Estancia : Quebec en autocaravana

Bienvenido a una de las mayores ciudades francófonas del mundo.

Multicultural, la metrópoli mezcla su acento francés con el de más de 80 comunidades culturales y encanta con su ambiente americano-europeo.

El centro de la ciudad bulle de vida al pie de la montaña, mientras que su historia está arraigada en los barrios antiguos cercanos al río.

No cabe duda de que caerá bajo el hechizo de esta dinámica ciudad.

Le deseamos un maravilloso viaje al país de los bosques, los lagos y los ríos

Mañana libre y recogida de su autocaravana.

¡Eso es! Que comience la aventura. Su primer destino es el legendario Parque Nacional de la Mauricie.

Este territorio de 536 km² desprende una gran serenidad, inspirada en su suave relieve. En esta vasta meseta de colinas onduladas, intercaladas con valles y adornadas con multitud de lagos, la vida fluye al ritmo de la naturaleza.

Un día completo para disfrutar del excepcional territorio del Parque Nacional de la Mauricie.

Realice una hermosa caminata por los senderos del parque o vaya en canoa hasta las cataratas Waber. No olvide darse un chapuzón en una de las numerosas cascadas del Parque de la Mauricie.

Le recomendamos que traiga un almuerzo tipo picnic para aprovechar al máximo este hermoso día en la naturaleza.

Salida hacia el Lago St-Jean, este verdadero mar interior.

La carretera para llegar a ella recorre el magnífico río Saint-Maurice, utilizado durante años para transportar madera.

En Lac St-Jean, el sentido de la acogida es imprescindible. Es el lugar perfecto para entrar en contacto con la gente de Quebec, sus costumbres y tradiciones.

Hoy en día, la visita a un zoológico inusual es imprescindible. Aquí, los animales son libres. Son los humanos los que están enjaulados.

El zoo de St-Félicien le ofrece la posibilidad de descubrir la fauna local en un entorno natural excepcional.

No olvide su cámara de fotos

Esta mañana, diríjase al majestuoso fiordo de Saguenay.

Los grandiosos paisajes del fiordo, demasiado poco conocidos, le dejarán recuerdos inolvidables.

Descubrirá la desproporción del tiempo y el espacio en un lugar donde la naturaleza ha desplegado fuerzas colosales para crear un fiordo.

De camino a su camping, no deje de detenerse en el Village de la Nouvelle-France para revivir la historia de la colonización del país.

Aproveche este día para conocer bien este lugar único en el mundo.

Los aficionados al senderismo no deben perderse el Sendero de las Estatuas, en el sector Baie-Éternité del Parque del Fiordo de Saguenay. Su cima ofrece una impresionante vista del fiordo.

La región también alberga dos de los pueblos más bellos de Quebec, Anse-St-Jean y Ste-Rose-du-Nord.

Diríjase a la región de Tadoussac por una de las carreteras más bellas de Quebec.

Tadoussac, el pueblo más antiguo de Canadá, ha sido catalogado como una de las 50 bahías más bellas del mundo.

Aproveche su estancia aquí para disfrutar de una comida típica de la zona en el restaurante Le Bateau, bien situado en el corazón de este pueblo histórico.

La región de Tadoussac es un lugar de observación de ballenas de categoría mundial.

No se puede salir de este pueblo sin ir a un safari de observación de ballenas.

Esta experiencia definitiva la disfrutará en compañía de un guía naturalista con el que identificará varias especies, entre ellas el rorcual y la beluga.

Con un espíritu nómada, continúa su aventura hacia uno de los parques más bellos de Quebec, el Parque Jacques-Cartier.

El tramo de la ruta 138 entre Baie St-Paul y el parque está en el TOP 5 de las rutas paisajísticas más bellas de Quebec.

El Parque Jacques-Cartier ofrece un paisaje grandioso caracterizado por un sorprendente contraste: una vasta meseta montañosa fracturada por valles de lados escarpados.

El espectacular paisaje del valle del río Jacques-Cartier es una empinada ladera de más de 550 metros en la que serpentea un río con mil facetas.

Un día completo para disfrutar de este remanso de paz

Para los aventureros, se recomienda encarecidamente descender en canoa el río Jacques-Cartier. Puede alquilar una canoa directamente en el centro de recepción del parque y el servicio de transporte está incluido.

Por lo demás, los amantes de las bellas caminatas no deberían perderse la Ruta del Lobo. Esta caminata es bastante empinada, pero ofrece algunos de los paisajes más impresionantes del parque.

Hoy se dirige a la cuna de la América del Norte francófona, la hermosa ciudad de Quebec.

No dude en desviarse hacia las cataratas de Montmorency y la isla de Orleans.

Con 32 km de largo y 8 km de ancho, accesible por un puente gratuito, esta isla le encantará por sus casas de piedra del siglo XVIII, sus productos locales (fresas, manzanas, sidra, chocolate) y sus bucólicos paisajes.

Su campamento de esta noche está bien situado, cerca del centro de la ciudad de Quebec.

Un día completo para descubrir la capital de Quebec.

Encaramada en el Cabo Diamante, con vistas al río San Lorenzo, la ciudad de Quebec recuerda con orgullo que aquí, como en ningún otro lugar de América del Norte, la palabra "historia" tiene sentido.

Caminar es la mejor manera de explorar esta ciudad y sus joyas históricas, reconocidas y protegidas por la UNESCO.

Mañana libre en la ciudad de Quebec. Aproveche para hacer algunas compras de última hora y descubrir los mil y un atractivos de la antigua capital.

A primera hora de la tarde, regrese a Oka, una región conocida por su queso, su abadía cisterciense y su Parque Nacional. Situado en el parque, el Lac des Deux-Montagnes hará las delicias de los aficionados a la natación y a los deportes acuáticos.

Por la tarde, le recomendamos el sendero de la Grande-Baie, que atraviesa cuatro ecosistemas diferentes: el campo, el bosque de arces y nogales, el bosque de arces plateados y la marisma.

Despiértese al amanecer, desayune y vuelva a Montreal para recoger su autocaravana y su equipamiento.

Breve traslado al aeropuerto y embarque del vuelo de regreso.

Y dejará la tierra de los lagos y los ríos con recuerdos imborrables