Atracciones turísticas y monumentos Charente-Maritime

En la ciudad-arsenal de Rochefort, mandada construir en el siglo ^XVII por Luis XIV, flota aún un perfume de exotismo propio de los lugares de donde partieron las grandes expediciones. El "más bello arsenal del Ponant", construido en 1666 en un meandro de la Charente. Durante tres siglos, esta fábrica al aire libre construyó 550 barcos. Una tradición que continúa con el Hermione, réplica del Frégate de la Liberté (1779) utilizado por el Marqués de La Fayette para apoyar la Guerra de Independencia americana... Tras protagonizar otras campañas militares, el Hermione naufragó en 1793 frente a Le Croisic. Al entrar en el nuevo siglo, Rochefort vive desde hace casi 20 años al ritmo de la reconstrucción de la famosa fragata. Esta aventura comenzó en 1997, por iniciativa de la Asociación Hermione-Lafayette, que deseaba recuperar una parte importante del patrimonio marítimo de Rochefort. En 2015, L'Hermione inició su viaje inaugural a Estados Unidos siguiendo los pasos de La Fayette. En 2016, la fragata navegó a Saint-Malo y Brest, y después al océano Atlántico y al mar Mediterráneo. De vuelta al puerto que la vio nacer, en 2019, está abierta a los visitantes en el formidable Arsenal des Mers. Es posible practicar la escalada de mástiles. ¡Una actividad realmente insólita! En este parque de aventuras marinas, se va de mástil en mástil, se trepa por las cuerdas y se domina la Charente a 30 m de altura. Aunque la Hermione no se encuentra actualmente en Rochefort, debido a trabajos de reparación en su casco, hay muchas esperanzas de volver a ver la fragata en 2025.

Construido durante el reinado de Claudio, hacia el año 40, este anfiteatro, lleno de secretos, es uno de los más antiguos de la Galia. Tras haber sido utilizadas como cantera de piedra en la Edad Media, las arenas fueron restauradas en el siglo XX. A pesar de la desaparición de las superestructuras, los restos dan una imagen fiel de lo que pudo ser este anfiteatro en su época. Algunos de los objetos descubiertos durante las excavaciones pueden verse en el museo arqueológico.

Esta visita es única. Junto con el faro de Baleines, el campanario es la otra forma de tomar un poco de altura para admirar la isla de Ré de una manera diferente. Deje atrás el océano y camine por una callecita hasta llegar a la iglesia. Este pequeño calentamiento le permitirá enfrentarse sin pestañear a la escalera de caracol que le conducirá a la cima del monumento. La subida es relativamente fácil y, sobre todo, permite disfrutar de una vista panorámica de Saint-Martin-de-Ré. Un consejo: no olvide su cámara de fotos porque también verá las campanas y el reloj. Además, podrá regresar por la noche para disfrutar de una maravillosa puesta de sol.