Hace honor a su sobrenombre de "Ile de Beauté" Al sur de Francia, en el corazón del Mediterráneo, Córcega nos encanta. Esta isla montañosa ofrece un patrimonio natural poco común, una fuerte identidad y una cultura auténtica, sin olvidar un mar cristalino. Vamos allí a navegar, a hacer vela, a nadar, a bucear, a hacer surf, a hacer senderismo... Podrá disfrutar de los paisajes y entregarse a la ociosidad sin la cual Córcega no puede apreciarse realmente. Nos tomamos el tiempo necesario para un aperitivo y una comida a base de manjares locales que perduran. Continente en miniatura, Córcega ofrece su exotismo a tiro de piedra de la metrópoli. A Córcega del Sur, en el suroeste de la isla, se llega por Bonifacio, construida en la pared del acantilado sobre un estrecho promontorio. Bonifacio, con su puerto, es la ciudad más turística de la isla. Siempre en el sur de la isla, la ciudadela de Porto-Vecchio, ciudad de la sal con sus salinas aún en funcionamiento, es el principal centro turístico del sur de Córcega con su casco antiguo, su puerto y sus playas. Ajaccio, cuna de Napoleón, es una antigua ciudad genovesa donde podrá visitar prestigiosos museos y comprar productos corsos en el mercado. En el corazón del golfo de Valinco, Propriano, pequeño puerto deportivo y pesquero, y al mismo tiempo estación balnearia al borde del monte bajo, no carece de encanto. Por último, en el norte de Córcega del Sur, en la costa oeste, las románticas Calanques de Piana, todas de granito rojo anaranjado, cuyas rocas erosionadas dibujan esculturas, merecen su clasificación como Patrimonio Mundial de la Unesco.