Los orígenes

El sepulcro megalítico de Ca na Costa, fechado en el año 2000 a.C., puede presumir de ser el yacimiento megalítico más antiguo de las Islas Baleares Revela una estructura compleja que atestigua ritos funerarios muy elaborados. Su cámara circular central está delimitada por grandes losas verticales, rodeadas a su vez por 3 círculos concéntricos y 22 rayos de adoquines... ¡un esquema cuyo simbolismo aún no ha revelado todos sus secretos! Otro yacimiento sorprendente es el de Cabo Barbaria, ocupado entre 1600 y 1000 a.C. De la veintena de yacimientos existentes, se han excavado tres y es el yacimiento conocido como Cap de Barbaria II el que presenta la estructura más compleja. Su planta está formada por diferentes recintos adosados entre sí y que presentan formas circulares, elípticas o de herradura. Este plano ilustra un control razonado del espacio, dividido según las funciones atribuidas a cada parcela (espacio residencial, zona de trabajo, etc.). La antigua Fromentaria, la isla del grano de los romanos, tiene un hermoso testimonio de la presencia de este pueblo constructor: el castellum, una construcción cuadrada de los siglos III y IV, con una torre en cada una de sus cuatro esquinas.

Arquitectura defensiva y espiritual

La isla fue codiciada durante siglos y tuvo que ser equipada con edificios de protección. El litoral está salpicado de numerosas torres de defensa circulares de dos niveles, con el único punto de acceso en el nivel más alto, por razones de seguridad. La Torre de Sa Guardiola en la isla de S'Espalmador, que data de 1749, es la primera estructura defensiva de este tipo en Formentera. Le seguirían otros ejemplos famosos, como las torres de Punta Prima y Punta de la Gavina. Estas torres defensivas se complementaron con iglesias, nuevos templos de la fe diseñados para acoger a la creciente población. Construida entre 1726 y 1738, la iglesia de Sant Francesc Xavier es una sorprendente síntesis de arquitectura militar y religiosa. Diseñada como defensa contra los piratas, la iglesia cuenta con muros de 2 metros de grosor y una puerta totalmente cubierta de tablones de hierro. Su estructura es muy sencilla: planta rectangular, nave única y bóveda de cañón. Este plan también se encuentra en la iglesia de la Mola, que tiene una característica única en la isla: un pórtico que protege la puerta de entrada. La iglesia de Sant Ferran de Ses Roques data del siglo XIX y se diferencia por tener una planta de cruz latina con dos capillas a cada lado del presbiterio, la parte de la iglesia aislada por el muro del coro y reservada a los sacerdotes durante los oficios. Este siglo XIX fue un periodo de profunda agitación para Formentera, que vio nacer los primeros grandes núcleos urbanos centrados en las iglesias, mientras que hasta entonces las viviendas habían sido aisladas y dispersas. En cuanto a la vivienda individual, Formentera importó en primer lugar los cánones tradicionales de Ibiza, con casas formadas por varios volúmenes cúbicos yuxtapuestos, con tejados planos impermeabilizados por una mezcla a base de arcilla y completados con los canalones necesarios para la evacuación del agua de lluvia. Las aberturas de estas casas suelen ser pequeñas y estrechas. Poco a poco, los tejados planos se fueron sustituyendo por tejados de teja a dos aguas y las aberturas se ampliaron considerablemente... ¡signo de que el clima tenso se estaba suavizando!

Riqueza del pequeño patrimonio

Sin manantiales ni ríos, Formentera tuvo que adaptarse y diseñar una arquitectura que asegurara el suministro de agua. Esta es la función de las cisternas y los depósitos. Las cisternas están excavadas en el suelo y tienen forma redondeada, mientras que los depósitos son rectangulares y están cubiertos por una bóveda de cañón. Pero en ambos casos, sus aberturas están protegidas por una capilla. En La Mola se pueden ver hermosos ejemplos. Los pozos son los otros grandes testigos de esta arquitectura del agua. Algunos tienen estructuras muy elaboradas con una alta barandilla que cubre completamente la parte superior del pozo y crea una especie de capilla que se asemeja a la de los aljibes y los depósitos. El Pou d'en Marianet Barber y el Pou d'en Pere Blai son buenos ejemplos. Las ruedas hidráulicas utilizadas para extraer el agua de los embalses y los sistemas de tuberías utilizados para regar las tierras son una prueba más de esta ingeniosa arquitectura hidráulica, de la que hay muchos ejemplos en los alrededores de Ses Clotades y Es Carnatge. Caminando por la orilla, habrás visto pequeños cobertizos de madera. Se trata de los "escares" o "cuñas", un sistema de barras guía de madera inclinadas sobre las que se deslizan los barcos. Para proteger los barcos de la lluvia y el sol, se suele construir un toldo de madera en la parte superior. Muchos de estos pequeños cobertizos para botes pueden verse en Cala Saona, Es Calo y Ses Illetes. Al mismo tiempo, se desarrolló una arquitectura ligada al trabajo de la tierra, de la que los molinos de viento son los representantes más orgullosos. El molino de la Mola, de 1778, es uno de los más antiguos de la isla, y uno de los mejor conservados, con su mecanismo de madera y su pequeña escalera pintada a la cal. Los muros de piedra seca son los otros grandes representantes de la isla, donde la piedra es uno de los grandes recursos. Las piedras que componen estos muros no están unidas con ningún tipo de mortero, sólo su ingenioso ensamblaje garantiza su estabilidad y durabilidad. La parte superior de los muros está coronada por losas que sobresalen de uno de los lados, lo que impide que los animales salten de una parcela a otra Tampoco te pierdas las marcas de la carretera. Cruces talladas en la roca, almenas de piedra y mortero o un conjunto de pequeñas losas enterradas verticalmente en el suelo... ¡sus formas son variadas!
Aunque algunas zonas no han podido escapar a la fuerte urbanización debido al aumento del turismo, como Es Pujols, la isla ha conseguido, sin embargo, preservar sus paisajes, gracias a las estrictas normas urbanísticas que prohíben la construcción a menos de 100 m de las playas. Hoy en día, muchos hoteles combinan tradición y modernidad con bungalows de materiales naturales o bonitas casitas cúbicas encaladas. En sus playas, los hoteles también conservan la tradición de los chiringuitos, pequeñas construcciones provisionales de madera con tejados de paja que suelen utilizarse como locales para beber. Al mismo tiempo, los arquitectos contemporáneos diseñan suntuosas villas que se integran armoniosamente en el paisaje al tiempo que toman prestadas las tradiciones locales, como las creaciones de Marià Castello, responsable de una casa muy bonita formada por tres cubos unidos por sorprendentes moucharabiehs de ladrillo. Una arquitectura que combina modernidad, funcionalidad y respeto a la intimidad