EL VIÑEDO y su historia.

El viñedo del Jura se extiende en una franja de más de 80 km de longitud, de norte a sur, con una mayor concentración en el norte, estando el sur más fragmentado. Forma el vínculo entre la llanura y la primera meseta, las estribaciones occidentales

El suelo ya era apreciado por los galos, que llamaron a la tierra fértil "Ar Bos", que se convirtió en Arbois. Los Sequanes lo producían, pero la Edad Media con las comunidades religiosas lo convirtieron en un consumo para los rituales pero sobre todo para los invitados de paso, sobre todo porque las rutas del Oro Blanco (Sal) eran muy animadas. Francisco I, Enrique IV y Felipe II de España lo apreciaron. Pero, como en todas partes, las turbulencias de la historia se dejarán sentir, y será en el siglo XIX cuando el viñedo sufra las transformaciones más importantes. A finales de siglo, la filoxera redujo las 20.000 hectáreas a 5.000, arruinando a muchas familias. A pesar de la ayuda del Estado, la competencia de los vinos del sur no supuso el resurgimiento esperado. Las dos guerras mundiales trajeron su cuota de miseria y tristeza, y los viticultores no se salvaron. Desde los años 70, el Jura ha seguido una política de desarrollo coherente, mostrando una férrea voluntad de producir vinos de alta calidad. Así, se ha hecho una selección: quedan los que han confiado en la calidad de las cinco variedades de uva que conforman la riqueza y complejidad de estos vinos