedos y huertos. Perfecto antes de coger el avión debido a su cercanía al aeropuerto. Es mejor reservar con antelación.

Este restaurante bistronómico está dirigido por el chef Avri Kita, que se formó con Joël Robuchon. No hay carta, solo dos entrantes, dos platos principales y dos postres a elegir, basados en productos locales de temporada. Los platos están bien presentados y a menudo perfectamente equilibrados en cuanto a sabor. También apreciamos la labor de los camareros, que consiguen infundir confianza a la clientela albanesa, poco acostumbrada a este enfoque. Ambiente íntimo, vinos interesantes, buena relación calidad-precio y un nombre precioso: otium en latín significa «ocio instructivo».

Situado a 1100 metros de altitud, en el acantilado que domina Kruja, cerca del tekke Sari Saltik, el bar-restaurante «Al borde de la montaña» ofrece unas vistas absolutamente impresionantes de todo el valle de Ishëm, la llanura de Tirana y las colinas de Preza. Sirve platos caseros, sencillos y buenos: parrilladas, ensaladas, pizzas, etc. También merece la pena tomar un café, ya que el paisaje es magnífico. Si no, más abajo, hay varios restaurantes dentro de la fortaleza de Kruja, entre ellos el Bardhi, que tiene una bonita terraza panorámica.

Este restaurante dice ofrecer cocina griega y mediterránea. Eso no está mal, pero es sobre todo por su pasta casera que tienes que venir. Situado en una pequeña villa blanca, entre las embajadas de Estados Unidos e Italia, el hotel también ofrece un encantador jardín para una romántica cena al aire libre. Por lo menos, la decoración es sobria y bastante agradable, y siempre encontraremos un camarero que hable inglés. Cerca de allí, la calle Mustafa Matohiti es muy animada, con algunos de los bares nocturnos más de moda de la capital.

Situado en una zona adoquinada de finales del siglo XIX, este restaurante tuvo su apogeo durante la época comunista, cuando las delegaciones extranjeras venían a visitar el liceo francés de enfrente, donde Enver Hoxha fue alumno y luego profesor. Hoy pasado de moda, este «albergue del liceo» sigue siendo un buen establecimiento, a dos pasos del bulevar de la República. La comida es sencilla y bastante decente (parrilladas, sopas, ensaladas). Te encantará el ambiente rústico junto a la chimenea en invierno y el jardín bajo el cenador en verano.

Ubicado en una villa con columnas construida en los años 1930, este restaurante gastronómico es uno de los más renombrados de Albania. Aquí, según la temporada, la brigada prepara platos a base de pescado, carne y verduras, todos ellos combinando sutiles aromas. También hay una excelente carta de vinos. No han dado ningún paso en falso en este magnífico establecimiento que hace a la vez de hotel. El chef Fundim Gjepali dirige también el Antico Arco, uno de los mejores restaurantes de Roma, y la posada Agroturizëm Gjepali, entre Tirana y Durrës.

Ubicado en una pequeña casa roja, este restaurante ofrece una refinada cocina de temporada a precios razonables en el agradable barrio de Pazari i Ri, junto al mercado de pescado y carne: risotto de marisco salvaje, emulsión de gambas y calabaza, tacos de pulpo a la parrilla, fagottini de cangrejo y, entre los platos más caros pero aún así asequibles, una fina chuleta de cerdo con miel o pichón con foie gras. Perfecto también para desayunar, con bollería fresca y dos copiosas opciones de brunch.

Este es el restaurante de moda en Blloku. Aquí encontrará de todo, menos cocina albanesa: sushi, marisco, tempura, tacos, ceviche o carpaccio de pescado, grandes cortes de ternera y platos fusión acompañados de buenos vinos y montones de buenos cócteles, todo ello en un entorno moderno y agradable. Pero ojo, los precios son casi prohibitivos, con, por ejemplo, una gran mariscada para tres personas por 13000 leks o makis de cangrejo y trufa por 2700 leks. Caro, pero bueno.

Este restaurante italiano tiene la terraza más popular de Vlora, ya sea para cenar o tomar una copa. La carta incluye pizzas, antipasto, pasta e incluso frituras. Situado en una cornisa  justo encima del túnel de Radhima y junto a la residencia oficial albanesa, goza de una magnífica vista sobre la bahía. El establecimiento también dispone de siete bonitas habitaciones, cómodas y bien equipadas, orientadas al mar. El único problema es que puede haber ruído por las noches.

Inaugurada en 2017, esta taberna aún no nos ha decepcionado, ni mucho menos. Incluso se ha convertido en nuestro establecimiento favorito de Korça. Terraza en pleno Viejo Bazar, decoración esmerada, embutidos caseros, muy buenos platos familiares del día (raramente en la carta de otros sitios) y, arriba, una cocina abierta con unas cuantas mesas. El equipo que dirige el local es amable y los precios son muy razonables dada la calidad. Lo único que lamentamos es que el vino tinto sea de Montenegro. Pero eso podría cambiar, ya que hay una producción cada vez más interesante en los alrededores de Korça.

Un elegante restaurante gurmé de pescado, un poco caro pero muy bueno, con una terraza chic y una hermosa vista sobre el agua. Todo es fresco y está bien presentado. Ofrecen surtidos crudos servidos en hielo, incluidos raros erizos de mar del Adriático, ceviche de calamar con limón peruano y anís verde, pescado entero a la plancha, pequeños platos de fritos, langosta, mejillones de Butrinto, ostras, recetas de pasta a la italiana, auténtica mozzarella di buffala... Solo el servicio es un poco decepcionante. El restaurante es muy popular, así que le recomendamos que reserve.

Un buen lugar (que también hace hotel-ver más lejos «Parque nacional de Dajti») en el monte Dajti, para probar el paisdhaqo fundador, pero también carnes más salvajes (caza de las montañas locales). Pero también se llega y sobre todo por las magníficas vistas a la capital, allí abajo…

Situado en una agradable casa rodeada de vegetación, en una calle perpendicular a la calle Elbasanit (a 15 minutos a pie de la plaza Skanderbeg). En el menú de especialidades mediterráneas y albanesas, pero también una gran selección de ensaladas compuestas, pastas, risottos, pizzas, pescados y carnes a la parrilla.

Elegante restaurante de pescado en la animada calle de Kavaja. Se trata de la sucursal de un establecimiento muy conocido en Durrës. Todo es fresco y está bien presentado. Su especialidad son los surtidos crudos servidos en hielo, incluidos los raros erizos de mar del Adriático y un ceviche de calamares con limón peruano y anís verde, así como pescados enteros a la plancha, pequeños platos fritos, pulpo, langosta, mejillones de Butrinto, ostras, pasta a la italiana, auténtica mozzarella de búfala... Solo el servicio es un poco decepcionante. Se recomienda reservar.

Este restaurante, un poco kitsch, goza de una ubicación privilegiada en el Gran Parque. Puede que el estilo de castillo no le guste, pero su ubicación y sus vistas merecen el desplazamiento. Era uno de los establecimientos favoritos de Ismaíl Kadaré, y es fácil entender el por qué: está rodeado de árboles del Gran Parque. En la carta hay numerosas ensaladas frescas y económicas, bellos y caros cortes de ternera, pasta o risotto a la italiana y muy buenas pizzas al horno de leña. Nos encanta este lugar por la mañana para tomar un café tranquilamente, o durante el día. No dude en traer a toda la familia: encandilará a los niños con la zona de juegos.

Situado en una agradable villa de 1936 con jardín propio, este restaurante sirve cocina italiana y mediterránea de buena calidad, con pizzas al horno de leña sencillas, pero sabrosas, y platos más elaborados que siguen las estaciones. El establecimiento es también un hotel: diez habitaciones de buena calidad de entre 75 y 100 € para dos personas con ropa de cama perfecta, buen desayuno y pequeño aparcamiento previa reserva, además de la posibilidad de comidas para llevar, transporte al aeropuerto y alquiler de coches. Una buena opción para dormir en el centro de la ciudad.

La auténtica cocina turca y otomana se sirve en un entorno refinado y ha atraído a una clientela fiel durante años. Servicio muy atento y música turca tradicional en fondo sonoro. El establecimiento está cerca del cruce de la calle S. Frashëri y de la calle Brigada VIII.

Esta granja-restaurante afiliada al movimiento slow food es una pura delicia. Perdido en el arcén de una pequeña carretera bajo el castillo de Petrela (GPS: 41.255886, 19.846436), el establecimiento ofrece una amplia gama de meze, ensaladas y verduras de la huerta, platos clásicos albaneses y griegos, incluidas unas buenas albóndigas con tomate, e incluso platos de bistró francés como la terrina, sin olvidar una buena selección de vinos de Berat, Koplik y Përmet... Y, cuando llega el buen tiempo, se puede disfrutar de todo ello en la terraza, en plena naturaleza.

Se trata de una de esas panaderías especializadas donde preparan el bocadillo nacional: el burek (byrek en albanés, pero se pronuncia «burec»). Es uno de los mejores de Tirana. Pero ojo, hay muchos otros en la ciudad con el mismo nombre, pues significa «burek al minuto». El establecimiento que recomendamos aquí está escondido en una calle detrás de la plaza Skanderbeg. Durante todo el día, sirve bureks recién salidos del horno que se deshacen en la boca: los clásicos de queso o espinacas, pero también de carne, salchichas o tomate y cebolla.

Situado en una callejuela de la calle principal, el restaurante «Trébol» toma su denominación del nombre griego de Përmet en la antigüedad. Ofrece muy buenas especialidades puramente locales: salcë shakulli (panceta de oveja rellena de yogur seco), kolloface (salchicha de cerdo), pulë me përshesh (pollo entero cocinado con un crumble de harina de maíz), kofshë qingji e mbushur (pierna de cordero rellena de almendras), shqeto përmeti (sopa de leche, harina, huevo y cordero) y, por último, gliko (fruta o verdura confitada) de postre.

Este restaurante está situado a orillas del pequeño lago artificial de Mursi (700 m²) y del pueblo de Mursi, de mayoría ortodoxa. Lo regenta un matrimonio suizo y un residente de Konispol. Sirve una asombrosa variedad de cocina internacional: feta tostado con sésamo y tzatziki a la griega, bruschetti e involtini a la italiana, gazpacho y paella a la española, tavë de pescado y qofte a la albanesa, baklava con cien capas de masa filo, etcétera. Es un poco caro, pero está todo muy bueno. También se aprecia la pequeña zona de acampada.

Durrës está llena de buenos restaurantes de pescado. Y este es popular y barato. Además, se puede disfrutar de una hermosa vista de la costa y de una terraza sin lujos frente a la primera gran playa al sureste del puerto. Ofrece pescado fresco, marisco, platos italianos y pizzas. Buen servicio y bonita sala.

Situado en un bello entorno a los pies del monte Dajti, este restaurante lleva el nombre de su propietario, Ceren Ismet Shehu, un reputado chef que ofrece cocina tradicional albanesa con productos naturales de granja. El menú cambia con las estaciones, con numerosos entrantes, quesos, postres y un plato de carne. Es fresco, abundante y el cordero está muy bueno. Funciona tan bien que Ceren ha abierto otro restaurante del mismo nombre en el centro, en el «castillo de Tirana», pero no tiene comparación.

Se trata de un restaurante-camping muy agradable situado en la parte baja de Kruja que cuenta con un amplio jardín a la sombra. El menú incluye productos ecológicos de la finca: aceitunas y aceite de oliva, verduras a la parrilla, cabrito o cordero asado, pan casero, burek con hierbas silvestres, platos vegetarianos, etc. La zona de acampada es bastante sencilla, con instalaciones sanitarias limpias. Cuesta unos veinte euros para dos personas con autocaravana o tienda y coche (electricidad y wifi incluidos).

Este restaurante vegano/vegetariano ofrece todo tipo de bocadillos (quesadillas, falafels, burritos, pitas...), makis sin pescado, hamburguesas de carne de soja, sopas, pasta a la italiana, fideos chinos y ramen. Nos gustan las patatas fritas de boniato, pero el guacamole no siempre es casero. Las bebidas incluyen batidos, zumos de frutas y un poco de alcohol. Otras direcciones similares son: Falafel House (Rruga Ibrahim Rugova 4, en Blloku) y Chakra Indian Fusion (Rruga Murat Toptani, en la orilla derecha).

Este bar de vinos, situado en la planta baja de un edificio moderno sin encanto, frente al puerto, oculta bien su juego. Goza de un entorno magnífico y sorprendente, ya que se sitúa junto a las antiguas murallas de la ciudad, en el lugar donde partía la Via Egnatia hacia Salónica y Constantinopla. En este entorno tan elegante, se pueden probar excelentes vinos albaneses procedentes de vides locales. Se recomienda especialmente el kallmet de los alrededores de Lezha y el shesh i zi de la región de Durrësi-Fier. Los podrá degustar acompañados por platos de queso albanés o embutidos de los Balcanes, o con platos más elaborados de influencia francesa e italiana.

La «mesa de Përmet» es el restaurante más concurrido de la ciudad. En la terraza de la calle principal o en el comedor, encontrará numerosos platos tradicionales albaneses (tavë, dolma, fasule, paçe, pilaf, byrek...), carnes y quesos locales, trucha del Vjosa, pasta a la italiana y, previa reserva, pollo entero con nueces o arroz para tres o cuatro personas. También hay muchas opciones para vegetarianos y veganos: tavë me perime (cazuela de verduras al horno), mbushura (pimientos rellenos de arroz), ensaladas, etc.

Para una pausa gastronómica o refrescante, este lugar ofrece varios ambientes y también un servicio de calidad con zumo de fruta fresca o cócteles con o sin alcohol. Encontrará vinos del mundo, así como el famoso Kallmet, productos orgánicos, bocadillos a base de productos regionales. Música jazz y francesa.

Esta elegante casa de paredes rojas, con su jardín sombreado por grandes árboles, es un refugio saludable cuando da el sol. Se trata de la antigua residencia de Themistokli Gërmënji, el hombre que instauró la República de Korça con los franceses en 1916. Cocina tradicional, conciertos algunas noches, agradable terraza para tomar un café durante el día (excelente cappuccino). Es una lástima que la sala del restaurante esté confinada al entresuelo. El alojamiento está acompañado de un excelente desayuno.

Es el restaurante del hotel Élysée, situado a 80 m en la calle Themistokli-Gërmenji. No es realmente un jardín, sino más bien un patio sombreado con plantas y una fuente, así como una sala interior decorada con sencillez. La acogida es amable e incluso hay un menú francés muy exótico (huevos a la mimosa, filet mignon, tostadas francesas...). Por lo demás, aquí se ofrecen especialidades albanesas e italianas: albóndigas con tomate, tavë dheu, fasule, diferentes tipos de risotto y pasta. Adecuado y a buen precio.

Como no podría ser de otra forma, el restaurante bautizado como «El sabor del pueblo» se encuentra en un sótano. Y hace honor a su nombre, ya que la mayoría de las verduras proceden de la aldea del propietario, Mandi, cerca de Petrela. Es uno de los pocos restaurantes buenos y baratos de los alrededores de la plaza Skanderbeg. En el menú: tavë kosi (plato nacional de arroz y cordero al horno), fërgesë verore (verduras y queso al horno) o tavë dheu (lo mismo pero con hígado de ternera), vinos de Berat, cerveza artesanal de Pogradec (Birra e Gjyshit)... Un restaurante auténtico y bueno.

Este pequeño restaurante no tiene nada que ver con la sala en el sótano y la terracita situada frente al parking de la plaza principal, pero Athina y su marido proponen una excelente cocina familiar, es decir, deliciosa, barata y auténtica. Algunas recetas greco-turcas (verduras rellenas, ensalada griega, etc.), pero también especialidades de Gjirokastra como la qahi (pastel dulce de queso) y los qifqi (albóndigas de arroz con huevos y menta), sopas de verduras o verduras a la parrilla. Todo ello bien presentado y acompañado del merlot de los propietarios.

Gran ventaja de Shëgjin, se come buen pescado, muy fresco, procedente directamente del puerto pesquero. Es cierto que el entorno no es romántico, ya que este establecimiento está atrapado entre la cooperativa/lonja Rozafa (que alimenta todo el país de pescado) y el puerto pesquero (unos veinte arrastreros). Pero la calidad de la cocina del mar y los precios baratos son inigualables. Sobre todo frecuentado por los nativos y la clientela kosovar de la ciudad turística, este establecimiento también es hotel (grandes apartamentos con cocina para 3-4 personas, ducha a la italiana, sin wifi).

Se trata del restaurante del hotel Jaroal. Propone una cocina esencialmente albanesa. Nuestros amigos italianos no recomiendan pizzas, pero los peces frescos son unánimes. El servicio es lento pero cordial.

Este restaurante acondicionado en una bonita casa situada justo detrás de la catedral, es un lugar ideal para descubrir las especialidades albanesas y propias de la zona de Korça. Las ensaladas son abundantes y el qofte y las parrilladas excelentes.

Hay cuatro restaurantes en el propio recinto de la fortaleza, tres de los cuales estaban abiertos cuando pasamos. El más grande y frecuentado es el Bradhi. Al igual que los demás, tiene una terraza que da al impresionante macizo de Kulmaka. Pero su cocina tiene mejor reputación que sus competidores. Los precios son razonables y la carta variada, con ensaladas (200-300 lek), pasta y rizottos (200-600 lek) que pizzas (250-800 lek) y platos de carne (500-2 lek). Muy acogedor con los grupos.

Este popular restaurante dispone de una agradable y tranquila sala. Se sirve comida moderna (quinoa a la trufa, platos veganos, comida al vapor, etc.) así como especialidades tradicionales ligeramente adaptadas. Buenos productos de la tierra y magnífico aceite de oliva virgen extra. Servicio profesional y decoración cuidada. Una oferta casi única en Tirana.

Es uno de los restaurantes más agradables de la ciudad, situado bajo los árboles a orillas de las fuentes del Drilon. Se sirven especialidades locales como el koran, pescado típico del lago de Ohrid, frito o asado al horno en el tavë (plato de terracota) con una salsa picante. La carta de vinos es la prioridad de la República de Macedonia (en general mejores que los de Albania).

No se sorprenda si ve a un joven con ropa tradicional albanesa (chaleco rojo y un qëlesh en la cabeza) salir a la carretera para invitarle a comer aquí. Este restaurante con aspecto de trampa para turistas sirve comida local auténtica a base de carnes y pescados a la parrilla, así como platos emblemáticos la oveja o cordero asado y un delicioso kokorec (se pronuncia «kokorets», asaduras de oveja o cordero también asados). Aspectos positivos: el lugar está abierto todo el año, incluso en invierno, y es muy apreciado por la clientela local. Una agradable terraza sombreada a lo largo de la carretera, pero frente a la playa. Aseos simples pero limpios. Posibilidad de alojamiento. Personal que habla un poco inglés e italiano.