Las 3 zonas climáticas

La zona sahariana, en el norte del país, se caracteriza por un clima árido con precipitaciones escasas e irregulares, inferiores a 200 mm al año. En este entorno, las poblaciones son esencialmente nómadas y viven en constante movimiento con sus rebaños de camellos y cabras. La precipitación media anual registrada en Fada es de 100 mm, ¡y en Faya de 25 mm! Hay muchas regiones en las que no llueve desde hace años. El clima es hostil: una llanura arenosa barrida por vientos secos casi todo el año en Borkou, temperaturas que superan los 50°C en la estación cálida y descienden por debajo de 0°C en invierno. Tibesti ostenta el récord de dureza, con diferencias de temperatura entre el día y la noche que alcanzan los 30°C. Por la noche se congela como la piedra durante los cuatro meses de invierno, de noviembre a febrero, ¡y la caldera de Emi Koussi ha llegado a espolvorearse de nieve!

La zona saheliana, en el centro del país, tiene un clima semiárido y una vegetación que va de la estepa a la sabana. Esta región, a menudo amenazada por la desertización, tiene una pluviosidad anual de entre 200 y 600 mm. Las lluvias caen durante dos, tres o, más raramente, cuatro meses. El resto del año es una larguísima estación seca. El gobierno instala barreras contra la lluvia, es decir, bloqueos vigilados por la población local, durante el tiempo que la pista permanece empapada después de una tormenta, para evitar que los vehículos se empantanen y deformen aún más la carretera. Los meses de abril a junio son secos y calurosos, con temperaturas que a veces se acercan a los 50°C, mientras que de noviembre a febrero son frescos, con mínimas de hasta 8°C. Ésta es, con diferencia, la estación más agradable para viajar. Tanto para los turistas como para los agricultores chadianos, la estación cálida es la más difícil, con familias que viven de las reservas de sus graneros, esperando ansiosamente la oportunidad de cultivar sus campos para reponer sus reservas de alimentos.

La región sudanesa, en el sur del país, tiene un clima tropical húmedo, con una estación lluviosa de mayo a octubre. Aquí las precipitaciones pueden alcanzar los 1.200 mm, y en algunos lugares la vegetación recuerda a los bosques tropicales. Las regiones de Salamat y Logone están prácticamente cubiertas de agua en esta época del año, lo que hace prácticamente imposible el tráfico y obliga a la fauna salvaje a desplazarse a pastos más secos, exponiéndola a la caza furtiva.

Estacionalidad

La estación seca en las zonas sahariana y saheliana va de noviembre a junio, mientras que en la zona sudanesa, más húmeda, las lluvias pueden empezar ya a mediados de mayo.

Época de lluvias: en el sur entre mayo y octubre, en el centro y norte -muy irregularmente- de junio a octubre. En Yamena: de julio a septiembre, tormentas y lluvias; las temperaturas oscilan entre 21°C y 35°C. Los niveles de humedad son elevados.

Estación seca y fría : de noviembre a febrero, las tardes y noches son frescas. El termómetro puede marcar hasta 8°C en el sur y en el Sahel, y menos de 0°C en el desierto En esta época del año sopla el harmattan, que a veces provoca vientos de arena y polvo.

Estación seca y calurosa: de finales de marzo a junio, con una temperatura media de 32°C. Los días más calurosos se alcanzan temperaturas impresionantes de unos 45°C a la sombra.

El impacto del calentamiento global

Como en el resto del mundo, el calentamiento global está teniendo consecuencias visibles y previsibles. En los últimos 50 años, Chad ha experimentado un aumento de las temperaturas medias de entre 1°C y 1,5°C. Este aumento de la temperatura ha ido acompañado de un incremento de la frecuencia e intensidad de los periodos de calor extremo, mientras que los raros periodos de frío extremo han disminuido significativamente. Para 2050, los expertos prevén un aumento de las temperaturas en la región de entre 1,5 y 3,5 °C, según los modelos de previsión utilizados. Este aumento de las temperaturas medias irá acompañado de una prolongación e intensificación de las olas de calor. Al mismo tiempo, el número de días calurosos aumentará considerablemente según estas previsiones. También es probable que aumenten considerablemente las precipitaciones, con el consiguiente riesgo de inundaciones.

El problema del acceso al agua

Chad se enfrenta a un gran reto en términos de acceso al agua, tanto para el consumo como para las necesidades domésticas. El acceso al agua está muy desigualmente repartido por el país, con algunas zonas especialmente afectadas por factores geológicos, climáticos y de otro tipo. En las zonas de lecho rocoso, donde los acuíferos son discontinuos y el agua está contenida en estructuras geológicas específicas, las perforaciones rara vez tienen éxito, lo que dificulta especialmente el acceso al agua. En el campo, los puntos de agua suelen ser compartidos por diferentes pueblos, lo que obliga a los residentes a recorrer largas distancias y caminar durante horas para llegar al agua. En algunas regiones, como la provincia del Lago Chad, la gente utiliza agua de pozos abiertos o estanques, pero desgraciadamente no tiene con qué tratarla. En estas zonas, la recogida de agua para uso doméstico suele ser responsabilidad de las mujeres y las niñas, lo que las obliga a recorrer largas distancias, con los consiguientes problemas de salud y seguridad.

La calidad del agua también es un problema en grandes ciudades como Moundou, así como en ciertos distritos de la capital Yamena y sus alrededores, donde el suministro procede de pozos individuales no controlados, a menudo situados cerca de letrinas o pozos negros, lo que aumenta el riesgo de contaminación del agua y la propagación de enfermedades transmitidas por el agua. Además, los problemas relacionados con el acceso al agua se ven agravados por el cambio climático, que está afectando a los recursos hídricos de la región del Sahel. Las sequías son cada vez más frecuentes y los recursos hídricos más limitados, lo que repercute directamente en la seguridad alimentaria y la salud de las poblaciones locales.