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Una herencia católica y protestante

El catolicismo romano y el protestantismo han desempeñado un papel importante en la configuración de la Suiza moderna y de la forma en que los suizos se ven a sí mismos. La Iglesia Católica Romana es la iglesia más grande de Suiza, con más de 3 millones de miembros. Predomina en los cantones rurales y en las ciudades que acogieron la inmigración procedente del sur de Europa en la década de 1970. Entre los cantones fuertemente católicos se encuentran Uri (más del 90%), Schwyz, Nidwalden y Obwalden, los mismos cantones que juraron la confederación en 1291, la fundación de la Suiza moderna. Al unirse en aquel momento, pudieron hacer valer su derecho ancestral a la autodeterminación y al libre autogobierno ante las potencias exteriores. Hoy en día, son estas mismas regiones las que, a la hora de votar, se oponen con mayor vehemencia a cualquier cambio que, en su opinión, podría acercar Suiza a sus vecinos y amenazar su neutralidad. Suiza fue también cuna de dos de las figuras clave de la Reforma protestante que recorrió Europa en el siglo XVI: Ulrico Zwinglio y Juan Calvino. En todo el país, fueron los cantones rurales más ricos y las ciudades donde más tarde se desarrollaron los centros industriales los que abrazaron la nueva religión. Ginebra, en particular, se convirtió en uno de los bastiones del protestantismo y un refugio para los refugiados, entre ellos Calvino, que huían de la opresión en los países católicos. De hecho, Ginebra recibe el sobrenombre de la Roma protestante. El Museo de la Reforma, el Muro de los Reformadores de Ginebra y las visitas guiadas por la ciudad que ofrece Turismo de Ginebra le trasladarán a esta época calvinista. Los refugiados hugonotes de lossiglos XV y XVI contribuyeron en gran medida a la vida económica e intelectual del país. ¿No es la relojería heredera de este saber hacer transmitido por los refugiados protestantes? Los protestantes valoraban el racionalismo y el trabajo duro, y veían la riqueza financiera como una recompensa de Dios, una ética que sentó las bases de la prosperidad de la Suiza moderna.

Tradición e innovación

Es una tierra de leyendas, algunas de las cuales dieron origen a Suiza, con el sentido de la libertad y el espíritu de independencia encarnados en la epopeya de Guillermo Tell. El otro mito que simboliza a Suiza en todo el mundo es sin duda la historia de Heidi, la niña de las montañas. Johanna Spyri (1827-1901) la convirtió en un bestseller. El pueblo de Heidi (HeidiLand) le transportará al escenario original del cuento.