Le Pic Saint-Loup © yamathom - stock.adobe.com .jpg
Vignobles près de Montpellier ©  Claudio Colombo - stock.Adobe.com.jpg

La costa mediterránea

Es imposible hablar del departamento sin mencionar el Mediterráneo. El litoral del Hérault, de más de 100 km, es una de las zonas más acogedoras del Mediterráneo. Los dos primeros tercios de la costa están sin urbanizar, mientras que el resto ofrece largas extensiones de arena fina para los perezosos playeros, y lugares excepcionales para practicar kitesurf, windsurf, surf y mucho más. Y sí, aquí el placer está tanto en la relajación como en el esfuerzo

Otra característica de este litoral es la delgada línea de tierra que separa el mar de los numerosos estanques. El mayor de ellos es ineludible, cerca de Sète, y se conoce como el Etang de Thau. Otro lugar importante del departamento es el estanque de l'Or, a dos pasos de Grande-Motte y de la Pequeña Camarga. A pocos kilómetros, otras lagunas atraen a los turistas y a la fauna del Hérault: Etang d'Ingril, Etang de Balaruc, Etang du Prévost, Etang de Pérols, Etang du Méjean... La gran mayoría de estos humedales están protegidos por el Estado y organismos de conservación. Hay que decir que el departamento alberga y cría numerosas especies notables.

A lo largo del litoral del Hérault, los puertos también desempeñan un papel importante en la economía local. El más importante es sin duda Sète, por sus actividades comerciales, seguido de La Grande-Motte, Palavas, Marseillan y Vendres por sus amarres para yates. Esta importante oferta y los servicios que la acompañan hacen que los propietarios de embarcaciones elijan el Hérault cada año. En cuanto a los demás, los aventureros que desean vivir nuevas experiencias, pueden depositar su confianza en uno de los numerosos proveedores de chárter náutico o subir a bordo de un barco para reforzar su tripulación.

Relieves sombreados

Las dunas del litoral del Hérault se apoyan en tres eminencias rocosas: el antiguo volcán de Agde, el Monte Saint-Clair de Sète y el montículo volcánico de Maguelone. Estos relieves actúan como murallas, protegiendo las lagunas y estanques.

Más atrás, entre las colinas y la llanura, descubrimos una zona de encantadora riqueza que antaño se conocía como el "mar de viñas". Este paisaje, en plena transformación, ha sido modelado a lo largo del tiempo por los sedimentos aportados por los cuatro ríos costeros del departamento: el Orb, el Hérault, el Lez y el Vidourle.

Hacia el norte, los gigantes de piedra revelan sus contornos. El Pic Saint-Loup, famosa cumbre del Hérault, y las demás colinas calcáreas que lo rodean ofrecen cientos de vistas panorámicas excepcionales desde las Cevenas hasta el Mediterráneo. Para alcanzarlos, miles de paseos y excursiones están abiertos al público. Aunque algunas exigen mucha resistencia y esfuerzo, otras, igual de fantásticas, son más accesibles y pasan por pueblos pintorescos. Aún más al oeste, el Causse du Larzac, una meseta calcárea con escasa vegetación, domina las estribaciones con sus impresionantes acantilados. Esta diversidad, única en el Hérault, es una de las razones de su atractivo, tanto para los deportistas que desean practicar actividades al aire libre (bicicleta de montaña, escalada, espeleología, etc.) como para los veraneantes que disfrutan de paseos variados durante su estancia.

El interior del país

Si quiere escapar un rato del ajetreo de las estaciones balnearias, nada como un paseo por el interior. Esta zona alberga extensas áreas protegidas ricas en biodiversidad, que ofrecen numerosas oportunidades para practicar senderismo, ciclismo de montaña y equitación en plena naturaleza virgen.

También es aquí donde cobra todo su esplendor la vasta llanura vitícola, que hace rodar sus uvas bajo el sol de Languedoc, acunada por el rocío marino desde las laderas de las Cevenas hasta las playas. Desde hace más de 2.000 años, el clima y la geología de la región han contribuido a su excelente reputación. Una reputación que el Hérault debe literalmente a su tierra En efecto, su principal baza es la gran variedad de suelos: esquistos, areniscas, mesetas calcáreas, terrazas aluviales, suelos pedregosos..

Los viñedos y otras extensiones verdes se nutren de la impresionante red hidrográfica del departamento. Se caracteriza por un gran número de ríos costeros, con un régimen mediterráneo muy pronunciado y características torrenciales. Estas aguas son ideales para el turismo fluvial, sobre todo en los ríos Hérault y Orb y en el famoso Canal du Midi, Patrimonio Mundial de la UNESCO. Obra del tiempo o del hombre, estos encantadores parajes se benefician de numerosas políticas de conservación, algunas de ellas galardonadas con la etiqueta "Grands Sites d'Occitanie". A lo largo del año, estos lugares ineludibles acogen a numerosos curiosos que vienen a admirar su belleza. Y hasta ahora, no ha habido decepciones.

El clima

La mayor parte del Hérault tiene un clima mediterráneo, mientras que los Hauts Cantons, en el noroeste, reciben la influencia del océano, con un aumento constante de las precipitaciones. El clima es suave y templado, ideal para relajarse. El sol brilla casi todo el año. El único duelo es entre la tramontana y la marinera. La tramontana es el viento del norte que desciende de las montañas a las llanuras, con el feliz efecto (al igual que el mistral) de traer cielos azules y secar la atmósfera. El marinero es el viento del sur, procedente del Mediterráneo, que trae nubes bajas, lloviznas y humedad. Así pues, se puede decir que el invierno aquí es suave, mientras que la primavera puede ser caprichosa, dando paso a un verano largo y caluroso, sólo perturbado por algunas tormentas en agosto. En cuanto al otoño, vacila entre los vestidos ligeros y las mangas largas, mientras las hojas de parra se tiñen de rojo. Esta estación suele estar sujeta a fuertes lluvias conocidas como "episodios de las Cevenas". Como consecuencia, los ríos -pequeños ríos costeros que proceden de las montañas cercanas- disfrutan de regímenes muy irregulares, marcados por brutales crecidas otoñales y graves periodos de estiaje en verano.