Qué ver y hacer Mauricie

Este magnífico lugar de descanso, con cataratas de 170 m de desnivel, se encuentra desde arriba del nuevo puente suspendido con numerosos senderos que bordean, entre otros, el río Maskinunseo. En cualquier época de temporada se ofrecen varias actividades y para aquellos que deseen disfrutar del emplazamiento, es posible alquilar uno de los cinco chalés equipados. En el pabellón de recepción hay un restaurante que sirve desayunos y comidas de mediodía.

Hay una torre de observación y una cascada de 35 metros, el Centro de Interpretación del Comercio de Pieles y el Circuit du coureur des bois, el Centre d'interprétation de la rivière Saint-Maurice (centro de interpretación del río Saint-Maurice), centrado en el paseo de troncos, el Centre d'interprétation de la nature (centro de interpretación de la naturaleza) con sus especímenes de animales naturalizados, y el Centre d'interprétation Félix-Leclerc (centro de interpretación), dedicado al cantante quebequés. En invierno, los centros están cerrados pero los senderos permanecen abiertos para realizar actividades al aire libre.

Sea cual sea la temporada o el destino, Hydravion Aventure le promete una excursión memorable. La empresa dispone de una flota de hidroaviones que le dejará sin aliento. Dispone de varios vuelos panorámicos para admirar Saint-Maurice, el Parque de la Mauricie y los lagos de la región, sin olvidar las excursiones gastronómicas que incluyen el vuelo y una comida en el restaurante Auberge Lac-à-L'Eau-Claire o un picnic en una playa de arena. Traslados en hidroavión previa petición.

La Oficina de Turismo es un excelente punto de partida para descubrir todo lo que Trois-Rivières ofrece en materia de turismo.

Conecta el parque del puerto con el parque Champlain, una plaza con estanques y árboles enmarcada por las estructuras de hormigón ultramodernas del centro cultural y el Ayuntamiento, y está llena de restaurantes, bares, cafés y tiendas. La Maison de la culture, construida en 1967 para celebrar el centenario de la Confederación Canadiense, alberga un teatro, una biblioteca y una galería de arte. Al otro lado de la plaza se encuentra la catedral con su campanario revestido de cobre, un monumento de inspiración gótica con elementos de Westminster.

El paseo a orillas del Saint Laurent ofrece magníficas vistas al río, al puerto y al puente Laviolette. También es el punto de partida y salida de los cruceros.

En 1721, René Godefroy de Tonnancour, señor de Pointe-du-Lac, construye un molino señorial en el río Saint-Charles. El grano está molido hasta 1965. En la actualidad se celebran conciertos, conferencias, exposiciones y otras manifestaciones culturales. Visitas comentadas, demostración del funcionamiento de los mecanismos del molino, tienda de recuerdos, sendero de 7 km.

Aquí le espera una auténtica cita con los leñadores Sus guías, músicos y narradores, le transportarán a la época de la industria forestal que contribuyó al desarrollo de la región. Le contarán cómo era la vida en los primeros tiempos de la colonización, cómo se transportaba la madera en barca y cómo se procesaba. También hay un bistró popular con terraza, La Cookerie, que exhibe productos regionales (con actuaciones musicales los jueves y sábados por la noche).