Los mejores restaurantes Santo Antão

Djo y su equipo le dan la bienvenida con una sonrisa a este restaurante frente al mar, ya sea para almorzar, refrescarse, tomar una pequeña merienda salada o dulce, o cenar mientras disfruta de la animada vida de la calle Papaz. Zuleica y su pequeño equipo de cocina le ofrecerán deliciosos aperitivos de bienvenida, tanto si está sentado en la planta baja como si se queda en la terraza panorámica del primer piso. Sirven marisco, pescado del día, cachupas tradicionales, sopas con un toque exótico y platos vegetarianos. Para los más curiosos, tal vez le tiente esta divertida sugerencia: los platos de degustación a base de marisco, queso de Santo Antão o los famosos baffles caboverdianos, así como el sorprendente vino de Fogo. Puede añadir salsas Yassa, con mango, curry o salsas agridulces, que realzan el sabor de los pescados y las carnes. Todos los platos van acompañados de verduras que recrean los sabores del mundo y que dependen de lo que se encuentre en el mercado. La mayoría de los platos se pueden pedir en raciones pequeñas o grandes, por lo que puede aprovechar y hacer hueco para disfrutar de un helado de ponche o de la famosa degustación de postres. Pero la partitura estaría incompleta sin un poco de funaná, morna y coladeira. A partir de las 19.30 h, Ramir y su banda interpretan y cantan para que pueda cenar al ritmo de la música hasta el anochecer. El equipo de Caleta no le dejará marchar sin antes ofrecerle su pequeño digestivo casero.

Instalado en el bajo de una casa (un poco lejos de la costa de Ribeira Grande), este restaurante es un lugar sorprendente. Se come en una hermosa sala decorada con gusto. También dispone de mesas en el exterior, alrededor de un jardín con papayos y palmeras. Los platos son deliciosos y muchos ingredientes provienen directamente del huerto (los zumos son 100% naturales). Buena carta de vinos. Maria de Fátima, la dueña, le recibirá con una sonrisa. Divin'art también acoge a músicos que vienen a dar conciertos los fines de semana. También dispone de una pequeña tienda en la entrada donde puede comprar botellas de grog y recuerdos. Un buen restaurante que recomendamos. También ofrece seis habitaciones (2500 CVE la individual y 3500 CVE la doble, con desayuno incluido).

Alfred, un alemán que ha adquirido la nacionalidad caboverdiana, elabora grog y hace de agente de viajes, todo desde el respeto por el medioambiente. También es el propietario de O Curral, un pequeño café en la orilla de la carretera que va de Ribeira do Paúl a Passagem, aproximadamente un kilómetro después de Passagem, a la derecha, en el pueblo de Chã de João Vaz. Puede, por supuesto, probar todos sus grogs mientras come. El establecimiento es acogedor; merece la pena hacer una parada en el fin del mundo, en medio de las montañas.

¿A quién no le gusta sentirse como en casa? En Casa Maracuja, eso es exactamente lo que ocurre con Hetty, que te recibirá en su típico restaurante con una enorme sonrisa como si fuerais amigos de toda la vida. La cocina es 100% local y familiar, con cachupa, pulpo, atún a la plancha, helado casero y plátano flambeado de postre. Elija la terraza por el espacio, el aire fresco y las vistas. La casa también prepara excelentes cócteles... con maracuyá, por supuesto.

Al lado de Sandro's hay un restaurante donde los visitantes son recibidos por las amplias sonrisas de Adi y Juju. Desde la terraza cubierta se puede disfrutar de una magnífica vista del valle mientras se degusta una buena comida, ya sea pescado a la barbacoa u otros platos regionales. Aparte del arroz y el pescado, debe saber que todos los productos proceden de la zona: las gallinas corren salvajes en el campo vecino y las verduras se cultivan in situ. Todo es fresco, ecológico, sabroso y casero.

Este restaurante, situado en una casa tradicional colonial, dispone de un gran comedor así como de un jardín sombreado donde se puede disfrutar de una agradable cena al aire libre. Teresa prepara pequeños platos y deliciosas bandejas de degustación con platos de Cabo Verde. Es el lugar perfecto para los amantes de la buena cocina y de la música caboverdiana, pues programan conciertos de música tradicional todos los domingos y miércoles por la noche. Además, ofrece demostraciones de capoeira, interpretación de toumbas y lo que se tercie (suelen actuar músicos de paso) varias noches a la semana.

Es casi imposible encontrar el camino que conduce a él; probablemente tendrá que preguntar a los habitantes de la localidad porque no hay ninguna indicación. Aquí se puede experimentar la cultura local y la cocina caboverdiana contemporánea. Es perfecto para relajarse y respirar. En medio de plantaciones, de frutas y verduras, el establecimiento cuenta con una hermosa y tranquila terraza. Siéntese, contemple el paisaje y disfrute de una buena comida casera. Pruebe el puré de cerdo y ñame acompañado de un zumo de mango fresco.

En Ribeira Grande, es una pequeña cantina de habituales situada a un paso de la calle principal y de la gasolinera, donde se aprecia el ambiente familiar y de buen rollo. Los platos que se ofrecen son todos de la tradición caboverdiana querida por los lugareños: garoupa, atum estofado, croquetas, feijoada, lulas guisadas, por nombrar sólo algunos, todos a precios muy democráticos. Hay una gran variedad de lugares para sentarse y disfrutar de la comida: en el comedor, en la cafetería o en el minipatio al aire libre.

Este establecimiento de color azul, muy fácil de encontrar, que se alza sobre el mar, ofrece una magnífica vista: desde él se puede observar a los pescadores adentrarse en el mar y regresar. En un ambiente agradable, el menú ofrece buen pescado fresco; es simple y eficaz. También es ideal para tomar una copa. Servicio continuo, aunque lento, a veces.

Restaurante del hotel del mismo nombre. Amplia y agradable terraza con vistas al mar. En temporada alta programan conciertos todos los viernes por la noche.

Este restaurante ofrece una selección de platos locales e internacionales a la carta para el almuerzo, seguida de un menú por la noche. El chef francés da prioridad a los productos locales y de proximidad, y sabrá satisfacer los gustos de todos con maestría. Además, las veladas se amenizan con música en directo. La guinda del pastel es la vista panorámica sobre el valle, una de las más bellas de la isla... Le espera un gran momento.

Justo encima de la terminal del ferry, es el lugar perfecto para esperar el embarque, esperar y relajarse. Siguiendo el espíritu del salón, hay zonas para sentarse, tronas, mesas individuales e incluso una zona de juegos para los más pequeños, todo ello en una versión contemporánea y a prueba de salpicaduras de mar. La música de fondo acompaña la comida, que consiste en un plato del día a elegir, normalmente tres tipos diferentes de proteínas, servido con patatas fritas crujientes y verduras. Además, pizza, hamburguesas (las famosas X-Tudo) y aperitivos de todo tipo.

El restaurante abre todos los días y ofrece un menú variado de especialidades locales y cocina internacional al mediodía y un menú único (entrante, plato principal y postre a 13,80 €) por la noche, previa reserva. El equipo, dirigido por un chef francés de renombre, sabe adaptarse a sus gustos utilizando al mismo tiempo productos frescos y locales: ¡se trata del circuito corto! Por último, pero no por ello menos importante, la vista de 360° desde la terraza y el ambiente musical añadirán un sabor especial a sus platos de corazón. Me quito el sombrero ante el Restaurante Aldea Panorámica.