Atracciones turísticas y monumentos Cabo Verde

Al suroeste de la isla, es la playa conocida como Santa Mónica, ya que es tan bella (mucho más bella) que su homónima muy conocida de los Estados Unidos. No lo pierdas, merece el desplazamiento. Probablemente sea la más grande del archipiélago, quizás la más salvaje y seguramente la más hermosa. Se encuentra a varias horas a pie de Povoçao Velha.

La puerta está siempre abierta, y es una buena idea detenerse un momento antes de subir por la famosa rua da Banana. El objetivo de este centro cultural es promover el trabajo de los artesanos locales, en su mayoría mujeres. Encontrará una amplia gama de productos -joyería, jabones, mermeladas, etc.- que podrá llevarse a casa mientras hace una buena obra. Mención especial merecen los originales ponches agrícolas de Dedexa, elaborados con miel o mancara (cacahuetes), y las muñecas de tela de María Évora.

El antiguo Núcleo Museológico de Praia se ha convertido en un museo de Arqueología dedicado a los descubrimientos submarinos que se han encontrado en el archipiélago. La mayoría de los artefactos que alberga (europeos, africanos y asiáticos) están en buenas condiciones. Todos proceden de los numerosos naufragios cercanos que han ocurrido a lo largo de la historia. Aquí se exponen las primeras monedas de plata acuñadas en Potosí (Bolivia), origen de la moneda moderna de Europa, y antiguas monedas suecas; así como un estuche de manicura, joyas (esmeralda y marfil), escudos de Luis XV, etc. Vale la pena echar un vistazo al museo, que dispone de explicaciones en inglés y francés. El personal es muy amable y responderá a sus preguntas. Lo más sorprendente es que todavía queda mucho por explorar, ya que lo que se ve aquí es solo una pequeña parte de todos los tesoros que se esconden en las aguas de Cabo Verde. Allí mismo se puede comprar un catálogo en varios idiomas por 800 CVE.
Para llegar hasta el museo, descienda desde Platô por la derecha del palacio Presidencial. Abajo, siga la carretera manteniendo el islote a su izquierda. Manténgase a la derecha de la carretera después de pasar la fábrica Electra (con ruidosos y grandes motores), verá un edificio verde claro (los archivos). Gire a la derecha y dé la vuelta al edificio. Detrás, en la plaza, está la puerta de hierro que sirve de entrada al patio. Entre, lo encontrará a la izquierda, al final del patio.

Si camina por la famosa calle principal junto al mar, se encontrará con una bonita piscina en la que bañarse con total tranquilidad.

Aguadinha está situada al noroeste del centro histórico y su jardín es muy popular entre la población local. Alberga un busto en honor del Gobernador João de Figueiredo, promotor del proyecto de abastecimiento de agua. El embalse, construido íntegramente en piedra en 1915, servía para distribuir y abastecer de agua el centro histórico, la parte alta de la ciudad y los barrios periféricos de São Filipe. Además de su función, el lugar también sirve de mirador con una impresionante vista de la vecina isla Brava.

¿Se puede hacer una pequeña revolución produciendo buen vino? La respuesta a esta pregunta se encuentra en la isla de Fogo. El proyecto empezó en la mente del padre capuchino Ottavio Fasano: gracias a las donaciones de familias italianas, plantó en Fogo veintitrés hectáreas de viñedos tropicales que producen uvas muy ricas. Luego construyó una bodega de 2000 m² para elaborar vino. Con la ayuda de expertos, se formaron técnicos locales que ahora trabajan tanto en el viñedo como en la bodega. La producción inicial de Vinha Maria Chaves fue de 65000 botellas de vino blanco, rosado y tinto. Una pequeña realidad, fruto de un gran desafío: producir vinos de calidad en el ecuador y desarrollar el potencial agrícola de la isla de Fogo.
Este proyecto ha formado a socios caboverdianos y todos los beneficios generados por la venta de los vinos de Vinha Maria Chaves se destinan a iniciativas de utilidad social, como escuelas de jardinería en varias islas caboverdianas, el hospital regional de Fogo o la casa para madres jóvenes en Santa Cruz, en la isla de Santiago. Los resultados muestran que la pobreza se puede combatir con el trabajo digno, con un empujón inicial, y que la riqueza se encuentra en la calidad.